La
ceremonia de Congreso General y la apertura del último periodo ordinario de
sesiones de la LXII Legislatura federal pasaron a segundo plano este domingo.
La estrella en el Palacio Legislativo de San Lázaro no fue, con mucho, Silvano
Aureoles Conejo, quien ya habla, se planta, peina y camina como gobernador. No,
Marcelo Ebrard Casaubón se llevó el día y la nota.
Pero
Marcelo no fue invitado distinguido a la sesión de apertura, mucho menos
convidado a la exposición que, con motivo del aniversario de la promulgación de
la Carta Magna, se instaló en el vestíbulo del recinto legislativo.
No,
Marcelo fue en calidad de integrante de esos grupos rijosos y fundamentalistas
que toman tribunas o cierran carreteras, estos que, a falta de argumentos
legales, descalifican al contrario y asumen que su verdad es la verdad
absoluta. Fue a una sesión legislativa sin ser convocado. Y, pese a que sus
simpatizantes y defensores del PRD, PT y Movimiento Ciudadano y de la “bancada”
de Morena invocaron el derecho de audiencia, éste no ocurrió por la vía
elemental.
Seguramente
la agenda política de esta semana girará en torno de la supina defensa del
equipo de Andrés Manuel López Obrador a favor de Marcelo.
Diputados
del PRI y del PAN los llamaron conspiradores porque fueron a la Cámara de
Diputados con la firme intención de reventar una sesión legislativa clave en la
investigación de la multimillonaria transa escanciada con impunidades en el
caso de la Línea 12 del Metro. Y es que Marcelo y Mario Delgado, secretario de
Finanzas en la administración del joven maravilla, saben de qué se trata.
Estos
conspiradores tienen nombre y apellidos y profesan la misma religión
fundamentalista de López Obrador. Sabida y harto conocida es la praxis de
Ricardo Mejía Berdeja --aliado emeceísta de Ricardo Monreal Ávila--, el
perredista Carlos Reyes Gámiz –quien se presume vocero de la bancada
perredista—y Rafael Huerta Ladrón de Guevara, hoy diputado federal de la dizque
bancada de Morena, en esto de tomar tribunas, correr mentiras como verdades
absolutas y denostar contra todo lo que tenga aroma oficial, priista para más
señas.
Son
rabiosos anti Peña Nieto, furibundos defensores de la honestidad valiente, mas
no se sabe que hayan rendido cuentas de los dineros manejados en sus bancadas,
como Martí Batres Guadarrama, presidente formal de Morena, aunque suelen
montarse en el discurso que, sin elementos de sustento, descalifica a quienes
no pertenecen a su corriente política y se atreven a comulgar con el gobierno
priista.
Bien,
resulta que esta triada se alzó este domingo en la rabiosa defensa de Marcelo
Ebrard Casaubón y del senador Mario Delgado –quien se ha convertido a la causa
de López Obrador y renunció al PRD que lo encumbró y le dio la impunidad del
fuero senatorial—durante la sesión de la Comisión Especial para dar seguimiento
al ejercicio de los recursos federales que se destinen o hayan destinado a la
Línea 12 del Metro.
Los
conspiradores asumieron una postura que superó al concepto jurídico.
Enarbolaron la agresión verbal, descalificaciones peyorativas e incluso
recurrieron a la injuria contra el presidente Enrique Peña Nieto y su esposa.
Sin
duda la causa de su actitud beligerante se sustenta en aquella filtración del
informe que se presentaría en la Comisión Especial de la L12, y de cuyo
contenido se derivan recomendaciones para proceder penalmente contra Marcelo
–el senador Delgado tiene fuero, mas no impunidad—por su responsabilidad en la
construcción de la Línea 12 del Metro.
