La Gioconda del Museo
Nacional del Prado, fue pintada por algún discípulo de Leonardo Da Vinci al
mismo tiempo que éste creaba la original.
La importancia de este
descubrimiento, realizado durante el proceso de estudio y restauración de la
obra para su participación en una exposición del Louvre dedicada al artista,
reside en que al tratarse de una copia coetánea y perfectamente conservada
aporta una valiosa información tanto sobre el paisaje de fondo como sobre
muchos detalles que rodean a la enigmática dama; como los ejes de la silla, los
adornos de la tela que cubre su pecho y el velo semi-transparente que envuelve
sus hombros.
El estudio de esta obra
comienza en 2010 a petición del Louvre, en el marco de la investigación en
torno a la exposición 'L’ultime chef-d’œuvre de Léonard de Vinci, la Sainte
Anne', que se inaugura a finales de marzo de 2012. El interés que suscitó la
comparación del resultado de la primera reflectografía infrarroja con la del
original llevó a profundizar en el examen de la obra y, finalmente, abordar su
restauración.
Esta copia forma parte de
las colecciones del Prado desde su fundación en 1819 por proceder de las
colecciones reales españolas, germen de la institución. Aunque se desconoce el
dato exacto acerca de la forma y fecha de su ingreso en las colecciones reales,
probablemente se trate de la obra que aparecía ya en 1666 citada en el
inventario del Alcázar como un retrato femenino relacionado con Leonardo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.