Hacerse del poder político y retenerlo. Vida de político. Estar en la cúspide, unos minutos de gloria y el resto de la vida en la ignominia, perro del mal y apestado y olvidado, rehuido y vituperado, triunfador absoluto y partícipe o beneficiario de la impunidad. El mosaico de los contrastes, las contradicciones, el ayer de gloria y el presente de ruindad y el fracaso.
Sí, los contrastes. Ser y dejar de serlo. El tobogán del desprestigio y el podio del éxito. El discurso de campaña ante cientos o miles de simpatizantes y acarreados, el sabor del triunfo con el aplauso aunque sea comprado. La intervención en la máxima tribuna política del país, en la Cámara de Diputados y el Senado. La barandilla del Ministerio Público y la rejilla de prácticas del Juzgado de Distrito con la declaración preparatoria.
¿Qué hiciste para convertirte en olvidado y perseguido del sistema? ¿Te perdieron tus ambiciones y el poder se te volvió enfermizo con las malas compañías? ¿Dónde dejaste los principios cívicos y sociales que, junto con las leyes, prometiste cumplir y hacer cumplir? Porque de esa máxima cuando rendiste protesta en el cargo hoy te persigue el corolario: “…que el pueblo se lo demande”.
Es este el escenario, no privativo de la política mexicana, en el que se confiscan y destruyen carreras que siempre fueron prestadas porque sirvieron y sirven para ese objetivo primigenio de los grupos de poder para mantenerlo, aunque se pierde de vez en cuando.
Así ocurrió con Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, quien creyó en la posibilidad del negocio personal que le otorgaba impunidad.
Y quienes lo apoyaron en su especial carrera, diputados federales en su momento y senadores de no tiempos lejanos, algunos de ellos hoy en el equipo presidencial, fieles a esta liturgia donde no hay verdades absolutas ni hermandades eternas o juramentos infinitos, lo han olvidado y se suman a la oposición que demanda justicia, cuando ésta fue prorrateada en otras fechas de necesidad de alianzas.
Es el momento de la oposición como inquisidora y el PRI pone al personaje ante la jauría y los justicieros que quieren quemarlo en pleno Zócalo.
Porque más que pretensión justiciera, este linchamiento se alza como procedimiento elemental de curarse en salud y deshacerse de las malas famas que dañan a las campañas políticas, porque el tricolor no tiene posibilidad de fusilarse el lema delamadridista de la “Renovación Moral de la Sociedad”.
¿Por qué una orden de presentación contra Jesús Reyna García? ¿Temían se fugara cuando le pidieron que no renunciara a la Secretaría de Gobierno de Michoacán? Juegos del poder que cede y se aproxima a esos procedimientos justicieros del PAN en el poder, de ese partido que no tiene rubor cuando sus dos aspirantes a presidirlo en el nivel nacional se despedazan y descalifican y se llaman ladrones uno y otro.
Las versiones que se manejaron una vez que la maquinaria del ajuste de cuentas se echó a andar con el cobro de facturas a la maestra Elba Esther Gordillo Morales, fue en el sentido de que otros políticos y empresarios, incluso un gobernador serían detenidos.
Con el caso Michoacán, en la figura de Jesús Reyna procede quizá como ex gobernador interino que fue. Mas por qué proceder hasta el pasado fin de semana si eran suficientes las evidencias o los dichos que consideró Jesús Murillo Karam para solicitar a un juez la orden para arraigarlo 40 días.
El jueves de la semana pasada, víspera de que Reyna García fuera llevado a la PGR en el Distrito Federal, su contendiente en la elección de gobernador, Leonel Godoy, desayunaba despreocupadamente en El Cardenal del Hotel Hilton. ¿Impune? ¿Se le ha investigado?
¿Qué de su medio hermano que se le peló a la justicia de Felipe Calderón? Qué ha sido de los entonces diputados federales perredistas, entre ellos Guadalupe Acosta Naranjo, que encubrieron a Julio César Godoy para ingresarlo al Palacio Legislativo de San Lázaro con el fin de que rindiera protesta como legislador del PRD y obtuviera el fuero constitucional.
Y, bueno, habrá que ir con esa pregunta respecto de la aplicación de la ley, cuando por ahí deambula impunemente el ex gobernador panista Emilio González Márquez, acusado de endeudar a Jalisco y hacerse de dineros de fondos públicos.
Pero, bueno viene el turno del PAN. Le vienen días de tormenta y arreciarán antes del 18 de mayo. Por de pronto, el senador Luis Fernando Salazar y el diputado federal Guillermo Anaya Llamas, han sido acusados de enriquecimiento inexplicable por Rodolfo Walss Aureoles, su compañero de partido, en Coahuila.
Y en Querétaro, por el mismo delito, el senador panista Francisco Domínguez Servién fue denunciado ante la PGR por Gustavo Buenrostro Días, ex diputado federal del PAN y actual presidente de la Asociación Civil Por Querétaro ¡Todo!
¿Impunidad? ¿Justicia selectiva? Que se sepa, los nuevos millonarios del calderonismo, Germán Martínez Cázares, Maximiliano Cortázar, Roberto Gil Zuarth, Alejandra Sota Mirafuentes, César Nava, Guillermo Bustamante Ruisánchez, Mariana Gómez del Campo y Rogelio Carbajal Tejada, a quienes un documentado reportaje publicado en la revista Proceso en junio de 2012, demostró sus millonarias propiedades, imposible de haberlas adquirido con sus salarios, no pasó del espacio mediático.
Estar en la cúspide, unos minutos de gloria y el resto de la vida en la ignominia. Conste.
LUNES.- ¿Y con qué se come el Instituto Nacional Electoral? Seguramente el platillo de la democracia saldrá carísimo. ¿Es el mismo Lorenzo Córdova Vianello, presidente del Consejo General del INE, el que hace unas semanas se había negado a participar en la elección de este nuevo cuerpo colegiado? Y luego se quejan de los mal pensados reporteros. Digo.
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