Se dice que el agua es vida, nos brinda salud y un estado anímico equilibrado, sin embargo, existe un trastorno cuando ingerirla se convierte en una obsesión, como un hábito para bajar o mantenerse en un buen peso, informó la nutrióloga del Hospital General (HGR), N.° 1 Vicente Guerrero de la Delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Guerrero, Irma García Almazo.
La especialista comentó que de acuerdo a los parámetros de salud de la estrategia la Jarra del Bien Beber, se deben consumir diariamente ocho vasos de agua natural (dos litros), que brindar diversos beneficios a nuestro cuerpo.
Pero el trastorno por consumir agua de forma abundante, se conoce como potomanía. Explicó que este padecimiento obsesivo-compulsivo es cuando la persona ingiere de 8 a 12 litros de agua al día, lo cual le resulta necesario.
La nutrióloga, indicó que cuando una persona se excede en el consumo de líquido potable resulta totalmente dañino para la salud, ya que puede alterar el correcto funcionamiento de los riñones y la composición de la sangre, además de que pone en peligro el equilibrio de fluidos y electrolitos dentro del organismo.
“Estamos hablando que de que el consumo de agua es un problema cuando se están ingiriendo un promedio de 8 a 12 litros al día, porque lo recomendable son dos litros (de agua) al día y en lugares cálidos como en Acapulco se recomienda hasta 3 litros y en gente que hace ejercicio, deportistas se recomienda hasta 4 y medio, pero no más”.
Insistió que la potomanía se refiere a un trastorno neurológico “ya que es una afectación del hipotálamo, que es la zona del cerebro que regula el asunto de la sed y la ingesta de agua, cuando tiene una afectación por un tumor, por un golpe, por alguna infección, se alteran las señales que el cerebro manda acerca de la sed y la persona puede tomar desmedidamente agua”.
Destacó, no obstante, que este trastorno, es sumamente extraño, por lo que asocian el trastorno con un desequilibrio psiquiátrico y es que, en general, los trastornos alimentarios están relacionados con enfermedades mentales, trastornos de la personalidad, como la presencia de cuadros delirantes y síntomas histéricos.
La nutrióloga del Seguro Social comentó que hay otras consecuencias que se generan por este consumo excesivo de agua, como: calambres musculares: debido a la dilución del sodio y del potasio; hiponatremia: concentración baja de sodio en sangre (debido a la dilución por el exceso de agua); náuseas; disminución de la secreción de la hormona antidiurética, por lo tanto se aumenta la diuresis; letargia, cefalea (dolor de cabeza); convulsiones; parálisis; insuficiencia cardiaca congestiva, coma e incluso la muerte.
Reiteró que ante cualquier alteración es necesario que la persona sea vigilada y mantenga un buen control de su salud. Destacó que aunque el derechohabiente no se sienta enfermo, es necesario que acuda con su médico familiar, al menos dos veces por año.
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