lunes, 19 de mayo de 2014

ÁNGEL AGUIRRE, FORTALEZA POLÍTICA Por Gaby Carmona Astudillo

GABY CARMONA ASTUDILLO
Desde hace tres años, los demonios se soltaron en el estado de Guerrero,  generando escenarios de violencia que afectaran al gobierno de Ángel Aguirre Rivero, quien al salirse del Partido Revolucionario Institucional,  le clavó una daga,  que a la distancia,  les sigue causando un profundo daño político electoral.
Y la mano que a estado meciendo la cuna, insiste en su propósito de afectar no sólo a quien gobierna la entidad,  sino directamente al pueblo  guerrerense, un pueblo que a sabido apoyar a su gobernador en los momentos más difíciles,  sabedores de que cada manifestación, cada bloqueo, cada campaña mediática es orquestada por sus adversarios políticos que a la distancia no han logrado superar su derrota y otros no han aceptado aún que los tiempos de gobierno han cambiado.
Cuando Ángel Aguirre Rivero llegó al poder, encontró una entidad en manos del narcotráfico, con grupos policiacos al servicio de la delincuencia organizada, con una inseguridad pública alarmante pero sobre todo con un alto índice de ejecuciones. La tarea para el recién llegado huésped de Casa Guerrero el asunto no sería nada fácil.
Y el primer problema que tuvo que enfrentar el gobernador Aguirre fue la campaña de terror, zozobra y miedo que unos panfletos provocaron en las diferentes escuelas del puerto de Acapulco, en donde les exigían a los profesores cantidades de dinero de lo contrario empezarían a sufrir las consecuencias. El estilo de redacción era el mismo que utilizaron los adversarios del entonces candidato para denostarlo. La guerra había empezado y Aguirre lo sabía.
A los ocho meses, alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa realizaron un bloqueó sobre la autopista del Sol, una noche antes un grupo de sujetos armados les informan a los dueños de los locatarios que no abrieran sus negocios porque iba a ocurrir una tragedia, al mismo tiempo que se llevaron varios “bidones llenos de gasolina”. Lo que sucede después ya todos lo sabemos.
Y mientras se registraron los hechos, muchos de sus funcionarios, vinculados al hombre de la Zeta y a la clase priista, sonreían y aseguraban que Aguirre Rivero tenía los días contados, solo quienes conocemos la capacidad política del gobernador asegurábamos que no ocurriría ninguna renuncia y menos una licencia al cargo.
Dos de sus Secretarios de despacho pusieron sus renuncias en la mesa para ayudar al jefe del ejecutivo y que las investigaciones se dieran sin obstáculo alguno.
Mientras tanto en cada región de Guerrero, se generaban situaciones de caos, manifestaciones y bloqueos. Aguirre Rivero tenía que hacer frente a la situación de forma personal, toda vez que sus funcionarios se negaban a dar la cara y cuando lo hacían la situación empeoraba.
A la distancia, integrantes de la CETEG marcharon por las calles de Chilpancingo provocando destrozos a las sedes de los partidos políticos y a la oficina del senador Sofío Ramírez pero para dar la impresión de que el asunto era con toda la clase política, los de la CETEG quemaron también oficinas del PRI Estatal para ese momento, el pueblo de Guerrero ya tenía claro que había la intención de querer derrocar al mandatario estatal. Y entonces fueron saliendo nombres de políticos y se volvió al origen.
Entonces sus adversarios dieron un giro diferente, abría que atacar a Ángel Aguirre desde otra trinchera, la creación de grupos de autodefensa, que provocaron en Huamuxtitlan su surgimiento fortaleciéndose en Olinalá, lo que generó el efecto dominó, sin embargo, el gobernador Aguirre supo desarticular el movimiento y los convocó a formar la policía rural. A pesar de las críticas el modelo de Aguirre sirvió para aplicarlo en Michoacán. En el proceso electoral Aguirre les demostró que sigue siendo el principal operador electoral en Guerrero.
Y entonces sus adversarios se unieron con otros políticos del partido del gobernador y enfocaron sus dardos en contra de la presidenta estatal del DIF Laura del Rocío Herrera de Aguirre, quien tuvo que enfrentar los ataques más duros con firmeza, segura de que el objetivo era ahora destruir a su familia, sin embargo la estrategia fracasó.
En tres años de gobierno, Ángel Aguirre ha demostrado que es un árbol difícil de destruir, porque tiene el apoyo de los guerrerenses más desprotegidos, esas familias a las que por más de seis años estuvieron marginadas y olvidadas, que durante seis años el gobierno en turno las menospreció pero con Aguirre Rivero encontraron el apoyo que les fue negado por seis años.
Ahora, los adversarios de Aguirre aseguran que ya no tiene la confianza de Enrique Peña Nieto, sin embargo, en cada gira de trabajo que el presidente de México hace en Guerrero, el dialogo con el mandatario estatal ha sido directo y de amigos, porque eso es lo que son, amigos personales, amistad que se a fortalecido con el paso de los años.
En la reconstrucción de Guerrero, el gobernador Aguirre ha exigido y demandado al presidente de México mayor apoyo a su gente, y el mandatario ha tenido que levantar la voz cuando se ha requerido. Hoy más que nunca el gobierno de Aguirre está más fuerte ante las miles de familias que ha beneficiado, con una esposa que ha hecho suyo los problemas que viven las familias desintegradas y que poco a poco juntos han ido transformando el entorno de miles de familias.
A tres años de gobierno podemos decir que Ángel Aguirre ha ido cerrando la brecha y poco a poco en la entidad se ha ido generando la confianza en el sector turístico, por seis años vimos un Acapulco vacío, a la llegada de Aguirre poco a poco la confianza se fue ganando, hoy el día, son más los que vienen al puerto. Hay problemas, nadie lo pone en duda, que se está trabajando en su solución eso se observa, sin duda al alguna.



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