Isaias Alanis |
En el sexenio de la
modernización, sin causa aparente y por capricho gubernamental, José Francisco
Ruiz Massieu, al echar a rodar la Ley de Cultura, le cortó las alas a la
institución y la convirtió en un mini instituto dependiente de la Secretaría de
Desarrollo Social, en manos de políticos cabalmente ignorantes en políticas
públicas en materia de cultura. Una cuasi institución en manos de la
mediocridad rural manejada por una burocracia que de todo sabía, menos en
planear, ejecutar y buscar financiamientos para la cultura. Con la salvedad del nacimiento de las Jornadas
Alarconianas, que siguen de mal en peor y no han trascendido como otros
festivales nacionales, se frenó cualquier intento por sembrar el crecimiento de
la cultura en un estado, que paradójicamente es riquísimo en productos
culturales y cuenta con una total carencia de infraestructura cultural.
Durante el reinado de
Alfredo Figueroa al frente del Centro Internacional Acapulco, y durante el
mandato de su hermano, se comenzó a estructurar una figura amorfa titulada,
Centro de Cultura y Convenciones, que pretendía aglutinar al CIA y al IGC, que
de facto eran manejados por el licenciado Alfredo Figueroa Alcocer que sólo
tenía encargados de despacho, ya que los acuerdos ejecutivos y convenios marco,
eran signados por Alfredo y no por los respectivos y aparentes titulares de
cultura.
El episodio sangriento
de Aguas Blancas, sacó de la jugada a la familia Figueroa de la gubernatura y
de la cultura.
Aguirre Rivero nombró
a Ángeles Manzano como nueva titular, lo primero fue conseguir a toda costa la
descentralización del IGC, ante la asonada y guerra de la sedesol estatal en
contra de la cultura. El grupo figueroista encabezado por el guerrincha ligh arrepentido, Heriberto Noriega
Cantú, al frente de la sedesol, intentaron minar la fuerza que en pocos meses
se logró aglutinando a la comunidad cultural del estado. El presupuesto que
escamoteaban y rasuraban era de tan sólo 12 mil pesos mensuales, de los cuales,
a veces llegaban diez, nueve.
Gracias a la buena
relación con miembros del CONACULTA, se lograron avances estructurales avalados
y propiciados por el entonces gobernador interino, Ángel Aguirre Rivero.
Se vino la guerra y
Ángeles Manzano dejó la titularidad del IGC y pasó a la Dirección de Proyectos
Especiales del Gobernado, quedando al frente del IGC, un personaje a modo con
el figueroismo rural, Juan Sánchez Andraca.
Jaime Salazar Adame,
estuvo al frente un corto tiempo, después vendría el reinado invisible de Sonia
Amelio, una personalidad con homenajes del Kennedy Center, de Washington, y La
Habana, Cuba. La ex Unión Soviética, Francia, España, China, Alemania. La
crotalista se la pasó en el IGC, ensayando sus espectáculos. ''No podía dejar
el piano, pero tampoco la danza, así que logré lo que se conoce como una nueva
forma de arte en la música y en la danza clásica, con la conjunción de siete
técnicas: ballet clásico, concertista de piano, directora de orquesta, actriz,
coreógrafa y la técnica de crear música con las manos, y también con la
zapatillas de ballet, esto no se había hecho y menos con música clásica o con
la partitura exactamente como la escribieron Bach y Beethoven. Con ella René
Juárez Cisneros realiza la Descentralización del IGC y pasa a ser una OPD, que
a la salida de Amelio, queda en las manos de un químico de tristes apellidos,
Húbert de la Vega.
Después de estas
fintas y driblings culturales, viene la época negra de Zeferino, primero, con
la bruja que hacía sesiones en el IGC, Laura Olivia López Victoria. Y ante la
demencia de esa señora, surge el Frente Siete Regiones, que realizó reuniones y
foros de las siete regiones en Chilpancingo, ante la burocratización y la falta
de políticas públicas en materia de cultura. El frente logró la remoción de
López Victoria. Y el contador Torreblanca, incapaz de leer un libro, puso al
frente del IGC, a la que fuera “ejecutiva” de cobranzas y depósitos bancarios
del Sur, Nora Elisa Méndez Gonzáles,
una tipeja oscura, aniñada y que no sé por qué carajos estuvo al frente ante la
apatía de los cultureros locales.
Durante la candidatura
de Aguirre Rivero, se lograron crear grandes expectativas. Durante su campaña,
se realizaron foros y reuniones en todo el estado. Lo más granado de la
comunidad cultural participó con diversas aportaciones y diagnósticos, de los
cuales existe un enorme archivo con propuestas que fueron integradas al Plan Estatal
de Desarrollo, entre muchas la creación de la Secretaría de Cultura.
Y de pronto, salida
de la nada que como escribe Juan Rulfo, es eso, nada, fue nombrada por cuota
política ebrardista, una señora san desconocida, Alejandra Frausto, cuyo perfil
y experiencia en el ámbito de la cultura es de oscuro a negro y de cool chilango clasemediero a ignorante y
frívolo, mercantilista y oscuro.
Y como de lo que se
trata es de apantallar, hace su entrada triunfal con un derroche de dinero en
Acapulco -véase el cuasi libro; Acuérdate
de Acapulco para comprobar lo que aquí se escribe- Filipinas, maiceando a
los soberbios “inocentes” promotores culturales, y convirtiéndose en pilmama de
su banalidad intelectual. El gobierno de AAR, termina y se inaugura el Auditorio
Sentimientos de la Nación y con esos
ases, mantiene vigente una chequera lista para guardarropa, liposucciones y
cumpleaños, todo con cargo al erario de los pobres de Guerrero.
Y lo peor de este
engorroso asunto del que había solemnemente no volver a escribir, se sacan de
la manga una reunión durante las Jornadas Alarconianas del año pasado y al
vapor, pretende justificar su presencia y haciendo a un lado el trabajo
realizado durante la campaña del actual mandatario estatal. Y posteriormente a
esta chafireunión se anuncia con
rayos y centellas la creación de la Secretaría de Cultura.
Y de pronto, de la
nada, que es nada, pasa al silencio y Alejandra –de ser cierto- tiene ofertas de
trabajo en el defectuoso. Por la sanidad de la cultura en Guerrero, lo más
lógico es que Aguirre Rivero no permita que la Frausto deje a un personero o
personera al frente de la Cultura.
El gobernador, entre
tanto problema debe de elegir a una persona con perfil, capacidad y visión propositiva
de la problemática cultural del estado, y con arraigo en la entidad. Debe
pensarle bien para no equivocarse. A los tantos aciertos acumulados durante su
mandato, este es de especial atención.
De
reojo
Se accidentó mi pluma
gorda Mont Blanc, si alguien tiene una averiada, que se comunique
conmigo para ver si de las dos hacemos una. Me urge para escribir un libro a
mano.
E mail:
isa_lanis@yahoo.com.mx
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