El
negocio es comprar algo útil, no vender lo contrario.
Hay
demasiados partidos políticos en México, sí. Al fin y al cabo, en el sufragio
terminan como muéganos. Olvidando la idea, los estatutos, el organigrama, el
proyecto y el desarrollo en bien de la democracia. Claro está que no es dinero
bien invertido desde un inicio. Pero según expertos indican que es la sana
competencia en el pluralismo político, un régimen que muestra a los mexicanos
la posibilidad de elegir, incluyendo a los políticos, un plan para robustecer
la sustancia en el proceso electoral, así como fortalecer al país en todos los
rubros. Es claro que esas ventajas o beneficios distan de la realidad, y la
ciudadanía vive una verdad olvidada. Como muestra, el año pasado el Instituto
Federal Electoral (IFE) recibió la petición y solicitud de 52 organizaciones
para conformarse como partidos políticos, sólo tres lo lograron. Hoy son diez
partidos políticos, a los cuales debemos alimentar en su grotesca hambre de
dominio y control.
Tomando
la premisa que sin un pasado no se lee un futuro, hubo decenas que son
historia. Tal como el Partido Demócrata de México (PDM), el Partido Auténtico
de la Revolución Mexicana (PARM), o el Partido Alianza Social (PAS). Los cuales
fueron construidos para actos serviles de los partidos predominantes, en el
peor de los casos. O bien, fundados por algún idealista o un cúmulo de ellos en
aras de la utopía. En la actualidad, hubo agrupaciones que gracias a Dios y a
las leyes de los hombres no lograron el reconocimiento. Curiosos nombres, como
el “Partido Unificador de Estados Democráticos Evolucionarios y Nacionalistas”,
“Asociación de Profesionistas y Profecionales (sic) de Servicios Comunitarios”,
“Partido Universitario de México”, “Partido Demócrata Migrante Mexicano” o
“Pueblo Republicano Colosista”. En el 2013, los partidos se repartieron 3,563
millones de pesos, bajo esta monstruosa cantidad, el monto de financiamiento
público para los partidos crece cada año, en el entendido que se calcula con
base al aumento de padrón de electores. En julio de 2014, el recién Instituto
Nacional Electoral (INE), dio el registro a Movimiento Regeneración
Nacional
(Morena), Encuentro Social (PES) y al Partido Humanista. Aunado a que estos
institutos les corresponde el 2% del financiamiento total para las fuerzas
políticas, ya que recibirán 31.7 millones de pesos, más 4.6 millones para
capacitación, franquicias postales y telegráficas. Ahora bien, estas corrientes
cuentan con prerrogativas garantizadas para actividades ordinarias. Así como
los siete partidos políticos nacionales que se repartieron en 2014 una bolsa de
3,810 millones de pesos de financiamiento público, un monto 6.9% superior a lo
que recibieron en 2013, según el acuerdo aprobado IFE. El Partido
Revolucionario Institucional (PRI), tendrá 1,060 millones de pesos; el Partido
Acción Nacional (PAN), 890 millones, y el Partido de la Revolución Democrática
(PRD), 678 millones. La repartición entre los cuatro partidos considerados
pequeños quedó en 335 millones de pesos para el Partido Verde Ecologista de
México (PVEM); para el Partido del Trabajo, 292 millones (PT); para Nueva
Alianza (Panal), 277 millones y para Movimiento Ciudadano, 275 millones.
Me
pregunto por qué no son absorbidos mejor los cuadros políticos rémoras,
constituidos como partidos, así como lo hacen las empresas. Pues esto sin duda
es un negocio, ejemplo reciente es el de Soriana, la tienda de autoservicio
adquirió 160 establecimientos del corporativo Controladora Comercial Mexicana.
Todo un abasto de propias y rentadas por un monto de 39 mil 194 millones de
pesos, casi 2 mil 612 millones de dólares. Otro modelo a seguir, AT&T. La
primera telefónica de Estados Unidos compró a Nextel en México en 1,875 millones
de pesos, menos su deuda. Así como los activos de Iusacell a Grupo Salinas, en
dos mil 500 millones de dólares. No es monopolio, es combinar inteligencias,
claro está con la fortuna de quien tiene el poder adquisitivo y la creatividad
estratégica de la mercadotecnia. Vámonos haciendo menos y a hacer más con poco.
¿O no? El símbolo primordial de este siglo es articular un beneficio constante
a la sociedad, así como el evento constituido por la Asociación Civil “Amor por
Acapulco”, dirigido por su presidenta Aurora Román Ocampo. Ya que el viernes 6
de febrero los acapulqueños a partir de las diez de la mañana en la Unidad
Deportiva Vicente Suárez, podrán ser asistidos por especialistas y
profesionistas en las áreas de imagen, salud, psicología y materia jurídica.
Así como una oncóloga pediatra que dará consulta para canalizar los
diagnósticos al Instituto Estatal de Cancerología. Dar algo útil a la humanidad
viene siendo el mejor negocio del mundo. www.falcoatlmultimedios.com
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