Isaias Alanis |
Las triples alianzas
y los triunviratos en México, tienen éxito desde la época prehispánica, los
mismo la existencia de un “poder tras el trono”. Tradición enquistada en la
historia como una maldición de Malinche bastante corrugada y sensible al
carbono catorce de las navegaciones por el canal de desagüe de la política a la
mexicana. La reducción al absurdo de la historia, nos llena directo a lo que
sucede en la actualidad. Dentro de los partidos políticos, esta práctica es
exitosa. Se inaugura con las
concertacesiones panistas, primero, y perredistas posteriormente. El viejo
cuño de la orfebrería nacional en materia de “acuerdos coyunturales”, ha parido
una ristra de monstruos anudados a intereses mercantiles de la política, que ha
abierto las esclusas a un pantano donde se cierran y abren las puertas a unos y
a otros que dan de saltos de un partido a otro como Sancho por su casa. Y que
en este momento crucial de la historia en que la nación navega a la deriva en
base a estos “acuerdos” entre las bancadas de los partidos, la trajinera
nacional pisa terreno cenagoso y se enfanga cada nuevo tramo en que los
efímeros “acuerdos” ni nacionales ni para el pueblo, tratan de justificar acciones que llevan derechito al
abismo de las aguas residuales de la política -al país- en medio de subjetivos
programas para erradicar la pobreza o acabar con la violencia. Porque lo que
más le importa a unos y a otros, es la ganancia que se obtendrá por signar tal
o cual propuesta del ejecutivo nacional.
Los tres cárteles,
bien pertrechados de acuerditis
nacional; balas de goma para los que se portan mal, cruz de olvido para los que
tranzan, cama de piedra para los corruptores; sigo siendo el rey, para los que
operan desde adentro de las cámaras donde se cuecen los “acuerdos”; “torito”
para los nenes viejos, agiotistas de las medicinas; te puedo cambiar por
hombre, para los que tuercen la ley por una cuenta en dólares; hasta el grito
ominoso de quiero vivir mi vida con el partido que yo quiera, pero no me pidas
que sea monedita de oro.
Forma parte de esta
serie escatológica totalmente mediática y circunstancial que ha dejado al país
en las condiciones de orfandad y malquerencia ética en que se encuentra. Por eso
el anuncio del nacimiento de tres carteles no es nada nuevo comparado con lo
que sucede al interior de los cárteles políticos que dirigen al país.
Funcionarios del
gabinete de seguridad nacional, revelaron que de los cárteles de Sinaloa, Los
Zetas y del Golfo, surgieron tres grupos; Sangre Z, Golfo Nueva Generación y La
Corona. La mayoría de sus miembros están “integrados por desertores de otras
organizaciones dedicadas al tráfico de drogas, que compiten a escala regional
en zonas del Pacífico, el occidente y el Golfo de México…” (La Jornada/17/02/2013).
Y así como en la
política, los nuevos carteles son tránsfugas de diversos partidos, en el ámbito
de lo delincuencial, son semejantes y no hay forma de no relacionar el
paralelismo entra ambas organizaciones:
“El gobierno federal
estima que existen 70 grupos regionales que controlan la distribución de drogas
en el país, pero La Corona, Sangre Z y Golfo Nueva Generación son consideradas
las organizaciones emergentes más importantes del centro y el norte del país,
mientras que en la zona sur de la República destaca el cártel Independiente de
Acapulco…” (Ibídem).
Haber declarado en
Chicago, ciudad emblemática del crimen tolerado al Chapo Guzmán como enemigo
número uno de la nación gabacha, es una polaridad muy usual en los Estados
Unidos, mientras afilan las garras por la industria petrolera.
Bajo la presión de
las guerras del petróleo, permitieron que los Chinos, le cierren la pinza a
México desde la parte más oscura del traspatio gringo con la llegada de los
conquistadores amarillos para que se encarguen del espinoso negocio de la trata
de personas, narcotráfico y lo que resulte, en tanto ellos, declaran enemigo a
un personaje cinco estrellas y record Ginness, pasándose por alto, declarar
como socios a ex presidentes, líderes del senado y la cámara, empresarios,
directores de Pemex, que mansamente y por unos cuántos dólares van entregando
cachito a cachito la patria diamantina y velardiana.
Los nuevos cárteles
ya tienen nombre, habrá que pedirle al gobierno federal, saque a la luz pública
el nombre de los tres cárteles de la política y la identidad de sus cabecillas
que negocian el futuro de México como si fueran tachas, toneladas de mota o
jirones de historia patria.
Y en tanto Benedicto
XVI, asumiendo con poder terrenal su principado de la iglesia, les da con la
custodia a sus enemigos al renunciar aparentemente a su cargo, y desde Castengandolfo,
prepara su sucesión sin la monserga
teológica de driblar a sus enemigos, el decano de los Cardenales, Angelo
Sodano, y el Secretario de Estado, Tarcisio Bertone. El señor Ratzinger, ata
cabos sueltos y con el rosario de la política vaticana en las manos, en la
celda de su “retiro espiritual”, “amarra navajas” con su seguidores para dejar con
un palmo de narices a sus enemigos, (¿qué?, si enemigos y no precisamente son
diablos sino cardenales, príncipes de la iglesia de dios) en la lucha sin
cuartel por la silla papal.
De reojo
Mi Mont Blanc Gorda, sufrió un accidente y
perdió una de sus partes, si alguien tiene una en las mismas condiciones, y si
la pieza que busco le acomoda a la mía, se la compro. No puedo escribir un
libro en cauce sin ella. Por favor escriban a la siguiente dirección: isa_lanis@yahoo.com.mx. Gracias.
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