GABY CARMONA ASTUDILLO |
Acapulco es, ha sido y será siempre la Joya de la Corona que todos los
partidos políticos, grandes, medianos y pequeños pretenden ganar y gobernar,
esto, debido al enorme presupuesto que
ahí se maneja, otros dicen que ser presidente municipal del puerto más famoso
del mundo, es como estar en la antesala a la gubernatura del estado de
Guerrero, de ahí su importancia.
La disputa por el control social, económico y político es evidente, y
quienes la han gobernador han encontrado, en algunos casos, un ayuntamiento con
las arcas vacías o al menos eso han expresado los que han llegado al poder
desde la A hasta llegar a la Z, y el
asunto se complica más, cuando el poder estatal
es encabezado por un partido diferente al que gobierna en el puerto,
entonces las mechas se prenden y empieza, el otro conflicto, el político.
Acapulco aporta un número importante
de votos en las urnas, se puede decir que es el municipio que define una
elección, sus ciudadanos han castigado de forma terrible a los presidentes
municipales que han buscado gobernar el estado de Guerrero: Manuel Añorve Baños
y Luis Walton Aburto son un claro ejemplo de ello, no se puede decir lo mismo
con Zeferino Torreblanca Galindo, quien de alcalde pasó a ser gobernador del
estado, administración que se vio empañada por grandes desvíos de recursos en
dependencias como Administración y Finanzas, Sedesol Educación y Salud.
El sueño de todo político es convertirse en presidente municipal de
Acapulco, y todos los que aspiran sean del partido que sea, mantienen una
férrea lucha por alcanzar el objetivo, muchos se quedan en el camino, por no
contar con el apoyo de las cúpulas del poder político en Guerrero y en el país,
ahí está el detalle, pero los que tienen la bendición política de sus jefes de
tribus, son lanzados al ruedo, en donde con mañas o sin ellas llegan al poder
municipal.
No es raro que las flechas sean dirigidas a quien ocupa la presidencia
municipal de Acapulco, a quienes muchos ven como el objetivo a vencer, porque
les representa un obstáculo, por lo que hay que empezar la campaña en su contra
hasta llevarlo al desprestigio social y político, por que de lo que se trata es
de tirarlo antes de tiempo, antes de llegar a la fecha clave.
Juan Salgado Tenorio, entonces alcalde de Acapulco sufrió en carne propia
esa campaña, orquestada desde el interior de su partido y el fuego amigo se
hizo presente, sin embargo, el edil también abono un poco a esa caída: el
huracán Paulina lo desnudó y el error con “Z” precipitó su caída. En la guerra
y en el amor, dicen todo se vale, lo mismo aplica para la política.
A unos meses de haber asumido el poder, el edil perredista, Evodio
Velázquez Aguirre ha empezado a sentir los misiles lanzados desde el poder
federal y de un diputado local de MC, a pocos más de cien días en el poder el
joven edil resiste los embates de los esbirros del poder y desde el poder
mismo.
Y no es para menos, desde la visión priista, el edil porteño sería el
candidato natural a la gubernatura del estado, todo habrá de depender del
trabajo que haga en Acapulco, es poco el tiempo para empezar a calificar su
gobierno, esa es la verdad.
Tiempo es el que tuvieron los ciudadanos acapulqueños para calificar y castigar
a Luis Walton Aburto en sus aspiraciones por gobernar el estado de Guerrero, no
le perdonó el votante porteño el que por un año haya tenido a la sociedad sin
policías y lo peor aún, no le perdonó el electorado guerrerense el haber
impulsado la candidatura de José Luis Abarca en Iguala en esa extraña Alianza
política entre el PRD-PT-Convergencia.
Los Acapulqueños no soportaron el caos y castigaron al hombre nacido en el
barrio de Manzanillo.
Ese mismo electorado, le aplicó años atrás, la misma dosis política a
Manuel Añorve Baños, quien con el PRI-VERDE busca gobernar Guerrero, su derrota
en Acapulco fue histórica, contundente, tres a uno, el alumno no le pudo ganar
al maestro.
Hoy en día Acapulco el objetivo de los grupos de poder político, de los que
buscan llegar a gobernarlo, en el PRI por ejemplo, hay dos diputados federales
que están en campaña permanente, Julieta Fernández Márquez y Ricardo Taja, su trabajo a ras de piso los
ha llevado a estar en permanente contacto con los sectores más vulnerables y es
aquí en donde al momento de las
definiciones traerá graves problemas al tricolor, pues ninguno de los dos, estoy completamente
segura, habrá de dar su brazo a torcer y
ante ese enfrentamiento abismal, tendrá que salir un tercero en discordia, el
caballo negro que está listo para saltar a una posición que ha buscado desde
hace algunos años y que fue truncada de golpe y porrazo por una mente perversa
que lo doblegó cometiendo el acto más ruin que existe.
Acapulco es la joya de la corona que todos buscan gobernar, que todos
buscan acariciar, de ahí su importancia, de ahí el golpeteo, de ahí las
campañas sucias, ojalá que todos se pongan a trabajar y por primera vez en sus
vidas, lo hagan en beneficio de los ciudadanos acapulqueños y no de mafias ni de grupos oscuros. Vale pues.
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