ISAIAS ALANIS TRUJILLO |
En plena debacle ética
de credibilidad por la caída de las cifras del INEGI ante la pobreza, ¿obra de
Sojo o Santaella? O doblado por las ambiciones de Luis Videgaray que toma por asalto
la sucesión presidencial. Viene el perdón y a manera de aquellas lagrimas de
cocodrilo de José López Portillo, (conocido en el mundo del hampa como Jolopo),
cuando presa del llanto no defendió al peso como un perro, mucho menos a los
pobres, (con trapacerías propias de malandrines el INEGI, maquilla las cifras) lagrimeo,
no sin antes asegurar que gracias a Carlos Hank González, padre de la
metafísica cuantitativa: “político pobre, pobre político” le regalara la Colina
del Perro para que instaurara un poder de funcionarios iluminados por contratos
millonarios, información confidencial y libertad para realizar obras cuyos
costos se elevarían por encima de los reales; pese a sufrir un ataque de llanto
fingido, Jolopo prospectivamente pensó en casarse con una ruletera de la
farándula y de cintas de ficheras, Sasha Montenegro, e inaugurar la preciada
costumbre de los futuros presidentes de México: ejercer el poder con la balanza
de la corrupción, el enriquecimiento de la familia, colaboradores cercanos y
distantes, y el casorio, con fines publicitarios y de conveniencia como el gobernador
de Chiapas con una corista.
Jolopo no calculó bien
su rigor al escribir un dislate sobre Quetzalcóatl, tampoco al medir la pobreza
que comenzó a florecer a partir de su mandato. Lo que nunca soñó JLP es que su
ejemplo cundiera en futuros presidentes. Salinas no se casó con una teibolera, pero si se hizo
multimillonario al igual que su familia. Actualmente Claudia Ruiz Massieu, su
sobrina, negocia con la Unión Europea contratos leoninos para México.
Los subsiguientes;
Zedillo, Ponce de León, Vicente Fox y Felipe Calderón, le metieron mano como
forajidos a la cartera de los mexicanos, a los que dejaron con mayor pobreza, deshonor
y una herida sangrienta; durante el mandato de FCH México se inundó de cuerpos
y torrentes de sangre similar a una guerra civil moderna con miles de ejecutados,
desaparecidos y hacinados en fosas clandestinas. Y aún así su esposa, Margarita
Zavala impulsada por su marido, aspira a la presidencia para el 2018 en alianza
con el PRD. Si esto no es cinismo, una locura, ¿entonces qué es, y por qué el PRD
aceptó los treinta denarios y traicionar sus principios, y convertirse en
personero de un asesino serial como Calderón?
Jolopo pidió perdón,
pero jamás metió al bote a todos los tranzas, algunos de los cuales todavía
sangran al erario como Carlos Romero Deschamps, Manlio Fabio Beltrones, Pedro
Joaquín Coldwel, Emilio Gamboa Patrón, entre un chingo. ¿De qué sirvió llorar
si el daño ya estaba hecho?
Por eso suena cursi,
fuera de temporada de patos las palabras de EPN al pedir perdón por ese
pecadillo de la Casa Blanca de Sierra Gorda en Polanco, valuada en millones de
pesos y que su esposa, jamás hubiera soñado adquirirla con el salario que
obtuvo durante su vida como comediante de telenovela. El papel de primera dama le
ha dejado la cartera repleta de prebendas y dinero; habría que preguntarle de
dónde sacó para comprar un depa en zona Vip de Miami.
EPN, tomó en momentos
delicados la decisión de ventanearse él mismo por un hecho oprobioso para
cualquier funcionario público. Lo que dijo ante los representantes de los
Poderes de la Unión, en Palacio Nacional durante el lanzamiento del Sistema
Nacional Anti Corrupción, sin la grandilocuencia cinematográfica de Jolopo, tomando
como guión un diálogo de alguna telenovela externó: “es imperativo ser
autocríticos y vernos en el espejo…” y haciendo alusión al escandalo de la Casa
Blanca lo reconoció a medias. Al igual que Jolopo ante la advertencia de la DEA
de que Durazo estaba metido en la delincuencia, les respondió: “es cuate lo
puedo controlar”. Podrá EPN, mandar a freír chatarra a su amigo dueño de HIGA, Juan
Armando Hinojosa Calderón como prueba de que se comenzará a limpiar la casa? ¿Se
perdona un delito como el de la casa Blanca?
¿Le pedirá “perdón” a
la prensa por haber incidido para que Carmen Aristegui fuera despedida de MVS; y por
el otro lado, meter al bote a más de diez
de sus secretarios y gobernadores como prueba de que se pone freno a la
corrupción? ¿Y una pregunta: ¿Lucrar sin transparencia con los fondos públicos,
se castiga o se perdona?
¿EPN Le pedirá perdón a
millones de mexicanos pobres por el impacto negativo de las reformas
estructurales? ¿Por la privatización de todo lo que se mueva, como la reciente privatización
del agua?
En forma de soliloquio
EPN consumó su alegoría del perdón: “En carne propia sentí la irritación de los
mejicanos (ya no fue el mal humor…). “La entiendo perfectamente, por eso, con
humildad, les pido perdón…”. Solo faltó el cierre perfecto: “perdónenlos,
porque si supieron lo que hacían, además de cometer un delito…”.
¿Qué fácil no? EPN, si
de verdad quiere salir airoso tiene que romper el cristal donde lo secuestraron
y salir a la calle. ¿Le bastarán dos años y medio para limpiar la casa, no la
Blanca sino la mexicana?
Y declarar ante el
altar de México, por qué decidió colocar a Virgilio Andrade, un bufón de
cabecera al frente de la Secretaría de la Función Pública.
Lo que más le pesa al
sistema mexicano es la corrupción. Si EPN, la extirpa poco a poco, podría salvarse
de los tribunales internacionales que ya lo tienen en la mira, y de la
historia.
El presidente tiene la
palabra. Planchar una transición de terciopelo hacia el peligroso, “más de lo
mismo” con el PAN-PRD, o pactar una transición con la izquierda, que en esencia
está representada por MORENA, gran parte de la militancia perredista y sociedad
civil, ¿podría acceder a una salida digna? O pedir perdón a tirios y troyanos
por los males causados a los infortunados mexicanos y cerrarle la puerta a la
tragicomedia. ¿Lo perdonarán millones de mexicanos?
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