- Jueces calificadores y médicos legistas al servicio de ellos.
La Secretaría de Seguridad
Pública del Municipio de Acapulco ha emprendido operativos especiales que sólo
sirven como negocio de mandos e incrementar el malestar social de la sociedad
por la sistemática violación a los derechos humanos, en la que participan
médicos legistas y jueces calificadores-
De acuerdo a testimonios
de hombres y mujeres detenidos “por infringir el mando de Policía y Buen
Gobierno”, la tarde noche de ayer viernes más de una veintena de policías
municipales, en su mayoría encapuchados y a bordo de cinco patrullas,
realizaron una razzia en la zona poniente del puerto, es decir, hacia Pie de la
Cuesta.
El objetivo, no como una
acción preventiva para inhibir el delito y bajar los altos índices de
criminalidad, sino que ha servido como negocio de mandos y para engrosar las
detenciones de “infractores al Bando de Policía y Buen Gobierno”, cuyas
estadísticas sirven para que el Secretario de Seguridad Pública justifique
trabajo en sus comparecencias en las sesiones solemnes de Cabildo.
Hombres y mujeres, estén
tomando o no lo estén, ya sea en vía
pública o en propiedad privada, “van pa´rriba”, comentó molesta una fémina
llevada a los separos o por quien un familiar pagó 500 pesos al policía de guardia
y éste supuestamente le entregó el dinero al juez calificador, sin que les
entregaran recibo alguno por dicho pago.
“Nos llevaron hasta las cantinas que están por
el Tamarindo (calle Velázquez de León del centro de la ciudad) y de varios de
esos lugares sacaron a personas y las subieron a las patullas. Un señor de más
de sesenta años les decía que había dejaron en la mesa su celular y su bolsa,
pero en respuesta lo insultaron y lo amenazaron con golpearlo”, comentó otro
que había sido arrestado.
Y agregó: “por la zona del
Derrumbe el operativo se le cerró a un Ibiza amarillo que estaba estacionado y
en el cual tres jóvenes se iban a subir, a los cuales obligaron a subir, a uno de ellos
a golpes porque les dijo que no era ningún pendejo, y tal parece que así fue
porque al llegar a los separos minutos después fue liberado sin que llegara
ningún familiar”.
“El médico legista ni te revisa, ponen lo que
los policías dicen. Si ya estás ahí su palabra es ley y quien reclama derechos
o se atreve a decirles que son arbitrarios en respuesta recibe insultos y una
golpiza”, lamentó Abel.
860 la multa, dice policía
de guardia a familiares de detenidos
Ante quien esto escribe,
quien acudió a liberar a dos detenidos, el policía de guardia aborda a quienes
van por algún familiar o amigo, le manifiesta que la multa es de 860 pesos y le
“reza” los “delitos graves” (dice) por lo que “se le trajo”, aunque la
detención fue por caminar con otros dos con un machete en mano.
Los lleva a una esquina y
en voz baja inicia una negociación y después de varios minutos recibe el dinero
y se dirige supuestamente a la oficina del Juez Calificador para “pagar” la multa y en menos de dos minutos
regresa y le grita a sus compañeros: “ (fulano de tal) sale”, sin entregar ningún recibo de pago.
El acceso hasta los
separos es restringido y sólo se permite pasar
una vez que los infractores al Bando son “revisados” por el médico
legista, quienes sólo se concretan a rellenar el papel sin revisar ni
preguntarle nada al arrestado, por lo que no se percata que algunos de ellos
fueron subidos a las patrullas a golpes y que durante el trayecto a las
instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública les dieron otra “recia” por
reclamar sus derechos.
Los tratos del pago de las multas las negocia
los policías de guardia de los separos, no el Juez Calificador, pues a los
familiares no les permiten llegar a él, por lo que los uniformados reciben el
dinero y poco después ordenan la libertad de la persona sin entregar ningún
recibo de pago.
Cruce de información
arrojaría el negocio de la policía
Un cruce de información
entre los ingresos de detenciones y el pago de multas que haya recibido el Juez
Calificador esa noche, determinaría de manera contundente el gran negocio que
realizan los policías de guardia y cuyo dinero, sin lugar a dudas, va a parar
primero al comandante de guardia, sin tomar en cuenta que el policía podría no
reportar todo el dinero recibido como pago de la multa, pues es él y no el juez
que realiza la negociación de la multa.
Eran más de 30 los
detenidos, entre hombres y mujeres, a quienes los policías les permiten
realizar llamadas telefónicas, no como un respeto a uno de sus derechos, sino
para que su familiar “venga rápido con 500 pesos y te podamos echar la mano”,
le aconsejan a uno de los detenidos recién llegado de una razia realizar en La
Zapata.
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