Chilpancingo, Guerrero, 6 de junio.- Las mujeres han tenido una destacada participación en la Caravanas Culturales por la Paz.
Tanto en los proyectos de desarrollo artístico y comunitario, en el papel de talleristas o participante, como en los conciertos y presentaciones artísticas, han sido parte activa, involucrándose en los procesos de manera comprometida.
Irma Romero vive en el municipio Zirándaro y asistió al taller de pintura Construyendo Sueños, impartido por el maestro Gerardo de León Naranjo en febrero pasado, cuando las Caravanas Culturales por la Paz estuvieron en la región Tierra Caliente.
Irma encontró en este taller una manera de curar un duelo personal, ya que su hijo murió siete meses atrás. “He aprendido a expresar mi alma, a olvidarme de todos mis problemas”, dijo al responder sobre lo que había aprendido en el proyecto de pintura.
Ella nunca había asistido a un taller cultural, pero decidió acercarse al proyecto cuando buscaba la forma de salir de la depresión en la que se encontraba. Se dio cuenta que el aprendizaje de alguna disciplina artística ayuda de manera considerable en el proceso de recuperación ante pérdidas y experiencias violentas.
El cuadro que elaboró fue la imagen al óleo de un cuinique, una clase de ardilla que habita en la zona de Tierra Caliente. Irma mostró con orgullo su trabajo cuando se llevó a cabo la exposición al finalizar el taller y dijo que espera que haya continuidad en estas iniciativas y que no sea algo pasajero.
Otro ejemplo de la participación femenina en las Caravanas, es el taller de cocina en el municipio de Tlalchapa, que brindó a las mujeres de la localidad la oportunidad de reforzar y adquirir nuevos conocimientos sobre la preparación de platillos típicos de la Tierra Caliente. Pero sobre todo fue un espacio para la convivencia con otros miembros de su comunidad.
Las responsables del proyecto de Rescate de la Comida Tradicional Calentana, Mercedes Medina y Norberta López Macedo se dijeron convencidas del éxito de la iniciativa, porque el taller permite la convivencia del pueblo con gente de otras comunidades, aparte que adquieren conocimientos.
En este taller se elaboraron tamales nejos –una variedad típica de Tierra Caliente que se prepara con ceniza–, uchepos –tamales de elote–, frijoles puercos y combas –frijoles de la región– entre otros alimentos.
“De lo que se trató el curso fue de compartir no sólo las recetas, sino de hacernos compañía”, mencionó Mercedes, quien estuvo dos semanas en Tlalchapa, compartiendo sus conocimientos sobre comida calentana.
Más allá de la escena típica de mujeres trabajando en la cocina, lo importante de este taller fue la intención de acercarlas entre sí, de provocar la convivencia, el contacto con el otro y crear un espacio de intercambio, lo que está en consonancia con uno los objetivos primordiales de las Caravanas en sus actividades: el empoderamiento de las personas a través del arte y la cultura.
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