Moisés Sánchez Limón |
El de Mexicana de Aviación es un caso con elementos de sobra para una
novela de corrupción en las altas esferas empresariales coludidas con el poder
político que llevó a la pérdida de su fuente laboral a miles de trabajadores,
entre pilotos, aeromozas y personal calificado en tierra.
¿A quién o quiénes interesa que Mexicana de Aviación no vuelva a alzar
el vuelo? Desde la Secretaría de Comunicaciones y Transportes no ha habido
esfuerzos serios para encauzar por la vía de la solución este grave problema
que en un tris pueda mandar al bote de la basura a la empresa insignia de
México en el sector de la aviación comercial.
Entonces, de acuerdo con quienes saben de estos menesteres, el espacio
mexicano se abriría totalmente a la incursión de líneas áreas extranjeras,
porque Aeroméxico no tiene esa condición de aerolínea insignia, simple y
llanamente se hizo de la preeminencia en el ramo aéreo comercial una vez que
Mexicana dejó de volar.
Pero, igual y las aerolíneas comerciales que aparecieron bajo el rubro
de bajo costo, están interesadas en que Mexicana permanezca en tierra e incluso
que sea declarada en quiebra o vendida en bilimbiques sin capacidad económica
para retomar su papel de insignia y usar sus rutas que hoy tienen en calidad de
mientras aerolíneas como Interjet.
En fin, el asunto es que un delincuente de cuello blanco, Gastón
Azcárraga, apenas, es decir, después del largo tiempo que lleva el problema,
apenas es sujeto de una investigación por sus fraudulentos procedimientos que
llevaron a Mexicana de Aviación al status que hoy tiene y con miles de familias
despojadas de su fuente de sustento.
El año pasado, a finales de abril se conoció que Gastón Azcárraga fue
destituido de la dirección general y la presidencia del Grupo Posadas, el grupo
operado hotelero más grande de Latinoamérica. Las razones para relevarlo no son
las esgrimidas de un cambio generacional, no. Hay un grave problema en los
dineros de dicho grupo, que hasta mayo del año pasado registraba un pasivo
ponderado en diez mil millones de pesos, amén de que enfrentaba una demanda del
SAT por supuesto fraude fiscal.
Usted se preguntará ¿cómo es posible que un pillo de ese tamaño no está
preso para responder por los manejos fraudulentos que hizo en Mexicana de
Aviación y en Grupo Posadas? Sencillo: hubo acuerdo con el gobierno federal en
la pasada administración, la de Felipe Calderón Hinojosa, porque, se sabe en
fuentes judiciales, el ex Presidente estuvo interesado en invertir en una línea
aérea. Y Mexicana le hacía sombra.
Además, ¿por qué no se ha finiquitado finalmente a Mexicana de Aviación?
Porque no ha sido posible borrar las huellas de la perversa sociedad entre
empresarios y personajes influyentes en la pasada administración en la SCyT.
Por eso, de acuerdo con información conocida el pasado fin de semana,
por ahí de diciembre próximo Aeroméxico enfrentará un severo problema que
llevará a la aerolínea a un status similar al de Mexicana.
Esa fue la causa por la que Felipe Calderón estuvo hace unos días en
México, para tratar el tema de Aeroméxico en Los Pinos porque, me dicen, es
propietario de 60 por ciento de las acciones de la aerolínea comercial.
Muchos intereses giran en torno al problema, unos orientan el índice
hacia Felipe Calderón y socios, destacados panistas que se hicieron millonarios
en la pasada administración, y los que pretenden engatusar a los trabajadores
que mantienen el litigio en defensa de su fuente de trabajo.
Un ejemplo de esos intereses, es el “DOCUMENTO DE RECURSOS HUMANOS
MEXICANA DE AVIACIÓN” que, con fecha 1 de agosto de 2013, convoca A TODO EL
PERSONAL DE LAS EMPRESAS DEL GRUPO MEXICANA DE AVIACIÓN, a firmar un recibo en
el que aceptarían condiciones de liquidación que ofenden al sentido común, como
es el hecho de recibir sólo tres meses de salario. Pero ese es tema que merece
un espacio por separado. Luego se lo cuento. Digo.
sanchezlimon@gmail.com
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