viernes, 25 de enero de 2013

LA CERTIDUMBRE DEL CIUDADANO PUESTA EN ENTREDICHO. Por J.M. Gómez


Ya el escritor británico Graham Greene lo expreso muy acertadamente, “medios de comunicación es sólo una palabra que ha venido a significar mal periodismo” y en México como ocurre regularmente esta frase termina por adoptar un aire más trágico que en otros países de características similares. 

El hecho de que la ciudadana francesa Florence Cassez haya sido liberada por un montaje mediático orquestado por las autoridades federales y difundido por los poderes facticos encarnados en el duopolio televisivo Televisa-TV Azteca y  no por un argumento que dejara en claro su culpabilidad o inocencia deja a la ciudadanía no solo con un abismo de confianza alrededor de las instituciones encargadas de velar por la correcta impartición de justicia, sino también de las empresas que se han ido apropiando de la difusión de contenidos y no han querido la apertura a otras alternativas, asfixiando con esto las opciones de los espectadores.

Carlos Loret de Mola puede decir que en el momento de la transmisión no se percató que se trataba de un montaje y Javier Alatorre puede decir que en este caso los medios de comunicación fueron los primeros engañados, pero la realidad de las cosas es que la gran afectada aquí fue la credibilidad  y por consecuencia también la certidumbre del ciudadano, que se ve desprovisto de una herramienta fiable con la cual mantenerse al tanto del acontecer diario pues las televisoras trabajaron en beneficio de funcionarios que querían proyectar la imagen de “héroes de acción hollywoodenses” esa que Felipe Calderón siempre quiso dejar ver, no solo en México sino a nivel internacional y no es sorpresa que en el pasado, las televisoras han actuado de manera oficialista.

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