“Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”, es una frase derivada del principio de orquestación de Joseph Goebbels, propagandista nazi sacralizado por los expertos en marketing de todo tipo.
Según este principio, el sexto de un total de 11, la propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirse incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas”.
La orquestación depende de un principio anterior, el quinto, llamado por Goebbels “de vulgarización”, que señala que toda propaganda debe ser adaptada “al menos inteligente de los individuos” pues considera que “la capacidad de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.
Los propagandistas le apuestan a la ignorancia para el éxito de sus campañas. Por eso el éxito de productos dañinos para la salud, incluyendo los productos políticos.
De ahí que cuando gente como el senador Armando Ríos Piter dice haber conseguido miles de millones de pesos para Guerrero como resultado de haber vendido su voto (así se entiende) para que nos aumenten los impuestos, nos está mintiendo y repite la mentira una y otra vez con el objetivo de que la gente a la que considera ignorante, se lo crea.
Los únicos facultados para reasignar partidas en el presupuesto de egresos son los diputados federales. Esto lo ignora mucha gente y de eso se aprovechan los mentirosos.
De igual manera, cuando jura y perjura el mismo senador que el presidente de la República decidió extender el descuento en la autopista del sol gracias a un exhorto que él presentó, nos trata de dormir con ese cuento, primero, porque los exhortos son como los llamados a misa y el Ejecutivo no está obligado a hacerles caso, y después, porque ya estaba en los planes del presidente Enrique Peña Nieto extender el beneficio debido a que esa carretera no está aún en óptimas condiciones ni la reconstrucción de Guerrero ha llegado siquiera a la mitad.
Los anteriores son un par de ejemplos de cómo se utilizan los principios de Goebbels en la propaganda política.
En la propaganda comercial, ese tipo de engaños, conocidos como propaganda engañosa, son sancionados por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco); en la propaganda política, hay impunidad total para engañar.
Así como la ignorancia no exime de la aplicación de la Ley, tampoco debiera ser pretexto para que las personas sean engañadas cínica y públicamente.
Si nuestra democracia fuera mejor y nuestras instituciones confiables, haríamos bien en contar con una Profeco política que sancionara a estos sinvergüenzas.
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