Quizá
las generaciones venideras duden alguna vez de que un hombre
semejante
fuese una realidad de carne y hueso en este mundo.
Albert Einstein
El 30 de enero de 1948,
Mahatma Gandhi líder de la India y padre del movimiento de la no violencia fue
asesinado mientras se dirigía a una oración comunitaria.
Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 de
octubre de 1869 en Porbandar, en la región de Gujarat al noroeste de la India.
Hijo del comerciante Karamchand Gandhi,
primer ministro de Porbandar de la casta de los banias, e hijo de Putlibai, de
la secta de los pranamis.
Fue un niño, tranquilo y su padre decidió
enviarlo a estudiar a Londres abogacía.
Haber crecido en una demarcación integrada
por pequeños principados, cuyos gobernantes tenían un poder absoluto sobre sus
vasallos, lo dotó de su pasión: el servicio al prójimo.
La vida en Inglaterra lo marcaría para
siempre. El futuro insurgente de la independencia India, fue recibido en Bombay
por miles de gentes, vivió etapas formativas y la opresión del imperio inglés,
política, económica y cultural.
Hay que destacar como Gandhi dirige a una
nación pluriétnica y plurireligiosa contra Inglaterra bajo el principio de la
no violencia, filosofía social de lucha permanente y articulada por el pueblo
contra el invasor.
Recordar la gesta del libertador de la
India y la filosofía de Gandhi podría impulsar un movimiento en México basado
en las técnicas de la no violencia gandhiana. Los movimientos del ya estoy
Hasta la madre, de los 43 normalistas, contra reformas estructurales, no han
cuajado articuladamente.
Hoy que todo el mundo está bajo amenaza de
Trump, con decretos absurdos, alejados de cualquier respeto al otro, ha
escogido a nuestro país como pera de boxeo para ensayar sus políticas contra
soberanía nacional, migrantes, económicas, contra la libertad y derechos
humanos elementales.
Si Gandhi se enfrentó con éxito al imperio
inglés con las armas de la razón y del nacionalismo en una India atiborrada de
cultos religiosos. Los mexicanos podemos hacerlo contra EEUU.
No colocando banderitas en cuentas de
tuiter y face. Si el gobierno pretende dar una vuelta de tuerca a la grave
situación de México, y lo que se viene con Trump, está a tiempo de dar un giro
de ciento ochenta grados, convocar a los mexicanos a la refundación de la
republica bajo principios nacionalistas en el marco de una democracia moderna
en un mundo globalizado.
Respetando fuentes estratégicas como el
petróleo, electricidad, gasolinas, medios masivos de comunicación, bancos, y
reactivar el agro en primerísimo lugar, así como la industria manufacturera,
alimentaria, entre otras.
Y como Gandhi lo hizo contra Inglaterra,
saber escuchar a su pueblo y encabezar la lucha por la soberanía de México
preservando dignidad, historia y recursos de todo tipo.
A 69 años del asesinato de Gandhi, los
mexicanos podemos encontrar en sus enseñanzas, un instrumento de lucha y un
reencuentro con nuestra propia historia.
De no ser así, el país se acerca del abismo
de la violencia, a otro abismo.
LA BASURA JEFA
Chilpancingo, capital del estado de
Guerrero, que ocupa ínfimos lugares en calidad de vida y estándares en
servicios y equipamiento urbano, ha padecido desde siempre el problema de cómo
vivir sin basura. Actualmente la población ronda en los 300 mil habitantes. Se
generan aproximadamente 200 toneladas de basura diaria.
En su mayoría es tirada en calles, bardas, camionetas
estacionadas, barrancas y vía pública. Basta que caiga un aguacero mediano y el
encauzamiento del ex río Huacapa, calles y plazas se inunden de basura.
Durante algunos años, la responsabilidad
del ayuntamiento se la ha cedido a dueños y trabajadores, léase, “pepenadores”
de quienes controlan el servicio alternativo que bajo el pregón de “la basura
Jefa”, recorren las colonias de Chilpancingo.
Es un trabajo y “empresa privada” demostrativa
de que el ayuntamiento ha transferido su responsabilidad a una entidad ajena a
la comuna.
En muchas capitales, la privatización de la
recolección de basura ha dejado mal parados a los gobernantes por la corrupción
imperante en su operatividad.
Y como la moda es ceder la responsabilidad
del estado a entidades privadas, la basura no ha sido la excepción.
Los ayuntamientos no han promovido el
reciclaje, entendiéndose como
“todo proceso donde los residuos o materiales de desperdicio son recolectados y
transformados en nuevos materiales que pueden ser utilizados o vendidos como
nuevos productos o materias primas.", y a esta falta de visión, no se
experimenta como en otros países en crear paraestatales para que el estado y
los ayuntamientos le saquen jugo a la “gallina de los huevos de oro”.
El Zar de la basura, Rafael Gutiérrez Moreno “constructor de uno de los imperios más impresionantes y crueles de los que
se tenga memoria en la Ciudad de México”, fue asesinado el 19 de marzo de 1987 en su recamara. Este poderoso hombre
que le otorgó a José López Portillo 2 mil hombres y mujeres para que lo
acompañaran en su gira con gastos pagados, aparte de ser “pepenador” multimillonario,
se ganó una curul.
Si en vez de dejar suelto el negocio de la
basura, se articula y construye una empresa paraestatal, la basura dejará de
ser un lastre y se convertirá en un gran negocio que permitirá separarla,
reciclarla y evitar contamine mantos freáticos, aire y cause enfermedades a los
seres vivos, se convertirá en una lucrativa empresa.
Y en serio, no es nada complicado montarla,
“la problema” es la falta de visión.
Hay que apostarle a la solución de un
problema de salud pública de grandes proporciones en un futuro próximo y el
deterioro de la ecología.
La creación de una planta recicladora
municipal, generaría fuentes de empleos bien remunerados con los mismos
trabajadores, el tratamiento de los desperdicios, y una entrada de dinero a la
comuna. Innovaría una cambio en la movilidad urbana, y la creación de una
cultura ciudadana mediante festivales y talleres comunitarios de cómo vivir en
paz con la basura en la capital del estado.
Ya se lo merece, ¿que no?
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