MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN |
La descripción que del
feminicidio hace la diputada federal perredista Karen Hurtado Arana, llama a la
reflexión y provoca ira e impotencia.
Dice Karen que el
feminicidio es la cara más aterradora de la descomposición social porque la
pobreza, marginación e ignorancia son caldo de cultivo para que ese cáncer
lacerante se propague por todo el país.
Y se propaga merced a la
omisión cómplice de la autoridad federal, estatal y/o municipal que evita
aplicar protocolos que garanticen los derechos y la seguridad física de las
mujeres en todo el país.
Karen es presidenta de la
Comisión Especial de Alerta de Género de la Cámara de Diputados y, a estas
alturas de la LXIII Legislatura federal todo indica que concluirá su gestión
como otras legisladoras que han impulsado la defensa de los derechos de las
mujeres y combatido la trata de ellas.
El tema, empero, siempre
implica el riesgo de oportunistas y vivales que, desde el Congreso de la Unión
y otras instancias estatales legislativas, hacen del tema un negocio que les da
para vivir con largueza e incluso brincar de cargo en cargo con cobro al erario
público.
Y, en tanto, este fenómeno
criminal no tiene para cuando amainar, evidencia de lo que dice la legisladora
perredista, la descomposición social.
En México, refiere Karen,
cada día son asesinadas 6 mujeres y, al menos la mitad, con algún grado de
violencia; además, y esto es alarmante, las víctimas tienen entre 11 y 30 años
de edad.
Ayer en la Cámara de
Diputados, se celebró la instalación de la Comisión Especial de Alerta de
Género, que preside la legisladora Karen Hurtado, en cuyo mensaje reclamó la
omisión gubernamental para combatir ese problema. Cotidianamente, medios de
comunicación y organizaciones de la sociedad civil, dan a conocer casos de
mujeres asesinadas por razones de género.
En ese mensaje recordó que
en 2007 se aprobó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia, pero esa letra ha estado muerta porque, acotó, estados y municipios
han evadido el tema, maquillado cifras y se niegan a aplicar protocolos con
perspectiva de género.
Lamentable y de vergüenza.
Mire usted, de acuerdo con la información aportada por la diputada perredista,
el mecanismo de Alerta de Violencia de Género se ha emitido en 11 municipios
del Estado de México, 8 de Morelos, 14 en Michoacán, 7 en Chiapas, 5 en Nuevo
León y 11 en Veracruz. Dice falta mucho por hacer. Dirías que muchísimo y,
además, esas cifras son una ofensa y evidencia criminal de omisiones que implican
complicidad.
¿A quién o quiénes
conviene echar bajo la alfombra y hasta el fondo del escritorio la alerta de
violencia de género?
Karen considera necesario
insistir en la recomposición del tejido social y fomentar mayores oportunidades
para las jóvenes porque, advierte, “está en juego la vida de nuestras niñas y
mujeres, por lo que se requiere implementar acciones que nos ayuden a frenar y
erradicar el feminicidio”.
Por de pronto, Hurtado
Arana promete que la comisión dará seguimiento a los protocolos que contempla
la alerta de género y escuchará las peticiones de la sociedad civil.
Pero la presidenta del
Comité del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de
Género (Ceameg), de la Cámara de Diputados, Guadalupe González Suástegui,
puntualiza que pese a las 6 alertas de género decretadas desde 2015, en
Morelos, Estado de México, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Chiapas y Veracruz,
no ha disminuido el flagelo que significa el feminicidio.
Y no disminuirá en la
medida que estas acciones no vayan más allá de los enunciados y las
declaraciones de impacto mediático, cuando de lo que se trata es de aplicar la
ley y obligar a una armonía legal en todo el país para combatir no sólo al
feminicidio, sino a todos los males que tenemos a consecuencia de la
descomposición social.
Porque, lea usted,
González Suástegui acota que “los índices aumentan y no se observan mejoras aun
cuando a través de la coordinación institucional, se solicita a los estados implementar
medidas de seguridad, prevención y justicia”.
Y, bueno, estima que la
comisión permitirá estudiar a fondo la viabilidad de la alerta de género, a 10
años de la promulgación de la ley general en la materia. ¡A diez años! Con esas
prisas ya podemos dormir sin sobresaltos. Burocracia, omisión y ganas de sólo
buscar candilejas dejan en letra muerta disposiciones legales que son de
obligada observancia.
¿Cumplirá su tarea la
diputada Karen? Por la salud del país y la seguridad de las mujeres debe dejar
de lado el rollo y ponerse a trabajar. ¡Hace diez años! Digo.
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