Los anillos de humo formados
por un volcán son muy raros, (más escasos incluso que los Anillos de Poder de
Tolkien) dado que sólo se producen en condiciones muy especiales.
Es una coincidencia que el
gas y el vapor expulsado por la boca de ventilación de un volcán pueda formar
un perfecto anillo de humo. Una imagen tan sorprendente que inevitablemente
recuerda a la de un fumador de puros realizando círculos perfectos.
Los vulcanólogos estiman que
estos anillos pueden llegar a tener hasta unos 200 metros de ancho y alcanzar
una altura de 1000 metros por encima del suelo, en un viaje cadencioso hacia
arriba de unos 10 minutos. De cómo se forman poco se sabe. El profesor Jürg
Alean especula que podrían estar formados por pulsos de gas rápidos, emitidos
por aberturas estrechas a la atmósfera.
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