Maite Ramos Gómez, presidenta de la Comisión de Movilidad de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex). |
* 80% del presupuesto va a
infraestructura carretera, cuando 8 de cada 10 mexicanos usan transporte
público. Falta de movilidad genera enormes pérdidas económicas
“Hay que pasar del
diagnóstico a la acción y los que toman decisiones necesitan bajarse del coche
y subirse al transporte público pero en condiciones reales, no para la foto”,
afirma Maite Ramos Gómez, presidenta de la Comisión de Movilidad de la Confederación
Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Ciudad de México, quien
participará como ponente en el 7o Congreso Internacional del Transporte que se
desarrollará en la explanada de la Delegación Cuauhtémoc del 23 al 25 de abril.
Tras advertir que uno de
los mayores problemas radica en la distribución desigual de recursos para
proyectos de transporte público, Maite Ramos estima que no hay voluntad para
aumentar esa inversión ni para asumir los costos políticos que pudieran
representar. “El diagnóstico ya está, hoy necesitamos dar el siguiente paso.
Necesitamos una ciudad hecha para las personas y hoy no la tenemos”, enfatiza.
Aun cuando la
representante del sector empresarial reconoció que los problemas de
congestionamientos y falta de movilidad, en mayor o menor medida han dejado de
ser problemas de las grandes ciudades y cada vez están más presentes en urbes
pequeñas y medianas, recordó el caso de la Ciudad de México donde los problemas
de congestionamiento vehicular son tales que han colocado a la metrópoli como
la segunda en el mundo con los peores problemas de tránsito.
Desde esta óptica
consideró incongruente que las autoridades destinen 80% de los recursos a
infraestructura vial, segundos pisos y repavimentación y sólo 20% a transporte
público cuando el 80% de los habitantes del Valle de México se movilizan en
transporte masivo y sólo 20% en automóvil.
Aludiendo al Índice de
Tránsito Tom Tom, la empresaria subrayó que la Ciudad de México ocupó la 2ª
posición del ranking, sólo por debajo de Estambul, con índices de
congestionamiento vehicular que van de 55% a 89% en horas pico, “es decir que
en un tramo de 60 minutos vas a tardar casi 90 minutos; y si es hora de
congestionamiento vas a tardar el doble. Si esto lo llevamos a dinero es
muchísimo, según el índice son más de 107 horas perdidas por año por persona.
Son montos enormes y afectan la productividad de la ciudad”, precisó.
Desde este enfoque, Maite
Ramos enfatizó que a causa de los congestionamientos viales el nivel de
competitividad de la ciudad es seriamente afectado, perjudicando también los
niveles de vida, estado de salud, condiciones ambientales y número de
accidentes, factores que no han sido contabilizados pero tienen un impacto
directo en la productividad de las ciudades, generando una pérdida casi del 4%
del Producto Interno Bruto (según cálculos del ITDP).
“Tuvimos el año pasado 24
mil muertes por accidente, 40 mil heridos y los accidentes viales son la
primera causa de muerte en niños de 5 a 20 años; tuvimos más de 14 mil enfermedades
respiratorias y más del 18% de emisiones de CO2 las generan los autos”, enlista
Maite Ramos y subraya que a nivel mundial hay un cambio de paradigma, donde se
privilegia el transporte público eficiente sobre la construcción de vialidades
para autos.
Yendo un poco más lejos
Ramos Gómez subraya la falta de criterios sólidos para asignar recursos al
transporte público y a manera de ejemplo señala que aun cuando Metrobús
desplaza mayor número de pasajeros recibirá menos presupuesto que Ecobici
(117.1 millones de pesos) siendo considerablemente menor el número de usuarios
de este programa.
“El verdadero reto está en
dotar a las ciudades de un transporte masivo tan eficiente que los usuarios de
automóvil decidan dejar sus autor para utilizarlo”, arengó la especialista
poniendo de ejemplo el éxito de Metrobús, donde el 17% de sus usuarios afirma
tener automóvil, “sin embargo lo dejan y prefieren usar el Metrobús, porque es
un transporte seguro, donde sabes cuánto tiempo vas a tardar y es una buena
alternativa” afirma.
Finalmente expresó a
nombre de Coparmex el deseo de contar con una ciudad más productiva, con mejor
calidad de vida, una ciudad hecha para las personas y no una ciudad hecha para
el auto.
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