lunes, 12 de mayo de 2014

LA NETA DEL PLANETA Karmelynda Valverde AÑORANZAS.

KARMELYNDA VALVERDE
No quisiera decir exactamente que todo tiempo pasado fue mejor, pues neta que –entre otras cosas-la tecnología viene a ser una excelente herramienta, sea cual fuere la ocupación que tengamos, pero sí puedo decir que en aquellos años de mi no tan lejana niñez (no hace mucho, cuando mucho un tostón, je je je) el festejo del Día de las Madres, era algo sencillo pero muy, muy hermoso.
Con qué ilusión preparábamos desde un mes antes el bailable, que nos ponía la maestra Esthela Romano, con ensayos diarios en su casa, lo que se convertía en un sano chacoteo pues tanto Susana Guillén Apreza como yo, aprovechábamos para echar relajo entre ensayo y ensayo.
La víspera del 10 de mayo, la calle principal (o la calle derecha como la conocíamos) se vestía de colores, pues cual más acaba sus mesitas con los regalos para nuestras madres, envueltos en papel  colorido papel celofán.  Los más populares fueron por años, la consabida jarra de cristal con su juego de 6 vasos y desde luego los pasteles con betún de clara de huevo. Era el tradicional pastel, relleno de mermelada de fresa de los que don Tito Camero el panadero, hacía alarde y fue el pastelero oficial de todos los chamaquitos de mi generación, ya fuera para cumpleaños o primeras comuniones.
Pero sin duda, los pasteles que preparaba Rosa la mujer del compositor Indalecio Ramírez, superaban en sabor y textura los de don Tito Camero.  ¡Un verdadero deleite no solamente para el paladar sino también visual! Ay! Esos pasteles en los que imperaba el sabor de mantequilla de a devis, con harta mermelada en medio y  cubiertos con betún color azúl verde mmmm….
Hasta parece que vuelvo a ver afuera  de la farmacia ‘’La Salud’’ de tía Concha Noriega, además de las infaltables jarras con vasos, monederos y cositas de bisutería…mientras que a la altura del billar del Güero Añorve,  la mesita de doña Lola Lanche, quien además de vender todo tipo de frutas y golosinas (cuacuyules en conserva por ejemplo) para el 10 de mayo vendía pastelitos y algunos otros regalitos, como salseras, saleros, pocillos de peltre.
La familia Cisneros Guillén, también ofrecían para el regalo del 10 de mayo, sabrosos pasteles además de que diariamente ofrecían plátanos al horno, gusanitos  y frutitas de horno.
Unos años después, tía María Cristina Guillén de Zarco, ofrecería en su ‘’Papelería Paty’’ regalos más modernos y hoy en día, abundan los negocios que ofrecen todo tipo de bisutería, accesorios, zapatos, perfumes y ropa…pero neta que nada como aquellos regalos que con tanto sacrificio ahorrábamos nuestros domingos, para comprar el acostumbrado pastel de betún azúl-verde y la infaltable jarra con vasos. Con decirles que doña Angelina Díaz Pamplona llegó a coleccionar una considerable cantidad de jarras con vasos pues cada año ¡le regalábamos lo mismo!: su pastel y su juego de jarra con vasos…solamente le cambiábamos de color je je je…

Ese era otro Ometepec….¡y yo lo añoro tanto!.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.