En política no hay
hermanas de la caridad ni filántropos; tampoco casualidades. La filtración de
una investigación en curso, nunca será hija de la casualidad o nieta de la
ocurrencia pueril de un funcionario público; la denuncia del nuevo inquilino de
un cargo de primer nivel porque la casa se la dejaron como cochinero, obedece
sin duda alguna al símil de curarse en salud y descalificar al antecesor;
ofende al sentido común el nuevo gobernante experto en estos menesteres cuando
se asume bisoño.
Y quién cree al ex
gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero, que abandona su zona de confort para
reunirse con un grupo de diputados y diputadas integrantes de la Comisión
Especial Ayotzinapa para decirles --ex abruptos de por medio, ¡faltaba más!—que
es inocente, como Pepe el Toro, que nada tuvo que ver con la desaparición de los
43 normalistas y que incluso llamó al Ejército, aunque esta versión fue
desmentida.
¡Claro!, los legisladores
no tienen personalidad vinculatoria para interrogar al rubicundo y trajeado ex
mandamás del estado de Guerrero, y quieran que no, deben escucharlo deslindarse
de todo y que no es culpable de lo ocurrido la noche del 26 de septiembre del
año pasado en Iguala y que sus relaciones con la pareja imperial Abarca-Pineda
eran sólo de trabajo, para acallar esas perversas versiones de que se reunía en
zona prohibida con la señora Pineda. ¡Válgame Díos!
Entonces, ésta es la
realidad de una comisión especial de legisladores que le hacen al Perry Mason
en busca de culpables de ilícitos, pero cuando están a punto de pepenar al
delincuentes, se dan cuenta de que no son instancia judicial y, aunque el
delincuente esté confeso, nomás no lo pueden inculpar. Asuntos mediáticos, como
recordaría el diputado Jorge Carlos Ramírez Marín, abogado que sabe de estos
menesteres, tanto que por ahí deslizó que Ángel Heladio ya declaró ante la
autoridad judicial y sus declaraciones están integradas al proceso del caso
Ayotzinapa.
Lo mismo ocurre –engañar
con la verdad-- con quien, contrario a su praxis va a misa un domingo porque la
parroquia está a reventar toda vez que oficia el señor obispo, y sus
contrincantes en el top ten se han declarado abiertos católicos que comulgan
los domingos y tienen la imagen de la inmaculada en su escritorio. Total, los
jacobinos también van a misa por más radicales que parezcan.
Porque, Andrés Manuel
López Obrador entendió que la visita del papa Francisco a México, en el primer
trimestre de 2016, vísperas de la elección de 12 gobernadores abrió un espacio
en su agenda del periplo europeo dizque para promover a su movimiento
regeneración nacional y se fue al Vaticano para, desde la valla, saludar al
Sumo Pontífice, regalarle una medallita y entregarle una carta con uno de sus
pasajes verbales encaminados a… ¡salvar a México!
Dicen que cualquiera puede
gastarse sus dineros en lo que le venga en gana y que si El Peje anda por
Europa con la familia y los cuates de su dream team, muy su gusto. Pero me
niego a dejar de lado que mienta impunemente y ande por ahí sin rendir cuentas
de los dineros que gasta sin pudor, es decir, cuál es el origen de éstos. Bueno,
unos tienen origen en las aportaciones que el benevolente y honesto Ricardo
Monreal le acerca, dineros de aquellos que descontaba a sus empleados en el
Senado y en la Cámara de Diputados, una especie de óvolo de la quincena para el
sostén del movimiento encabezado por el ¿católico, apostólico y romano Andrés
Manuel?
¡Ah!, pero Ricardo llega a
la delegación Cuauhtémoc y olvida que su jefe y guía fue el presidente del
Consejo de Administración del negocio en que convirtió a la jefatura de
Gobierno del Distrito Federal cuando las huestes perredistas, el voto
perredista que hoy desprecia y califica corrupto, lo llevó al triunfo como jefe
de Gobierno.
