Hoy en día, la violencia armada es un problema crucial en América Latina y el Caribe: no sólo los países de la región registran tasas de homicidio considerablemente más altas que en cualquier otro país del mundo, sino además muchos de ellos superan ampliamente el promedio general de 42% correspondiente a homicidios perpetrados con armas de fuego. En América Central, 70% de los homicidios implican el uso de un arma de fuego, mientras en el Caribe esta cifra se eleva a 61% y en América del Sur a 60%.
El presente capítulo analiza los patrones y las tendencias en materia de homicidios y homicidios perpetrados con armas de fuego en América Latina y el Caribe, para demostrar que a menudo, la presencia de altas tasas generales de homicidios lleva consigo un aumento de los porcentajes de homicidios perpetrados con armas de fuego. La Figura 1.2 presenta las tasas de homicidios en el ámbito nacional y el porcentaje de homicidios perpetrados con armas de fuego sobre la base de datos correspondientes a 2010 (o datos del último año disponible) en 23 países latinoamericanos y caribeños. Los países con las mayores tasas de homicidios (parte superior del gráfico) registran mayores porcentajes de homicidios perpetrados con armas de fuego, mientras los países con tasas de homicidios menos significativas registran porcentajes menores. Asimismo, pareciera existir un vínculo entre el aumento progresivo de las tasas de homicidios y el aumento de los porcentajes de homicidios perpetrados con armas de fuego. Resulta imposible afirmar en forma contundente que el aumento de los homicidios perpetrados con armas de fuego provoca un
aumento general de las tasas de homicidio o viceversa.
Sin embargo, independientemente de la relación causa – efecto existente, la existencia de un vínculo importante entre ambos fenómenos queda más que clara.
A menudo, la presencia de altas tasas generales de homicidios lleva consigo un aumento de los porcentajes de homicidios perpetrados con armas de fuego. Además del aumento en las tasas de homicidios y en
los porcentajes de homicidios perpetrados con armas de fuego en varios países latinoamericanos y caribeños, y contrariamente a las tendencias mundiales, la seguridad en algunos países de la región se ha deteriorado. Los datos disponibles revelan que entre 2005 y 2009, las tasas de homicidios disminuyeron en 101 países con bajas tasas de homicidios y en 17 países con tasas medianas de homicidios. Entre tanto, las tasas de homicidios aumentaron principalmente en países que ya registraban altos niveles, incluyendo países en América Latina y el Caribe. A la luz de estas cifras, se puede afirmar que en promedio, el número de países que registraron un alza en sus tasa de homicidios supera el número de aquéllos que registraron una disminución. El país que presenta el mayor aumento en las tasas de homicidios entre 1995 y 2010 es Honduras: entre 1999 (el primer año reportado y para el que existen datos disponibles) y
2010, la tasa nacional de homicidios pasó de 42,0 a 81,9 por 100.000 habitantes.
Honduras registró el mayor aumento en las tasas de homicidios: de 42,0 por 100.000 habitantes en 1999 a
81,9 por 100.000 en 2010. El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica y Venezuela presentan tasas de homicidios superiores a 30 por 100.000 habitantes, y dichas tasas han aumentado en forma constante desde 1995, con porcentajes de homicidios perpetrados con armas de fuego superiores a 70%.
Contrariamente, Argentina, Chile, Cuba, Perú, Surinam y Uruguay presentan tasas de homicidios inferiores a 10 por 100.000 habitantes, y dichas tasas han disminuido o permanecido estables desde 1995, con porcentajes de homicidios perpetrados con armas de fuego inferiores a 60%.
En el presente capítulo, se identifican algunos de los factores susceptibles de explicar el vínculo particularmente estrecho que existe entre las altas tasas de homicidios y los altos porcentajes de homicidios perpetrados con armas de fuego en algunos países tales como El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica y Venezuela. Los trabajos de investigación en la materia concluyen que la proporción de posesión y uso de armas de fuego por parte de perpetradores varía en función del grado de disponibilidad general de armas ilícitas y los obstáculos existentes para su adquisición como resultado de la presencia de mercados negros o la proliferación del tráfico de armas de fuego. Entre las posibles causas de la violencia armada citadas en el presente capítulo, se encuentran la disponibilidad de las armas de fuego, la preponderancia de pandillas, el narcotráfico y sistemas de seguridad endebles.
Asimismo, el capítulo revela que en países de América Latina y el Caribe, las pistolas y los revólveres
son las armas más utilizadas en los crímenes. Por ejemplo, un estudio sobre Jamaica realizado en 2009 demuestra que 50,6% de las 569 armas de fuego incautadas tras un delito eran pistolas, y 21,8% eran revólveres. Sin embargo, cabe destacar que los datos sobre la incautación de armas deben ser interpretados con cautela, ya que es probable que los grupos delictivos sean más cuidadosos con las armas más costosas, lo que explicaría, en parte, por qué la policía sólo incauta un número relativamente bajo de ametralladoras o fusiles de asalto. En efecto, la literatura sobre el tema revela que el uso de fusiles de asalto y ametralladoras por parte de organizaciones de narcotraficantes está en aumento. Por ejemplo, un informe reciente sugiere que si bien en un principio las organizaciones de narcotraficantes en México utilizaban sobre todo revólveres de 38 mm, en la actualidad éstas prefieren armas de fuego más potentes, como los Colt AR-15 (fusiles de
asalto calibre 223) o armas de tipo AK-47 (fusiles de asalto calibre 7.62).
Además, se sabe que el desvío de armas de fuego pertenecientes a los cuerpos de seguridad es moneda corriente. Un estudio sobre el excedente de armas y municiones militares estatales en América del Sur revela que en Brasil, la falta de vigilancia de los arsenales y la corrupción redundan en un desvío masivo de armas de fuego, que pasan de manos de las fuerzas de seguridad a manos de delincuentes.
A pesar de que existen ciertos datos, muy poco se sabe sobre la condición legal de las armas de fuego utilizadas en actos de violencia armada en la región. Resulta necesario multiplicar los trabajos de investigación sobre los factores de riesgo subyacentes en materia de violencia armada, sobre el acceso de los perpetradores a las armas, y sobre la naturaleza legal de las armas de fuego en América Latina y el Caribe.
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