jueves, 23 de noviembre de 2017

TERCERA VÍA Oportunismo Político Ernesto Rivera Rodríguez


El temblor del pasado 19 de Septiembre movió mucho más que la tierra, los milleniaris despertaron de su letargo y encontraron su espacio, y su porque, advirtiendo que son y pueden ser factor de cambio en una sociedad que está harta de la simulación, la corrupción y los partidos políticos, demostrando que ser de izquierda o derecha no significa nada. Lo que verdaderamente vale son los principios y la actitud frente a la vida.

ERNESTO RIVERA RODRIGUEZ
Pero hay mucho más que ello, otros que ya conocieron las “mieles del poder”, buscaron donde protegerse, donde sacar raja y/o esperarse a los tiempos, donde las oportunidades se convierten en garbanzos de a libra, y el tiempo, los días y las horas se miden de acuerdo a los procesos electorales, y treparse a cualquier opción, o  tomar caminos ya conocidos es  la gran oportunidad para vestirse de nuevo como “republicanos”.

No hay mucho que quemarse las pestañas en esta época de oportunismos, así, “escuchar la voz del amo, o arrastrarse por una candidatura por cualquier sigla que sea, es cuestión de no hacerle gestos”. Volver a encontrar al líder alfa, como el caso de la regidora Gloria Sierra, quien abandono el partido que le dio una regiduría, porque hasta hoy se dio cuenta de que Acción Nacional no representa, no es un contrapeso del poder en la alcaldía de Acapulco, fue suficiente para ir en busca de la “voz de su amo”. ¿Nos preguntamos si alguna vez lo ha sido? No es cuestión de principios, sino de intereses.

El otro caso es el del exdiputado priísta Francisco Torres Miranda, que no tiene otros principios más que su ambición, financio una rueda de prensa para dar a conocer que buscará la candidatura  a la presidencia municipal de Acapulco, con el partido  Movimiento Alternativa Social (MAS), un partidito sacado de la manga de gambusinos buscadores de curules y fuero, que dirige un personaje que pretende hacer valer sus 25 años de militancia en el PRD, al cual  casi le exigió que le reconozcan sus años de esfuerzo y desvelos, pero sin  afirmar ni mencionar algún hecho por el cual haya trascendido en el mismo.


Hoy la política en tiempos de cólera electoral tiene atrapados a no pocos que padecen los síntomas de una oligofrenia electoral que luchan cueste lo que cueste con no quedar fuera de alguna lista, sea del color que sea, ya que si los seres humanos no son impolutos ni transparentes, mucho menos las instituciones que estos crean o llámese como se llamen sus honestos dirigentes sean Anaya, López Obrador u Ortega Jiménez. Al tiempo lo que falta por ver.

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