ESTE VIERES 27 CUMPLES un
mes como gobernador del estado. Por supuesto que es muy poco tiempo para hacer
una evaluación de tu gobierno, y más aún, de los resultados, aunque hay quienes
exigen un cambio, como si éste pudiera lograrse de la noche a la mañana.
Y no es que te justifique,
ni pretendo hacerlo, pues no es mi papel, pero siendo justos, aunque es muy
cierto que se requieren resultados inmediatos, es un hecho indiscutible que no
se pueden lograr los cambios de un día para otro, y más cuando en los últimos
diez años las autoridades no hicieron nada para resolver los problemas del
estado.
Es cierto. La inseguridad
y la violencia es, sin duda, el gran pendiente en el estado, producto de la
descomposición social, de la negligencia de las autoridades, y de una nula
aplicación de la ley. Pero también es cierto que un problema como éste, de las
dimensiones que tiene, es imposible que se pueda resolver en un mes, de ahí que
los hechos delictuosos continúen ocurriendo.
Por supuesto, tampoco en
un mes de gobierno puede reducirse la pobreza y los niveles de marginación
existentes en Guerrero que por cierto son históricos, y obvio, es también
imposible que en 30 días se acabe con la opacidad y corrupción que caracteriza
a los gobiernos que ha tenido Guerrero.
En 30 días tampoco pueden
resolverse, con todo y que tengas toda la intención, ánimo y compromiso, en lo que a ti corresponde, el conflicto
generado por los hechos de Iguala, es decir, lo de los normalistas desaparecidos,
las exigencias de justicia y las protestas de los maestros cetegistas contra la
“reforma laboral” y la evaluación a la que se oponen, y tampoco, por más que se
quiera, creo yo, se pueden resolver los boquetes financieros tanto en la
Secretaría de Educación, como en la Secretaría de Salud.
No se puede de la noche a
la mañana, aún y cuando, hay que decirlo, urgen los cambios y que mejoren las
cosas, es decir, que haya una mejor seguridad y menos violencia para que los
guerrerenses podamos vivir tranquilos; es imposible que en unos cuantos días se acabe la corrupción, como también que los
problemas estructurales existentes en la secretarías de Educación, y Salud, se
acaben como por arte de magia, si se toman en cuenta las inercias existentes.
Ni siquiera con una varita mágica se puede resolver la pobreza y la marginación
aquí existente.
Sí. Faltan esas
estrategias para combatir y prevenir la delincuencia y la violencia que se
cierne sobre Guerrero, de la que incluso ya nadie está seguro, y sin duda, como
bien lo dices, falta mayor decisión y apoyo del gobierno federal, pues Guerrero
no es un estado que debe dejarse a la deriva y sin atención. El caso del
alcalde de Pungarabato, Ambrosio Soto Duarte, que está renunciando al cargo por
amenazas de la delincuencia organizada, o los hechos ocurridos este jueves en
Tixtla, en donde fueron asesinados cuatro policías comunitarios, o lo sucedido
recientemente en Chilapa, o en la sierra de Tlacotepec, son solo algunos
ejemplos de que se requieren resultados inmediatos.
Y sin embargo, como ya
dije, es prácticamente imposible que se obtengan resultados inmediatos, cuando,
por ejemplo, ni siquiera el gobierno federal, con todo y la fuerza que tiene,
puede con el problema de la violencia y la inseguridad, de ahí que, el
gobierno, en sus tres niveles, junto con la sociedad, deben de poner su mejor
esfuerzo.
Es cierto, la
responsabilidad de proveer seguridad y procurar justicia, incluida la social,
es del estado, del gobierno, pero creo que es necesario que la sociedad en su
conjunto participe, de manera decidida, en la solución de los grandes problemas
de Guerrero; no hacerlo, como hasta ahora ha ocurrido, retrasará la solución de
éstos.
Y HABLANDO DE VIOLENCIA,
¿a quién le conviene que en Tixtla, en donde el domingo próximo habrá
elecciones extraordinarias para elegir a su nuevo presidente municipal, haya
muertos y se enrarezca el ambiente para que no se lleve a cabo la jornada
electoral?
¿Quién, hace algunos días,
vertió señalamientos en contra del candidato adversario, porque se sabe
perdedor en la elección? ¿Quiénes están contra la jornada electoral, a grado
tal que el 7 de junio pasado se robaron y quemaron las casillas? ¿Quiénes
prefieren llegar al Cabildo, a través de un Concejo Municipal, por la vía de
los acuerdos, alejados de las prácticas democráticas?
Es indudable que a quien
le pega, a quien le perjudica que se enrarezca el ambiente electoral, como
consecuencia de la violencia, es al candidato del PRI-Verde-Panal, Saúl Nava
Astudillo, quien de acuerdo a los propios tixtlecos tiene la victoria asegurada,
a menos, claro, que no haya elecciones
como algunos quieren.
Y eso, parece, es lo que
le están apostando algunos, pues de otra forma no se explica que a unos cuantos
días de que se lleve a cabo la elección en Tixtla, maten a 4 policías
comunitarios, quienes como organización participan en el Consejo Municipal de
ese lugar, y quienes se han manifestado en contra de las elecciones, aunque
paradójicamente participan con una candidata a través del Partido de Andrés
Manuel López Obrador (PAMLO), sin ninguna posibilidad de ganar.
¿Quién pues está detrás de
la violencia en Tixtla, con la cual se enrarece el clima allí existente, y con
un virtual ganador? ¿A quién le conviene mantener la ingobernabilidad ene se
municipio?
Carajo! Tal parece que hay
quiénes les conviene la situación de inseguridad, violencia e ingobernabilidad
en el estado.
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julio651220@hotmail.com
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