MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN |
¿Por qué sus, dizque,
operadores mediáticos lo abandonaron, después de que su delfín cayó frente al
rijoso albiazul que hizo la chica merced al escándalo del presunto banco
fantasma?
¿Por qué una discreta
rueda de prensa salpicada con viandas matutinas por los rumbos del Lago de
Chapultepec, en la Tercera Sección? De ese tamaño es el miedo de César Horacio
–recuerdo que desprecia el segundo nombre porque lo homologa con el texcocano
perredista Horacio Duarte--.
Convocar a una reunión con
un puñado de respetables colegas, pretendió poner a salvo al virrey de
Chihuahua –en vías de entregar el 3 de octubre entrante el poder—de las miradas
o lentes indiscretas, grabadoras críticas como si quienes acudieron a ese
encuentro con César Horacio no tuviesen voluntad propia. ¡Vaya papelazo del
operador mediático!
Pero, en fin. Lo que dijo
Duarte es público porque pública es la información que aportó. Y, precisamente
un día después de que, como él refirió, “el Congreso de Chihuahua, autorizó al
Ejecutivo Estatal, a la Secretaría de Hacienda, a bursatilizar los excedentes,
es decir, los aprovechamientos de las concesiones carreteras que el Presidente
de la República, el gobierno federal, le otorgó a Chihuahua”, vino a la ciudad
de México a ejecutar el más elemental acto de contrición del virrey en el
carrusel de la despedida.
“Cabe destacar –adujo
Duarte Jáquez-- que estos recursos que ayer fueron aprobados habían sido
previstos en la Ley de Ingresos y de Egresos del estado y que estos fueron
aprobados en diciembre de 2015 por la totalidad de los diputados, incluyendo
los de Acción Nacional, porque se había previsto como un ingreso que tenía que
ver con estas concesiones que mi gobierno gestionó con el gobierno de la
República”.
Larga perorata de un
asunto que, sin mácula no requiere explicaciones. O como dice la conseja
popular: ¡Para qué tanto brinco, estando el suelo tan parejo!
Y mire usted, se fue largo
y tendido incluso para negar que sea banquero y explicar que en la PGR ya lo
interrogaron y no tiene problemas con la abogada Arely Gómez.
Pero, vaya, de su gobierno
dijo lindezas –no podría ser de otra forma—e insistió en que todo está a todas
tuercas y casi reprochó a los chihuahuenses que no se lo hayan reconocido en
las urnas. ¡Ingratos!, votaron por Javier Corral.
Así, César Horacio acotó y
reclamó: “Esos son los índices que verdaderamente están reflejando lo que es hoy Chihuahua, y
no esa nube negra que se ha pretendido imponer de que en Chihuahua está pasando
desgraciadamente lo peor”.
--¿Tú ves que el PAN esté
utilizando esto como una bandera para golpear a tu administración en la última
recta?—preguntó uno de los cinco colegas a la mesa coordinada por Gómez Pombo.
--Naturalmente que hay una
estrategia política –respondió--. La elección ya pasó y sin duda lo que
pretenden es generar un ambiente de incomodidad en la población, para
descalificar a los avances que se han logrado. Y no es privativo de Chihuahua,
es un ambiente que ha permeado en el mundo. Pero a Chihuahua, por eso lo quise
aclarar, porque eso es lo que están pretendiendo decir (…).
Y de la deuda, sostiene que
es de 23 mil millones de pesos, que heredó10 mil 400 de déficit del anterior.
“La misma deuda que yo recibí se está quedando en Chihuahua”, insiste con la
negativa de que sean más de 50 mil millones de pesos.
--¿Posibilidad de
negociar, pactar abiertamente una transición?
--Más que la coyuntura
electoral –acota--, más que la posición personal, yo soy un hombre de
instituciones. Yo el día 3 (de octubre) concluyo mi mandato como me lo
otorgaron los chihuahuenses y le entregaré al que la ley le haya habilitado
para asumir el poder. Más allá de partidos, personas o lo que sea. Y yo estoy
abierto, tengo una formación parlamentaria; yo estoy abierto siempre al
diálogo, al acuerdo.
--¿Buscar a Javier Corral?
¿Lo ha buscado?
--Yo he estado en mi
despacho –responde como si diera una fumada a un Cohibá--, he atendido una
carta que me envió, la he respondido con toda institucionalidad.
Pero –se queja--al
contrario de eso, siempre se han establecido señalamientos y descalificaciones.
Y eso tampoco me perturba; entiendo del debate y entiendo de la política. Yo
estoy abierto a lo que en el marco de la ley se establece, ante una actitud
beligerante yo estoy en el marco de la ley y lo que la ley establece, a cumplir
con toda cabalidad.
--¿Ya comenzó la cacería
de brujas hacia usted?
--Yo estoy aquí. Muy
claro. He tenido acusaciones, desgraciadamente muy escandalosas y que
perfectamente he desahogado en todas las diligencias en la PGR, el asunto ese
que se dice que soy dueño de un banco, que no existe (…).
--Manlio se refirió a
gobernadores que no habían cumplido, y usted ha sido señalado.
--Por eso estoy aquí,
dando la cara. Que las acusaciones de corrupción se dieron con ese banco y que
efectivamente tuvo consecuencias electorales. Estoy con la frente en alto y a
disposición de cualquier autoridad para responder.
Sin embargo, descalifica,
“es una aberración que la Ley Electoral se convierta en un bozal, en el que ni
siquiera se permite el derecho de réplica, violentando el derecho más esencial
de cualquier ser humano: a responder (…)”.
--¿Reclamaría al partido
(PRI) que lo esté dejando solo?
--A ver: yo no tengo
ningún tema en el que me hayan señalado un delito, ningún asunto, porque está
perfectamente el partido informado de esos señalamientos y del desahogo del
mismo.
--Sin embargo, el partido
parece no defender, por lo menos con vehemencia a sus gobernadores.
--A ver –escurre el
bulto--. Son temas absolutamente complejos y sobre todo en el ánimo colectivo
que existe en el mundo y no solo en México, en los que para un partido, sobre
todo después de un proceso electoral, pareciera que tenga que defender algo de
lo que se hizo toda una campaña. Entonces, tiene que atenderse a otra
estrategia y no precisamente a seguir alimentado la suspicacia que se sembró en
la campaña electoral.
--¿No tiene nada que
reprocharle al PRI?
--No tengo nada de qué
avergonzarme. No tengo nada que me señale.
--Con la amenaza de Corral
de meterlo a la cárcel, ¿va a permanecer en el estado?
--A ver, a ver
–cantinflea--. Primero, para que haya justicia, debe haber estado de derecho y
no porque yo diga que voy a meter a alguien a la cárcel, pareciera que tengo
cárcel propia, o ya tengo la razón de lo que yo dije y me la creí, hay que
acreditarlo. Las instancias jurisdiccionales son para eso. No es un tema cómodo
en el debate público, porque el prejuicio de la impunidad lleva a otro tipo de
razonamientos, pero tampoco ningún país que se jacte de ser un país de estado
de derecho puede permitir solo el linchamiento público y que simple y
sencillamente por eso se castigue o no.
Cerca de media hora de
acotaciones, deslindes, escurridas de bulto, cantinfleadas. ¿Cuál es la prisa?
¿Por qué César Horacio prefirió un encuentro alejado del bullicio y de la falsa
sociedad? Se acabó la borrachera del poder, César. Conste.
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