Portal The Exodo
Arizona.- Arizona es el
estado con las leyes más severas en materia de migrantes, con un activismo
político y electoral de grupos de ultraderecha que aún sueñan con una racista
supremacía anglosajona, con un el mayor regimiento de la Border Patrol, pero también
con un fuerte y heroico activismo de grupos y organizaciones civiles en favor
de los derechos humanos y de los migrantes.
La abogada y
activista pro migrante, Isabel García
dijo a theexodo.com que este estado es laboratorio de las más severas leyes antinmigrantes
como la SB1070 que obligó a cientos de miles de mexicanos y centroamericanos a
huir a otras estados, a sus países de origen o en el peor de los casos fueron
detenidos y deportados por personajes emblemáticos del antimexicanismo y
racismo como el sheriff del condado de Maricopa, Joe Arpaio.
“Tan sólo aquí en Tucson
tenemos al más grande regimiento de la Border Patrol del país con más de 5 mil
oficiales, así como una latente amenaza de deportaciones masivas no sólo a los
que carecen de un estatus migratorio, sino incluso detenciones arbitrarias sólo
por la apariencia de ser latino, de tener rasgos mexicanos”, apuntó.
En plena efervescencia
electoral en Estados Unidos de cara a las elecciones presidenciales, el tema de
los migrantes, las deportaciones, la construcción de muros fronterizos y la
aprobación de leyes más severas, forman parte del escenario de Arizona donde se
alistan nuevas reformas para criminalizar a la población que carece de un
estatus migratorio regular.
Un tema que ha revivido el
temor de los migrantes es la reciente aprobación en el Senado de Arizona de la Ley SB 1377, que propone que a los indocumentados que
delinquen se les eliminen su derecho a la libertad condicional, a la suspensión
o conmutación de la pena o a la liberación bajo cualquier condición, hasta que
cumplan totalmente con la sentencia que le sea impuesta.
La iniciativa incluye
también una disposición que obligaría a los jueces y a las cortes de Arizona
imponer la sentencia máxima autorizada para los indocumentados que cometan un
delito menor. La propuesta falta ser avalada por la Cámara de Representantes de
Arizona, pero ya alertó a la Unión de Libertades Civiles de América (ACLU).
“Esta iniciativa es una
intromisión inconstitucional en los asuntos de la autoridad federal, y amenaza
a todos los habitantes de Arizona, sin importar su estatus migratorio, con
castigos innecesariamente más largos”, dijo la directora ejecutiva de la ACLU
en Arizona, Alessandra Soler.
En este contexto, el
sábado pasado un grupo de manifestantes bloqueó la carretera principal que
lleva al suburbio de Phoenix donde el precandidato presidencial republicano
Donald Trump montó un acto de campaña junto con su aliado político y electoral,
el polémico jefe policial Joe Arpaio.
Alrededor de una veintena
de activistas estacionaron sus automóviles a la mitad del camino principal al
evento y desplegaron pancartas con las frases “Abajo Trump”, “Tenemos que
detener a Trump” y “Trump equivale a odio”. El incidente no derivó en violencia
pero si expuso los dos frentes que existen en Arizona, uno a favor de leyes más
severas contra los migrantes y el activismo de grupos en contra de la llamada
ultraderecha.
A la par de este clima,
grupos como Tucson Samaritans y “No More Deaths” en redes sociales han denunciado
un clima antinmigrante y acciones de la
Border Patrol en puestos de socorro para
migrantes en el desierto de Arizona, acosando a los voluntarios que reparten
agua, comida y apoyo a los migrantes que cruzan por esa donde cada año mueren
cientos de mexicanos y centroamericanos.
La investigadora y directora del Instituto
Binacional de Inmigración de la Universidad de Arizona, Raquel Rubio-Goldsmith,
comentó que lo que ocurre en Arizona es el choque de dos migraciones: la del
sur, de mexicanos y centroamericanos que llegan a trabajar, en busca de
oportunidades, que huyen de la violencia, el desempleo y la falta de
oportunidades en sus países.
“Y la del oeste. Es gente blanca que se identifican como
americanos. Que dicen que ellos son los únicos americanos, los negros no les
caen bien, los indios no les caen bien y los mexicanos no les caen bien. Son
viejos, protestantes, casi todos jubilados o en vías de jubilados y ven
cualquier mexicano como un invasor o ilegal y están representados por gente
como Joe Arapio y ahora Donald Trump”.
“Son dos migraciones en
conflicto, por temas raciales, de generación. Muchos de los gobernantes y
políticos que han impulsado leyes como la SB1070 son de este grupo de blancos
que han dominado la escena política de Arizona”, concluyó Rubio-Goldsmith.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.