miércoles, 23 de marzo de 2016

LUIS DONALDO COLOSIO SIN IMITADORES. Por Oscar Memije Franco.


Luis Donaldo Colosio Murrieta fue un político y economista mexicano, militante del Partido Revolucionario Institucional, se desempeñó como diputado por Sonora (1985-1988), senador (1988), presidente de su instituto político (1991) y titular de la Secretaría de Desarrollo Social de México (1992). Fue candidato a la presidencia de México por el PRI hasta su asesinato el 23 de marzo de 1994.  El primer lugar a visitar de ese trágico día, sería la colonia popular Lomas Taurinas, uno de los muchos asentamientos irregulares en la ciudad de Tijuana. En una explanada en pendiente e intransitable, sobre la calle La Punta.

Alrededor de cuatro mil personas se congregaron para estar con el candidato del PRI en el llamado “Acto de Unidad”; cuatro oradores locales hicieron uso de la palabra antes de que Luis Donaldo Colosio cerrara el evento con su discurso. Cerca de las 17:00 horas (Tiempo del Pacífico), Colosio bajó del templete rodeado por una reducida escolta personal.

OSCAR MEMIJE FRANCO
A las 17:12 de la tarde, cuando Colosio había caminado unos trece metros y medio en la explanada, uno de los asistentes al mitin penetró el cerco de seguridad, puso un revólver Taurus calibre 38 cerca del oído derecho del candidato y disparó. Un segundo disparo alcanzó a Colosio en el abdomen, quien cayó al suelo inconsciente, sangrando de la cabeza. En medio de la confusión, el grupo de seguridad capturó a un hombre de unos 25 años, de complexión delgada, tez morena y pelo rizado, vestido con pantalón de mezclilla y una chamarra negra. Luis Donaldo Colosio falleció, a las 18:55 horas de ese día.


Colosio fue un hacedor fundamental de la democracia mexicana, apaleó a la necesidad de enlazar el crecimiento económico y justicia social, producción de riqueza y producción de bienestar. Fue un ciudadano de Estado, porque su visión de México la instauró en la cultura del esfuerzo permanente nutrida cotidianamente con la capacidad y sensibilidad que sólo se logra con el conocimiento y tratamiento directo de los problemas que generan grandes rezagos e insatisfacciones sociales en las comunidades.


Colosio fue el principal enemigo de la injusticia, de la soberbia y arrogancia en el exceso del poder centralista, de los despropósitos de los funcionarios corruptos, mediocres y pusilánimes, por ello una de sus principales tesis fue la reforma del poder, porque consideraba que esta era el espacio natural y óptimo para servir a los demás y para hacer de los gobiernos auténticas herramientas de desarrollo integral.

El ejercicio de la política lo entendía como un profundo compromiso social, mismo que debería refrendar con acciones en beneficio de la sociedad de manera colectiva. Materializando cada uno de sus actos en las múltiples instancias de la administración pública.

El mejor homenaje a Luis Donaldo Colosio, no es con flores, con guardias, con discursos o con repetir sus palabras,  lo congruente es llevar a la práctica sus tesis en los tres órdenes de gobierno, poniendo en praxis procedimientos internos y externos en los institutos políticos como entidades públicas de interés social, al diseño y al hecho, de las políticas públicas, a las obras y servicios públicos, a levantar las conciencias definitivamente y sacar de los gobiernos a los incompetentes y mercaderes de la política.

Parte de la clase política se ha prostituido día a día, los líderes morales se han extinguido, algunos partidos político han surgido como franquicias de algunos protagonistas sociales,   se debe dignificar, profesionalizar y humanizar el quehacer político para poder servir a la sociedad con credibilidad, no con simulaciones.

 “Veo un México con hambre y sed de justicia”


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