Rodrigo Huerta Pegueros |
Noventa
y cinco años había cumplido meses antes cuando se encontraba recluido en un
hospital de Sudáfrica de donde salió para irse a pasar sus últimos días a su
hogar, junto a su tercera esposa, tras haber vivido intensamente como
revolucionario, profesionista, recluso, dirigente y haber logrado ser el primer
presidente negro en un país donde la segregación racial fue impuesta por varias
décadas y que fue abolida en los primeros años de la década de los noventa
justo después de haber obtenido su libertad tras 27 años prisión.
El
hombre que empuñó las armas para luchar contra un gobierno de opresión y de violaciones
a los derechos elementales de los sudafricanos de raza negra, salió de la
cárcel convertido en un convencido de que la reconciliación de los africanos de
raza blanca y negra era la tarea principal de su actuación como líder y como
gobernante.
Las
armas, según dijo el propio Mandela,
fueron utilizadas para combatir al gobierno, nunca para hacer daño a las
personas. Esto, le valió el reconocimiento mundial y se le otorgó la categoría
de ser un auténtico líder moral y digno, lo cual hoy se le ha recnocido por
parte de quienes son líderes mundiales, jefes de estado y de gobierno,
dirigentes eclesiásticos, intelectuales y gente común que tuvo a bien abrevar
sobre la vida y obra de un ser calificado de extraordinario y quien logró
alejarse del egocentrismo y seguir siendo humilde, quien prefería hacer cosas
pequeñas que sirvan a la comunidad que grandes proyectos para beneficio de unos
cuantos.
Las
lecciones de Mandela servirán para que primero, Sudáfrica continúe en el camino
hacia la transformación y el progreso, sigan unidos y consoliden la libertad
tan añorada y por la que toda su vida luchó, manteniendo la idea de que la
derrota del apartheid fue un triunfo contra la adversidad.
Nelson
Mandela, provocó, como en pocas ocasiones hemos visto, una conmoción global
entre líderes mundiales y las expresiones sobre la figura del ex presidente
sudafricano fueron de reconocimiento y de aportaciones invaluables para la
humanidad.
Comparado
con Martin Luther King, defensor de los derechos civiles en los Estados Unidos
de Nporteamérica y con Mahatma Gandhi, líder moral de la India y promotor de la
resistencia civil pacífica, Mandela ha obtenido un reconocimiento único en la
era de las nuevas tecnologías, de la globalización y cuando la guerra, la
confrontación, el egotismo, el armamentismo y el terrorismo a nivel mundial parecían ser indestructibles.
La
inteligencia, la tolerancia, el diálogo, la fraternidad, el buen humor y su
indeclinable creencia de que ninguna injusticia es para siempre, hicieron
posible de que quienes lo conocieron, lo escucharon o lo leyeron, estuvieran
convencidos de que este era un hombre fuera de serie, un hombre único y quien
tuvo como objetivo de vida a luchar contra la pobreza, la cual definió como un
especoe de esclavitud que debe ser abolida y por la cual todos deben luchar
hasta lograr su liberación.
Sería
prolijo tratar de hacer una apretada biografía del líder sudafricano, mas bien
la intención es destacar la dimensión que logró tener en el ámbito global un
hombre procedente de la aldea rural para convertirse en líder mundial de la
dignidad y la moral por lo que hoy el planeta se rinde ante su figura y sobre
todo ante su legado.
Periodista/Analista Político*
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.