Esta imagen es
probablemente la que más ha maravillado a aficionados de los paisajes cósmicos
revelados por el telescopio Hubble. Mírala y mistifícate (el Hubble esta semana
dio a conocer una nueva versión en alta definición). Sin embargo, lo que vemos
es una especie de fantasma provocado por las enormes distancias astronómicas.
Los Pilares de la
Creación, ubicados en la Nebulosa del Águila, evocan un protoespacio
generativo, como si fueran parte del laboratorio de Dios o de una montaña
celestial. Ubicados a 7 mil millones de años luz de distancia, sabemos hoy que
este fascinante objeto de polvo y gas estelar dejó de existir hace mil años.
La destrucción de este
hermoso objeto cósmico ocurrió luego de que estallara una supernova
–científicos pueden observar la onda de choque propiciada por esta explosión,
destruyendo todo lo que toca. Desde nuestra perspectiva, la onda provocada por
la supernova simplemente no ha llegado a los Pilares de la Creación. En mil
años podremos ver, si todavía estamos aquí, un imponente espectáculo de
destrucción estética.
En la vastedad del
universo conocido, los Pilares de la Creación son sólo uno de los objetos
cósmicos que vemos y estudiamos y con los que nos deleitamos, pero que no
existen ya.
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