OSCAR MEMIJE FRANCO |
Si bien se cita que
“Guerrero nos necesita a todos” y que se construye un “Nuevo Acapulco”, entonces cada día se debe incorporar más a la
sociedad civil en cada acción de gobierno.
Es necesario tener la
voluntad de hacer algo de bien por la tierra que nos vio nacer, la misma que
nos adoptó para los días de nuestra existencia.
Democracia participativa
es una expresión amplia que se suele referir a formas de democracia en las que
los ciudadanos tienen una mayor participación en la toma de decisiones
políticas que la que les otorga tradicionalmente la democracia representativa.
La democracia participativa permite una participación ciudadana mayor que en
democracia representativa pero menor que en la llamada democracia directa.
Una parte fundamental para
la participación social, es la transparencia de los recursos públicos, pero
realmente transparente, no con Consejos Ciudadanos a modo, con actitud responsables de los servidores
públicos, que se sepa identificar las necesidades y realizar acciones
“prioritarias”, tenemos temas urgentes por resolver, pero no todo es
prioritario.
Es evidente que el
quehacer político-administrativo se debe dignificar, esa es una acción
prioritaria, que debe rendir frutos a la
brevedad posible, eso incentiva a la sociedad a
participar.
Se debe tener claro; el
poder político es un elemento esencial del Estado, el cual fue creado por el
hombre para su propio bienestar, nos resistimos a la idea de creer que el poder
es sinónimo de maldad, de explotación y de simple y pura dominación.
El poder cumple una
función muy importante, afirmo que es vital, para dar coherencia al grupo
social, de mantenerlo unido, de hacer de él una comunidad. Sin el poder y el
sistema de relaciones que implica la sociedad se disgregaría.
Por esa razón el servidor
público cada día debe ser mesurado, cordial, transparente, visionario,
responsable y comprometido a dar resultados de desarrollo sustentable en
nuestra tierra y para nuestra gente.
Cómo ciudadanos no debemos
tener antipatía por mejorar la calidad de vida,
son fundamentales políticas públicas que contribuyan al tejido social y
todos trabajar por nuestra tierra guerrerense, no se puede ser escéptico y
pensar que todo está perdido, es necesario participar, la tarea es de todos,
desde la higiene de casa y de la banqueta (no posesionarte de ella), evitar
tirar basura en lugares indebidos, evitar contaminar, respetar al gran líquido
vital del agua, teniendo uso y reutilización adecuada, sembrando árboles en los
frentes de sus predios y donando algunos otros para los espacios públicos,
respetando a los vecinos y gente en
general, ser atento y cordial para dar paso al peatón, solidario con nuestra
gente de capacidades especiales y teniendo un mejor desempeño en los hogares y
empleos, entre tantas cosas más.
Asumir con mejor
responsabilidad, tiempo y desempeño como padre o madre, reduce la posibilidad de que los hijos
emigren a malos pasos y sean estadísticas de problemas sociales. La
disfuncionalidad de las familias no implica desentendimiento de los hijos, no
se puede ser amigo de los hijos, porque los amigos pueden dejar de ser amigo,
pero padre-madre e hijo nunca.
La estabilidad social se
genera con distintas políticas públicas que el gobierno debe implementar, y la
sociedad la puede consolidar; dedicando tiempo y atención a los hijos para
formarlos y educarlos como hombres de bien, con el cimiento de valores morales;
respeto, amor, gratitud, amistad, bondad, prudencia, honestidad, perseverancia,
solidaridad, entre otras más con nuestra gente.
“Hemos aprendido a volar
como los pájaros del aire, hemos aprendido a nadar como los peces de los mares,
y aún no hemos aprendido a caminar sobre la Tierra como hermanos y hermanas”.
Martin Luther King.
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