viernes, 24 de mayo de 2013

A QUE ESTAMOS JUGANDO?: EL OJO VIGIA DE OBAMA. Por Jose M. Gómez.


Al escuchar la retórica de la administración Obama respecto a la libertad de prensa en Estados Unidos, no podemos evitar pensar que el sueño ha terminado, que la sensación de renovación que la llegada a la Casa Blanca de un afroamericano, fue solo una ilusión y que ahora Washington ha retomado los viejos vicios de la Guerra Fria: hurgar en todos los recovecos, supuestamente en aras de la seguridad nacional, a costa incluso de cualquier consecuencia ética implicada.
Ahora el ocupante de la oficina oval está en el ojo del huracán debido a una serie de escándalos de espionaje. Más de 50 organizaciones de medios estadunidenses protestaron por la intervención de registros telefónicos a periodistas de la agencia The Associated Press (AP). A raíz de una historia difundida por dicha agencia de noticias en mayo del 2012 sobre la existencia de un espía reclutado por saudíes para infiltrar a la red Al-Qaeda en la península arábiga.
 Además  el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, exigió que se castigue con todo el rigor de la ley al responsable por la persecución fiscal a agrupaciones vinculadas con el conservador Tea Party (Partido del Té) que el Servicio de Recaudación Interna (IRS, por sus siglas en inglés) realizó.
Y por si esto no fuera suficiente, recientemente han sido divulgadas 100 páginas de correos electrónicos en donde se exponen las deliberaciones gubernamentales tras el atentado en la ciudad libia de Bengasi en septiembre de 2012, que por meses ha generado  acusaciones de un  probable encubrimiento de negligencias en torno al ataque en el que murieron el embajador Christopher Stevens y elementos del personal consular.
Todo esto ha llevado a poner en tela de juicio la honorabilidad de las acciones emprendidas por el gobierno norteamericano, por un lado afirman estar comprometidos con el acceso de los ciudadanos a la información, al otro lado de la mesa tenemos a Jay Carney vocero del gobierno diciendo que los actos de espionaje están justificando dichas intrusiones en aras del bienestar de la nación.
Tal esto no deba caernos de sorpresa basta con recordar aquel 8 de agosto de 1974 cuando el entonces presidente, Richard Nixon se veia obligado a dimitir debido a su implicacion en el escandalo Watergate de que se revelara que Nixon tenía un sistema de grabación de cintas magnéticas en sus oficinas y que había grabado una gran cantidad de conversaciones dentro de la Casa Blanca.
El debate aquí no es el doble juego que el gobierno estadounidense realiza respecto a la libertad de prensa. O si se debe hacer uso o no del aparato de inteligencia gubernamental a ciudadanos y empresas norteamericanos; es sobre quien decide los criterios para justificar una intrusión de dichas características, quien dentro de las altas esferas del poder determina a que tienen derecho y a que no los ciudadanos. En un mundo que muchas veces imita y la mayoría de las veces replica de manera cínica los comportamientos emergidos de Estados Unidos, no deberíamos preguntarnos si alguien escudriña nuestros documentos mas íntimos  solo para proteger, no la seguridad de la sociedad sino el simple Status Quo.

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