En medio de terribles
errores en la administración pública de México el Fondo Monetario Internacional
anunció que “cuando concluya 2015, la deuda pública llegará a 9
billones 380 mil millones de pesos y será equivalente a 51.9 por ciento del
producto interno bruto (PIB) …”. Y como para echarle otro balde de agua a la
nación que sufre la mayor violencia sistémica interna de la historia moderna de
México, el FMI, aclara que: “al comenzar la actual administración
gubernamental, en diciembre de 2012, la deuda fue equivalente a 49.8 por ciento
del PIB, que significaban 7 billones 770 mil 294 millones de pesos, de acuerdo
con el valor de la economía mexicana calculado por la Secretaría de Hacienda
para ese año.
Y pese
a estos anuncios y de la crisis
permanente del gabinete y en pleno Aniversario de la Revolución Mexicana, se
cuelan los rumores de que se abren los caminos a la privatización del sector
salud. José Antonio González Anaya,
director general del IMSS, negó que el actual régimen abrirá el sector salud a
la privatización, sin embargo los hechos dicen lo contrario; se construyen
hospitales híbridos con la participación de la iniciativa privada. Se subrogan
guarderías, servicios de hemodiálisis, y ahora de ambulancias.
Qué pasaría si en vez
de que los servicios de hemodiálisis no se subrogaran y los atendiera el IMSS
con el dinero de los derechohabientes, los hospitales privados tendrían que
enviar a sus pacientes ricos a las clínicas de hemodiálisis del IMSS.
Pero esto es al
contrario. Los afiliados al IMSS, van a estas clínicas privadas que le dejan
una ganancia estratosférica a los dueños de estos pequeños hospitales.
¿Por que privatizar un
sector con pésimos servicios de salud en vez de apostarle a su desarrollo? La
seguridad social, fue un logro del régimen emanado de la revolución. Los hijos
de la revolución lo están llevando al abismo.
A su negación. Lo que fue un logro del PRI, se está convirtiendo en un
retroceso histórico que afectará a millones de mexicanos.
Y no solo a los miles e
trabajadores que serán cesados, o los cuales serán domeñados por asfixiantes
demandas laborales que duran años y sólo sirven para engrosarles la cartera a
abogados chicaneros que negocian con el patrón a espaldas de sus clientes, o
con líderes venales que utilizan esas demandas para lucrar con el estado para
su beneficio personal.
Si el actual régimen no
para este despeñadero nacional, otros lo harán. No es posible que en un esquema
republicano, la banca, el petróleo, el oro, las aguas, los mares, se
privaticen. En ninguna nación sucede lo que pasa en México. ¿De qué están
hechos los mexicanos que aguantan toda clase de atropellos?
Si la seguridad social,
sigue en esa ruta, lo más probable es que dentro de poco, todo pertenezca a la
iniciativa privada. Bueno, como muestra un botón, la medalla “Belisario
Domínguez” le fue otorgada al empresario promotor de la privatización del
petróleo Alberto Bailleres González, consentido de Fox y de Calderón en un
hecho sin precedentes en el senado de la republica.
Que mensaje mandaron
desde los Pinos a los senadores para imponerle la medalla al tercer hombre más
rico de México? Una condecoración no propia para un empresario.
La sierra: el ojo del
huracán
En medio de comentarios
escépticos, el gobernador Héctor Astudillo Flores, agarró al toro por los
cuernos en la región de la sierra de Guerrero, al iniciar medidas extremas para
pacificar esa región tradicionalmente violenta producto de los mecanismos
simbólicos y económicos que rigen en la sierra y que consisten en la siembra,
trasiego y procesamiento de enervantes, entre estos los de mayor calado, la
heroína, morfina, opio y metanfetaminas, que en los últimos años han convertido
a esa región en una zona libre y donde ni el ejercito, la marina y las policías
federales y la gendarmería han logrado frenar ese inmenso negocio que les deja
millones de dólares anuales a los usufructuarios de las opiáceas de Guerrero.
En las últimas semanas
se han suscitado enfrentamientos en la región entre comunitarios y maleantes,
desconociéndose el número de ciudadanos abatidos de ambos bandos. Para nadie es
un misterio que en la sierra la actividad económica es la amapola, marihuana y
el procesamiento de drogas sintéticas. De campesinos productores de amapola,
dieron el brinco a procesadores de las opiáceas y drogas sintéticas. Por eso
llama mucho la atención el esfuerzo realizado por la actual administración al
sentarse a platicar con comisarios y sierreños que han sufrido los embates del
crimen organizado. También con cientos de miles de desplazados de sus
comunidades por la violencia y que demandan paz , tranquilidad y el derecho a
vivir de sus actividades primarias, como son la siembra de maíz, agave
mezcalero y a explotar racionalmente sus bosques. Y claro, a impulsar nuevos
cultivos agrícolas como el aguacate, durazno, hongos de todo tipo y a buscar
los caminos que permitan la explotación de sus recursos mineros por las propias
comunidades y no por consorcios extranjeros globales como la Gold Corp de Canadá.
Esfuerzo institucional del
actual mandatario que tiene que rendir frutos. Ojalá que el gobierno federal
apoye esta iniciativa y no suceda como en los estados de Michoacán, Tamaulipas
y Morelos, donde el gobierno federal ha cometido errores en este tema que
lacera y es un problema de seguridad nacional.
Guerrero es la punta
del iceberg, aquí se juntan; pobreza extrema, tradición guerrera, narco
industrias y un estado donde la colusión del crimen organizado con los tres
niveles de gobierno ha sido una tradición. Con estas acciones, la
administración de Astudillo Flores, está dando un salto de ciento ochenta
grados, ojalá no encuentre trabas y piedras oficialistas de índole federal en
el camino, pues pese a los cientos de miles de efectivos que patrullan nada más
Acapulco, la violencia callejera, crímenes de toda laya no paran, así como la
amenaza a escuelas y a ciudadanos y pequeños empresarios.
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