En medio de severas críticas al desempeño
económico de México, la implicación de servidores públicos en negocios de la
nación (Pedro Joaquín Coldwel, un ejemplo, La familia Fox, etc.), violencia,
protestas de campesinos por la no privatización del agro. Despilfarros obscenos
de hijos de gobernadores y de líderes de trabajadores. Feminicidios imparables,
pederastia clerical en fuga, revanchismo del crimen organizado y las leyes
secundarias bien cocinadas cuando esté en su clímax el campeonato mundial de Brasil;
país que se debate en una crisis de carácter nacional que anuncia un mundial de
sangre. Y en paralelo el comanche Marcos
cambia de personalidad chamánica e histriónica. “Amanda” vuelve a inundar
Michoacán y Guerrero; en este escenario y previo a la justa tan injusta para el
mediocre y mercantilizado soccer mexicano, el presidente de México EPN, abanderó
a la selección de futbol en los patios de Palacio Nacional. Se metamorfoseo en
una fanático más del canal de las estrellas, con elocuente traje y corbata verde,
recibió con ínfulas y honores al seleccionado apache de México dirigidos por un
“Piojo” lleno de liendres triunfalistas que acaso llegaran a los cuartos de
final.
Ahí
les dijo cosas tan serias que parecen broma y bromas pesadas que no son verdad;
“regresen con la copa mundial”. Y con paralelismo lleno de espejismos retóricos
les dijo que “jueguen como equipo y ganen, atrás de ustedes está una gran
nación”. No sabemos a cual nación se refiere o a que equipo, si al suyo que
ahora está medio parchado o, al team de Televisa y TV Azteca. Eso no lo dijo,
pero en pensamientos que se perpetuarán en imágenes por efecto mágico del
Iphone del Piojo Herrera y gracias a un selfie
nacional, el equipo televisa fue abanderado para que si no regresan
vencedores, no vuelvan como vencidos. Al
cabo que México, Videgaray dixit, no
esta en crisis ni en recesión económica, si no todo lo contrario. Y se va
aprovechar la orgia del futbol para hincarle el diente a las leyes secundarias
ya cocinadas en el perol de la partidocracia titular. Aquí nada de reservas.
ELECCIONES EN LA UAG
Para el Dr. Axel
Didrikson, experto en los problemas educativos y que a lo largo de su vida a
escrito múltiples ensayos y libros sobre el tema de la educación en México, el obstáculo
de las universidades es complejo y soterrado en las cloacas del poder. En el
caso de la UAG, el modelo Universidad-pueblo, ya agotado, ha rebasado
generaciones de universitarios y cambios profundos de la educación media y
superior de México. Que aquí no son visibles. La UAG ha estado en el recreo
populista durante décadas que han esterilizado la investigación. Urge reorientar
el modelo hacia la disciplina y la academia, y no hacia la política y el auto
gobierno simulado, que impide, un desarrollo tecnológico, además de otros
peligros como lo señala Didriksson: “El sentido público de la universidad mexicana, su
responsabilidad social, su pertinencia, su autonomía, su destino como el sector
de producción y transferencia de conocimientos profesionales relacionados con
prioridades nacionales, están bajo asedio…”.
En la UAG, este
asedio del que habla el doctor Didrikson Takayanagui, ha sido desde las cloacas
del poder y la cúspide del mismo. “Y los cambios que se promueven es hacia una
modernización conservadora, muy "revolucionaria" –si se quiere
adoptar este término–, pero hacia la derecha”.
Como lo
demuestran algunas prácticas monopólicas de la UAG desde hace años. Por eso la
lección de la pasada elección, demuestra que el modelo “dizque democrático”, se
agotó hace décadas. Y que este rostro cubierto por poses demagógicas, ya no
tiene razón de ser, cuando el estado y los universitarios de Guerrero requieren
de una alma mater que le apueste a “las nuevas áreas de la ciencia y la
tecnología, como la biotecnología, las telecomunicaciones, la microelectrónica,
la biogenética, los nuevos materiales, las ciencias del espacio, las del
análisis simbólico, entre otras. Un sistema de educación superior que no está
encajado en la producción de este nuevo tipo de conocimientos, no tiene
vigencia en el marco de las trayectorias de un país emergente, de impacto
activo en la nueva división internacional del trabajo…”
De ahí qué, o la UAG cambia o se la va llevar el tren.
Y para eso se
requiere una reestructuración del modelo de elección interna, y emigrar al
sistema de junta de gobierno; modernizar planes de estudio, planta de maestros,
abrir nuevos espacios y cambiar la mentalidad de los mentores acostumbrados a
manipular a los alumnos desde el primer día que pisan las aulas, y convertirlos
no en sujetos de conocimiento, sino de grilla, y que gracias a las artes de la
manipulación se convierten en mercancía política, que renuncia a la academia,
la investigación y el desarrollo científico por la grilla porril o de cuello
blanco.
Existe un arsenal
de libros y ensayos sobre este tema. La pertinencia de cambiar el modelo de la
UAG, de universidad-pueblo, a un nuevo modelo que reaccione ante las
necesidades de la modernidad educativa, debe de comenzar por modificar de tajo la elección del rectorado.
Para eso existe el sistema de junta de gobierno, y de esta manera impedir que
las aulas se conviertan en campo de batalla de intereses personales y de grupo.
Desde dentro y de fuera de la propia universidad.
El actual rector
podría darle un giro de noventa grados a este modelo anquilosado y dar el salto
de una universidad-pueblo en fase terminal, a una universidad a la altura de
otras universidades del país; y no aprovecharse del modelo en estado de coma
para cumplir con sus aspiraciones políticas y la promoción de su imagen
pública. Lo primero debería ser una prioridad y le redundaría mayores frutos
académicos y políticos al mediano plazo al Dr. Javier Almazán Adame.
Axel Didriksson Takayanagui
tiene toda la razón. ¿Y qué dicen a todo esto los universitarios, académicos,
investigadores y maestros de la Universidad Autónoma de Guerrero?
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