El actor y maestro de actuación, Óscar Ugarte consideró que estas actividades contribuyen a crear conciencia y alejar a los jóvenes de la violencia. |
Arcelia, Guerrero, 8 de febrero.- Aarón Duarte es
estudiante de preparatoria en el municipio de Zirándaro. “El último pueblo de
Guerrero”, como él mismo lo dijo, ya que su lugar de origen se encuentra en los
límites con Michoacán.
Aarón participó en el taller El Violín en la Historia
Antigua, impartido por el profesor Vladimir Bedixlen. Se inclinó por esta
actividad porque desde niño practica el violín y desde hace tres años enseña el
instrumento en la Casa de Cultura de Zirándaro, en la región Tierra Caliente
del estado.
- ¿Cómo te enteraste de estos cursos para formadores
culturales?
- Yo tengo tres años viniendo a El Tecolote y siempre
tomo los cursos que hay acá. El maestro Josafat siempre nos invita.
- ¿En tres días qué aprendiste?
- Pues nos enseñaron técnicas para aprender a enseñar. Yo
quiero seguir dando clases en la Casa de la Cultura de Zirándaro, hasta que
termine el Bachilleres. Quiero estudiar música. Me gusta la música clásica,
además de los gustos y sones tradicionales.
- ¿Allá en Zirándaro hay muchos muchachos que les gusta
estudiar música?
- Pienso que allá en Zirándaro se está perdiendo la
cultura un poco. Allá escuchan puras bandas de viento y eso. Lo que se pierde
son los gustos y sones, música regional, tradicional.
Aarón se levanta apurado, porque tiene que prepararse
para subir al escenario y presentar el número que ensayaron en el taller,
dentro de las actividades de las Caravanas por la Paz, que durante febrero se
llevan a cabo en el municipio de Arcelia.
Junto a sus compañeros, comienza a tocar Variaciones del
Canon en Re mayor del compositor barroco Johann Pachelbel, donde demuestran la
calidad de los artistas calentanos.
El último número de la noche fue el del taller de danza.
El son jarocho en el escenario, ejecutado por jóvenes bailarinas terminó por
levantar al público, que minutos antes ya estaba entusiasmado por los
anteriores números.
Un muchacho corpulento se paseaba por el jardín del
Centro Cultural El Tecolote, mientras la gente comenzaba a retirarse del
auditorio, pues habían acabado las presentaciones. Era Óscar Ugarte, actor y
maestro de actuación, quien tomó clases en el taller del profesor Leonardo
Cuesta.
Óscar está convencido que el arte puede ser un
instrumento contra la violencia y crear conciencia.
Lo dijo con convencimiento: “Nosotros estamos creando un
ejército, un ejército que no lleva armas de fuego, sino herramientas, cultura,
tocar un instrumento, elaborarlo, actuar. Y eso ayuda”.
La clausura de los cursos intensivos para el
fortalecimiento de las capacidades de los formadores culturales comunitarios de
Guerrero, fue una fiesta de música, literatura, danza e imágenes, pero sobre
todo de buena convivencia.
A los asistentes a los talleres a hora les toca compartir
sus conocimientos en las comunidades de las que provienen.
(Se publica el boletín, tal cual redactado)
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