Dr. Floriberto González González |
Hace aproximadamente seis meses que la Mtra. Haydee me
prestó el libro: Las cuarenta y ocho
leyes del poder. Seguramente pensando que como me iba de rector a la
Intercultural, bien valía la pena darle una leída para más o menos poder entender
lo que es el poder y la toma de decisiones. Leerlo, me recordó mis años de
adolescente y los círculos de estudio a los que nos inducía mi amigo Salas
Gordiano para leer a Marx, Engels, el Che, los flores Magón, Mao y su libro
rojo, etc..
Sin embargo, leer las 48 leyes del poder, es un viaje a
través de la historia, un viaje exquisito, lleno de anécdotas, fábulas, traiciones,
lealtades, amores y desamores, chantajes, ambiciones, codicia, seducciones y manipulaciones;
y no podía ser de otra manera, porque el ser humano es eso y más. Porque son
hechos históricos los que ahí se relatan de quienes tuvieron en sus manos el
poder, y cómo lo obtuvieron, lo ejercieron, lo consolidaron o lo perdieron. Hechos
y prácticas, que a lo largo de más de tres mil años de historia de la
humanidad, se han venido convirtiendo en más o menos leyes. Y digo en más o
menos leyes, porque afortunadamente en las ciencias sociales, no hay leyes
eternas, los procesos sociales son únicos e irrepetibles, y el ser humano es sumamente
complejo.
Creo que pudiera ser más rentable tratar de conocer el
comportamiento del ser humano, en lugar de andar estudiando el comportamiento
de los animales. Al menos así no nos manipularían ni políticos, empresarios,
farsantes, psicópatas o cualquier otro; aunque pareciera ser que la naturaleza
humana está hecha para que seamos engañados y para engañar.
Desde los dos buscadores de oro que vendieron una mina
de diamantes que no existía, hasta el que vendió dos veces la Torre Eiffel como
chatarra. Y hubo quien compró ambas cosas. Esto pareciera increíble, pero si
nos damos cuenta, a los mexicanos cada seis años nos venden lo impensable y
millones lo compran.
Napoleón derrotado por la intriga, la Reyna que se
mantuvo virgen para consolidar su reino, Julio César derrotado por su propia
ambición de poder, las prostitutas que supieron manejar las debilidades de los
poderosos, Bismarck que supo en qué
momento parar para consolidar el Estado Alemán, Cristóbal Colón que sin ser un
navegante destacado supo vender la idea de una nueva ruta a los Reyes
Católicos, Hernán Cortés que con sólo ochocientos soldados mugrosos, muertos de
hambre y apestosos, derrotaron a todo un imperio, en fin, un libro interesante.
Finalmente algunas frases o consejos para tomar en
cuenta: 1) No hay peor venganza que el olvido; 2) Casi todos los pequeños
problemas desaparecen cuando se les deja en paz; 3) La codicia no da frutos; 4)
Si eliges la guerra, guerra tendrás, pero nadie sabe cuál será el desenlace; 5)
No hay cosa más estúpida que hacerte de enemigos gratis, y muchas más.
Un libro recomendable para conocernos y conocer a los
otros.
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