¿Olvidó el probo Monreal
que las jefaturas delegacionales han estado, desde 1997 en buena parte
gobernadas por el Partido de la Revolución Democrática que lo arropó e hizo
gobernador de Zacatecas, diputado y senador por obra y gracia de las alianzas
de conveniencia con el Partido del Trabajo.
De cuándo acá el
millonario político zacatecano se alza probo, honesto y negado a la mentira
–“Tú sabes, Joaquín, yo no miento”—y se dispone a ingresar a una celda porque
acepta haber cometido el delito de romper un procedimiento al entregar a la
Tesorería y no, como prueba, ante la PGR el millón y medio de pesos que le
dejaron en su oficina de la delegación Cuauhtémoc, el famoso “niño” que es una
especie de entre de los dineros que vía corrupción, extorsión, venta de piso a
comerciantes y empresarios y de plazas a trabajadores delegacionales, se junta
diaria y mensualmente y se entrega al jefe delegacional para sus chuchulucos.
Bueno, bueno, Ricardo se
redujo el salario e instruyó lo propio a sus colaboradores. ¿Podrá vivir un
jefe de departamento con 16 mil pesos mensuales? Con esos salarios, Richard
provocará corrupción. ¿Nico aceptó ganar treinta mil si como chofer de El Peje
se levantaba casi cien mil mensuales más viáticos y gasolina?
Y, vaya, quién recomendó a
la abogada Celina Oseguera Parra para la Coordinación Nacional de los Centros
Federales de Readaptación Social, si su carta curricular estaba salpicada de
pésima reputación en el cargo, incluso cuando trabajó al lado del demócrata y
súper honesto Marcelo Ebrard Casaubón que hoy anda por las Europas en plan de
empresario.
Y, quién determinó sólo
separarla del cargo si tiene responsabilidad en la fuga de Joaquín Guzmán
Loera, El Chapo; por qué no arraigarla –como han hecho con otros funcionarios
caídos en desgracia-- en tanto concluyen las investigaciones en torno a este
asunto criminal que da pena ajena, pero igual la pauta para descalificar al
secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y a su equipo del primer
círculo, restándole méritos en la carrera presidencial.
¿Sabrá la señora procuradora
Arely Gómez de dónde salió el video con luz, sonido, vestuario, escenografía de
los últimos segundos de El Chapo en su celda del penal de máxima seguridad del
Altiplano?
Porque la abogada y
senadora con licencia –el cargo es irrenunciable—que tanta aversión tiene a los
incómodos periodistas, tendrá que rendir cuentas de la, obligada por oficio,
investigación relativa a la filtración de ese video, cuya existencia sacó de
sus casillas al prudente senador Alejandro Encinas porque les fue negada la
existencia de ese material.
Total, si ya saben cómo
son para qué los eligen, para qué se postulan o, para qué los designan en
cargos donde la corrupción siempre será carta de naturalización en la
encomienda. Pero, queda claro que en esto de la praxis política no hay puros ni
castos.
¿Impunidad para Aguirre
Rivero? ¿De quién son las huellas de la maniobra que pretende defenestrar a
Osorio Chong? ¿Andrés Manuel comulgará todos los domingos en aras del voto
católico? ¿Quién protege a doña Celina? ¿De veras, de veras Richard Monreal no
es Pinocho? Ahí le dejo este ejercicio para distraerse el fin de semana.
Conste.
VIERNES. No suena mal esa
propuesta de las diputadas María Elena Orantes López, Claudia Corichi García y
Cecilia Soto de que el presidente Enrique Peña Nieto proponga al Senado una
terna integrada por mujeres para ocupar el cargo de Ministra de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación que dejará vacante la ministra Olga Sánchez
Cordero. Hasta le quitaría presión por el caso del estudioso Raúl Cervantes Andrade.
Digo.
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Vanguardia Digital
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