Acapulco, Guerrero, 25 de marzo
del 2017.- "Cuando el hombre duerme, el alma vela" es un antiquísimo
refrán, que aplica en la obra pictórica de José Luis Medina Manzanarez, el
artista que ha llevado su plástica por diversas partes del mundo, expone hoy en
la Sala de Arte, en la Librearía y papelería “El Partenón”, en Acapulco.
Medina no requiere firmar
su obra, pues su talento está signado en cada trazo que vierte sobre el lienzo,
papel couché o fabriano, para entregarnos su Arte y su arte, en la esencia
misma de los efectos y la técnica que logra en cada matiz, como vivo ejemplo en
la pintura “El ángel que perdió las alas”, óleo y su técnica personal para
exponenciar el hombre-ángel, en sus ansiedades oníricas, como el temor, el
sueño, el miedo y la realidad."Ángeles", obras del plástico José Luis Medina. Propiedad privada (Foto GradoCeroPress) |
Más de una treintena de
cuadros en diversas técnicas, explica el pintor: “siento y creo que los personificados
o significados atribuidos al sueño sólo podrían ser símbolos propios que ayuden
al observador a ver parte de su inconsciente o su consciente”. Los ángeles que
sin nombre se exponen, son cualidades de entes que no existen; pero “viven en
nuestro imaginario”.
Medina Manzanarez, con el entrevistador (Foto GradoCeroPress) |
José Luis, un
experimentado artista que ha logrado que su Arte sea apreciado no tan solo en
los Estados Unidos de Norteamérica, sino en España y Alemania, ha causado el
revuelo entre espectadores de todas las profesiones, como sociólogos y psicólogos,
que ven en sus muestras artísticas, “todo el contexto de los ensueños, como las
emociones que producen, quiénes participan, qué acción realizan y cómo te
observas”. Las interpretaciones son personalizadas, rubrica el entrevistado.
“Y vuela lejos el hombre,
que nada se interponga ni cruce tu vida, la noche repentina se cierne y te
vende falsas sombras”, así explica Medina el cuadro “Los Celos”. Los amantes,
novios o enamorados siempre son protegidos por un ángel; de las malas lenguas y
personas malignas, no hay que temer, pues ellas solas con esa maldad, están sepultándose,
están acobardándose, se están maldiciendo ellos mismos. Porque contra el amor,
nada ni nadie. Asienta.
Lector, viajero, poeta,
músico y pintor, son los oficios de un
buen ser humano que en su arte nos entrega parte de su vida, de su experiencia
y en cada mensaje pictórico, hace enriquecer la vida y el lenguaje de su público.
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