EFRAÍN FLORES IGLESIAS |
Cuando
quiere, los atiende, y cuando no, también. Así es Marco Antonio Leyva (MAL),
conocido popularmente como “Alcalde Chambitas”,
quien al viejo estilo caciquil trata con la punta del pie a los trabajadores
del Ayuntamiento de Chilpancingo, principalmente a los de base.
A cada rato le protestan en
el Palacio Municipal o en las oficinas de la Secretaría de Servicios Públicos
Municipales. Pero eso no le importa al primer edil ni a sus ineptos y
arrogantes colaboradores, ya que para
ellos lo más importante es mal gastar el presupuesto asignado a Chilpancingo y
solapar las irregularidades realizadas en el Patronato de la Feria de San
Mateo, Navidad y Año Nuevo 2015.
Los trabajadores han
parado labores para demandar mejores prestaciones de ley, pago puntual a sus
salarios, bonos y un trato digno. Sus demandas han sido legítimas. Pero el alcalde les responde con garrote.
El pasado 7 de marzo, por
ejemplo, el dirigente de la Sección 14 del Sindicato Independiente, Domingo Salgado Martínez, acudió al
Ministerio Público del Fuero Común a denunciar penalmente al alcalde Marco
Antonio Leyva y al secretario de Servicios Públicos Municipales, Sergio del Moral Benítez, por ordenar
la agresión que sufrió ese día la señora Yolanda
Barrera Rosales, secretaria de Actas y Acuerdos de ese sindicato.
La agresión en contra de
Yolanda Barrera Rosales se dio por parte de empleados de la Secretaría de
Servicios Públicos Municipales, en la colonia Hermenegildo Galeana, al norte de
esta capital, en donde se ubican las oficinas de dicha dependencia. Los
miembros del Sindicato Independiente se instalaron en paro laboral por 72
horas, lo que molestó a Sergio del Moral Benítez, quien de inmediato organizó y
encabezó a un grupo de treinta trabajadores para abrir de manera violenta la
puerta principal, agrediendo de esa manera a la secretaria de Actas y Acuerdos
del Sindicato Independiente.
Los agremiados del
Sindicato Independiente aseguran que el alcalde dio “luz verde” para que se
cometiera la agresión en contra de ellos.
No cabe duda, que en poco tiempo Marco Antonio Leyva se ha
ganado el repudio de los trabajadores del Ayuntamiento por el trato inhumano y
despótico que les ha dado. ¿Y así pretende reelegirse en 2018? No, así no,
pues.
En
el PRI prevalece una gran indignación y preocupación por el actuar del alcalde
de Chilpancingo. Algunos dan por hecho que en la próxima
elección, el tricolor corre el riesgo de perder por primera vez la Presidencia
Municipal de la capital del estado. Y todo, por haber postulado a un soberbio y
mediocre en la elección de 2015.
También es evidente
que entre el Alcalde Chambitas y el
gobernador Héctor Astudillo Flores
no existe una buena relación. Se saludan de dientes para afuera, pero hasta
ahí. ¡Sopas, perico!
Y no se diga de los
integrantes del Cabildo, a quienes se ha echado en contra. Ni los regidores de
su partido lo tragan. ¡Zas!
Pero en fin, todo lo que MAL inicia, MAL acaba.
ENTRE OTRAS COSAS… El que se ha caracterizado por
defender férreamente a su partido (el PRI) en el Congreso local, es el
representante del distrito 23 y presidente de la Comisión de Justicia, Héctor Vicario Castrejón.
Es de los
legisladores que más suben a tribuna para debatir con los representantes de otros
institutos políticos.
Vicario tiene
experiencia legislativa y ha sabido moverse en el pantanoso campo de la
política guerrerense. No hay que descartarlo para proyectos futuros.
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