miércoles, 4 de noviembre de 2015

Epístolas Surianas (Carta al Gober) De Julio Ayala Carlos


LA VALIDACIÓN del uso “lúdico” de la marihuana, y consumo personal, si bien por ahora es a favor de 4 personas, abre, ni duda cabe, la puerta para su legalización. Y mientras eso ocurre, cualquier persona, con solo pedirlo a la SCJN, se le tendrá que conceder el mismo derecho.

Es, indudablemente, un paso importante, pues ante la pérdida de la lucha contra el narco, que de acuerdo a cifras ha costado 80 mil muertos y 20 mil desaparecidos en los últimos años, el gobierno mexicano, con esta medida, busca quitarle, según parece, el monopolio de la distribución y venta de la marihuana a la delincuencia organizada.

Y si se les acaba el negocio del trasiego, distribución y venta de marihuana a quienes han traficado con ella, a qué van a dedicarse posteriormente? Es obvio que a lo mismo, pero con otras drogas, y por supuesto, al secuestro y la extorsión, como ya lo hacen.

Mientras tanto, como seguramente ya lo sabes, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, ya informó que dio “indicaciones a las áreas de Salud y de la Consejería Jurídica del @GobMX para que expliquen a la población los alcances de la resolución”.

Sin embargo, si bien la medida tiene más que ver con la libertad personal de quienes la consumen que sobre los daños a la salud (nada más recuérdese los que provoca el consumo del tabaco), en nuestra opinión, es un golpe al narcotráfico en su distribución y venta, no a través del combate que se ha traducido en una guerra costosa en términos económicos y muertes, sino de quitarle el monopolio a quienes se dedican al tráfico de esta droga, pues ahora, al legalizarse el consumo personal en un futuro próximo, quienes gustan de ella podrán sembrarla.

Por supuesto que la validación del consumo personal, y siembra de marihuana, sin fines de lucro, es una cuestión penal, pues los adictos a esta droga ya no podrán ser detenidos ni tratados como delincuentes por “quemarle las patas al diablo”, y mucho menos podrán ya ser juzgados y sentenciados por encontrárseles en su poder un “churro”.

Y por supuesto que la decisión, de la SCJN tiene que ver con la salud, o como dicen ya, “con un modo de vida”, pues así como cualquiera puede consumir tabaco, a sabiendas del daño que se ocasionan, al legalizarse el consumo de marihuana, como lo fue en su momento la venta de alcohol, cualquier persona, que así lo quiera, también podrá hacerlo sin ningún problema.

Sí. Más allá de los daños que ocasiona el fumar marihuana, ya nadie podrá escandalizarse de que sea uno marihuano o tenga un hijo marihuano; será tan natural como tener un hijo borracho o un fumador empedernido de cigarros. Y uno podrá, sin ningún problema, fumar en la casa o salirse a la calle a “quemarle las patas al diablo”, sin que la familia o los vecinos se escandalicen y llamen a los gendarmes.

Por supuesto, el consumo legal o no de la marihuana, es cosa de cada quien, como lo es el consumo de cigarrillos y alcohol. Es, y será responsabilidad de cada quien su consumo, como lo es también responsabilidad de los padres de familia prevenirlo en sus hijos. De la escuela no se diga, pues las campañas de prevención que ahí se llevan, nunca funcionan.

Algo sí es muy cierto. La despenalización de la marihuana, que está en puerta, es un golpe a quienes trafican con ella, pero habrá que ver si el gobierno mexicano ya está preparado, primero para el incremento en su consumo, principalmente entre los jóvenes y adolescentes, y las consecuencias que en materia de salud trae consigo, y segundo, si también está preparado para hacer frente a quienes tenían como negocio la venta de esta droga, pues es obvio que van a dedicarse a otros “bisnes”.

Sí. También es posible que se reduzca el índice delictivo en el narcomenudeo, el más cercano al ciudadano, pero no es un hecho, de ahí que se requiera un amplio debate social, pues también puede ocurrir que al legalizar el consumo de droga, el gobierno mexicano deje en manos de la delincuencia organizada el control absoluto de este estupefaciente.

Por cierto, habría que tomar en serio el caso de Holanda, que legalizó la droga, o los estudios que se han hecho sobre el consumo de la marihuana, en el sentido de que “abre el gen de enfermedades siquiátricas”.

PERO MIENTRAS ESO LLEGA, es decir, mientras no se legalice su consumo para todos los mexicanos, por supuesto que estamos contigo en que no te sientes a dialogar con quien esté fuera de la ley, y mucho menos negociarla, como lo proponen los obispos del catolicismo en Guerrero. Es cierto, el estado necesita de todos, pero de todos los que respetan la ley.

Por supuesto que también tiene razón el alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, en el sentido de que el gobierno y sus instituciones no tienen por qué sentarse a negociar con grupos de la delincuencia organizada, sino con la sociedad, para que juntos aprendan a cuidarse de la violencia.

De esta manera discrepó de las opiniones de obispos católicos que aconsejan negociar con delincuentes, para que disminuya la violencia. Dijo: “Acapulco de ninguna manera es Colombia”, aquí no hay FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), sino delincuencia común que tiene que ser erradicada con los programas de seguridad que actualmente se están aplicando”.

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