Nadie ha descubierto el hilo negro, en el caso de todo lo que acontece en el Instituto Mexicano del Seguro Social, en perjuicio de la salud de millones de derechohabientes. La pésima atención y las eternas esperas, citas para especialidades o una cirugía con plazos de meses y meses, son referente cotidiano cuando se habla del IMSS o simplemente del “Seguro”.
Respecto del trabajo, de mi autoría, que desde el lunes último comenzó a circular en diarios digitales y algunos impresos, con la cabeza “Posponen la crisis y agonía financiera del IMSS; gatopardismo oficial”, ha habido comentarios diversos.
Unos consideran que me quedé corto en situaciones de suyo graves como la ausencia de medicamentos para atender enfermedades terminales o en extremo delicadas, y que se niegan a los pacientes enviándolos a su casa a morir, sí, a morir fuera de un hospital, sin costo al erario.
Empero, se preguntan por qué no enfrentar esa situación en este momento, si al final de cuentas el Instituto tiene un espacio preferente en el Presupuesto de Egresos de la Federación.
Y mire usted, en el trabajo periodístico siempre hay el riesgo de que el afectado o cuestionado considere que hay intereses políticos, oscuros e incluso personales. ¿De parte de quién?, es la pregunta recurrente. La respuesta, en este asunto específico es simple: De parte de millones de derechohabientes que son base del informe enviado por el IMSS al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión.
Grave situación aquella de jubilados y pensionados y de quienes vamos hacia ese futuro incierto de recibir migajas de lo devengado por décadas de trabajo. O ser blanco –¿víctimas?—de la deshumanizada atención de personal burocrático que predispone lo que ocurrirá en una consulta donde hay médicos que no tienen más respuesta al paciente que recetarle aspirinas disfrazadas con nombres raros.
¿Qué pasó con el IMSS? Los directores que ha tenido la institución no pueden presumir de haber dejado un Instituto sano, saludable financieramente, impregnado del espíritu de servicio, dinámico y acorde con el desarrollo demográfico mexicano y dispuesto a atender las prioridades económicas y de salud de sus pensionados y jubilados.
El pasivo que en este rubro tiene el organismo, aterra, como han aterrado las cifras de los pasivos laborales de Pemex y de la CFE.
Uno de las conclusiones de los auditores independientes que trabajaron en el tema del status real del IMSS el año pasado, y que en junio último entregaron los reportes, puntualiza: "en particular, a partir de 2013 se comenzaron a utilizar los recursos de la Reserva Financiera y Actuarial del Seguro de Enfermedades y Maternidad. Al cierre de 2013, esta reserva presentaba un saldo de 60,644 millones de pesos y se estima que estos recursos se agoten en el año 2017".
Por ello, el despacho Prieto, Ruiz de Velasco y Cía., S. C., advierte: "(...) el Instituto se encuentra en una situación financiera complicada. Se observa un desequilibrio estructural, déficit entre los ingresos y gastos del seguro de enfermedad y maternidad; así como del seguro de salud para la familia. El resto de los seguros como riesgo de trabajo, invalidez y vida, y guarderías y prestaciones sociales, presentan superávit para el 2013 y 2012 (...).
En consecuencia, urge: "Dadas las circunstancias descritas, es indispensable la adopción de reformas estructurales, incluyendo cambios al marco legal que permitan aumentar los ingresos del Institutos distribuirlos de acuerdo a las necesidades de cada ramo de aseguramiento".
En tanto, la consultoría, FARELL, refiere que "los ingresos del instituto están basados, fundamentalmente, en las cuotas y contribuciones que establece la Ley. En virtud de que su modificación requiere de un cambio en la Ley, actualmente, la única forma de mejorar la situación financiera de este seguro consiste en establecer medidas que permitan revertir o detener la tendencia creciente del gasto".
Pero resulta que en esto de las cuotas, prevalecen los favoritismos, es decir, no todos los patrones cumplen con el pago de las cuotas de sus trabajadores. Y no hablamos de bilimbiques ni de pequeños empresarios. No, se trata de verdaderos tiburones, de esos que han sido beneficiados por el fisco.
Lo peor es que, el deterioro generalizado aumenta y, en materia de salud, son comunes los malos diagnósticos y tratamientos a enfermedades, o carencias en todos los procesos médicos, lo que complica la salud de los derechohabientes incluso hasta la muerte. Todo ello porque para quienes conducen la institución, lo importante es el dinero no las personas.
¿Es electoral la decisión de posponer la crisis y agonía financiera del IMSS? Malo, malo. Tal vez más que el “premio al trámite más inútil” que entregó el entonces presidente Felipe Calderón al Instituto, hoy se le otorgará la “medalla al buen morir”. Digo.
MIÉRCOLES. Indudablemente no todo es malo en el IMSS. Hay excelentes médicos, enfermeras y trabajadores con vocación de servicio. Los problemas del organismo son consecuencia de pésimas administraciones, economistas y no doctores en el cargo de directores. Y un sindicato que cobija impunidades y prohíja el valemadrismo de la inmensa mayoría de sus agremiados. Conste.
@msanchezlimon
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