Y
mire usted, una filtración de un documento elaborado por legisladores, que no
tiene carácter vinculatorio, porque ni siquiera es comisión investigadora,
provocó que se descobijará a las aspiraciones políticas de Marcelo, quien
pretendía ser candidato pluri a una diputación federal por el PRD para hacerse
de la coordinación. Pero, no. No es perredista, es miembro de la pléyade
lópezobradorista que busca cimentar la plataforma de Andrés Manuel rumbo a la
sucesión presidencial en 2018. ¿O será que el candidato alterno sería Marcelo?
Será
el sereno, pero Marcelo llegó con el objetivo de reventar la sesión y posponer
la aprobación del informe de esta Comisión Especial Línea 12 del Metro, que
preside el diputado federal priista Marco Antonio Calzada Arroyo, quien por esa
filiación fue cuestionado, incluso de manera insultante, por Carlos Reyes
Gámiz, quien prácticamente se ha separado de su cargo de vocero de la bancada
del PRD.
Se
apanicó Marcelo; incluso, cuando le cerraron el micrófono se hizo de un
megáfono para que lo escucharan. Pero el salón, en la zona de Cristales del
Palacio Legislativo sólo quedaron sus cuates y defensores.
Por
eso, sus defensores integraron el equipo estridente que, con insultos y medias
verdades acerca de fundamentos legales, es decir, del derecho de audiencia y de
la Ley Orgánica del Congreso de la Unión, pretendieron se aprobara la
intervención de Marcelo para defenderse. No aludieron a la defensa del senador
Delgado, quien se mantuvo silente en la mayor parte de este agarrón y la
atípica sesión de comisión legislativa.
La
Comisión Especial de Seguimiento al ejercicio de los recursos federales que se
destinen o se hayan destinado a la Línea 12 del Metro aprobó, en su informe de
trabajo, quince recomendaciones a diversas instancias.
Pero
destaca un punto: “Es imperioso fincar responsabilidades a quienes aprobaron
que Proyecto Metro y el Consorcio Constructor acordaran, a través de sucesivos
convenios modificatorios, incrementos en el costo de construcción de
estaciones, tramos de conducción y en los porcentajes de los anticipos
entregados a las compañías privadas”.
Y
refiere que, “en una administración pública con un esquema jerárquico de
responsabilidades y normas claramente definidas, como es el gobierno del
Distrito Federal, en este caso se deben deslindar las responsabilidades del ex
jefe de gobierno, Marcelo Ebrard Casaubón; del ex secretario de Finanzas, Mario
Delgado Carrillo, y del ex titular de Proyecto Metro, Enrique Horcasitas
Manjarrez”.
Complementariamente
sugiere sancionar a los mandos medios y directivos que ejecutaron actos
contrarios al adecuado desempeño del servicio público, incluyendo las posibles
responsabilidades administrativas, políticas y penales de quienes con su
connivencia, negligencia o omisión, perpetraron el fraude a la ciudadanía y al
erario público.
Por
ello, solicita a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal
(PGJDF) para que estudie los posibles
ilícitos cometidos y realice el desglose correspondiente a la Procuraduría
General de la República (PGR)”. Dicen los conspiradores que es asunto
electoral. ¿Quién dijo miedo? Conste.
LUNES.
Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes estuvo en
Oaxaca con el gobernador Gabino Cué, con quien inauguró la modernización del
tramo carretero aeropuerto Huatulco-entronque Tangoluda que representa una
mejor vía de comunicación y fuerte impulso al turismo de la zona. Había una
carretera angosta, de 7 metros de ancho y sin acotamientos; se circulaba
prácticamente a vuelta de rueda y con mucho peligro por sus curvas. Esta
carretera será ahora de 12 metros de ancho y disminuirá en 20 minutos el tiempo
de recorrido.
Ruiz
Esparza ofreció concluir en el primer semestre del próximo año, la carretera
que conectará de manera más rápida y segura a la capital del estado con el
istmo de Tehuantepec y, en diciembre de este año, la carretera Oaxaca-Puerto
Escondido. Ante los ajustes al presupuesto, aseguró que las inversiones en la
región sur-sureste no se detendrán porque son prioridad en el gobierno del
presidente Peña Nieto. Digo.
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