La cultura de la tecnología
electrónica de las poderosas empresas surcoreanas (Samsung, Daewoo, LG) influye
no sólo en la visión del mundo -el gran gadget- de sus habitantes sino en el
arte contemporáneo como en el caso del artista U-Ram Choe (Seúl, 1970) y su
escultura cinética titulada, en latín, Custos Cavum o El Guardián de la
Caverna. Mediante circuitos, conexiones eléctricas y robótica, Choe reproduce
el ritmo sosegado de la respiración de un gran cetáceo dormido de cuya médula
espinal emergen vapores en forma de diminutos engranes y filamentos, helechos
metálicos que flotan (¿desechos de plancton?) en el agua; la cabeza, cráneo de
dinosaurio, revela la imbricación -como escamas- de una era muy antigua y la
actual. ¿Qué secreto resguarda dicho monstruo dormido a la entrada de su
madriguera en el fondo del mar? El proceso de incubación y reproducción de los
seres bio-tecnológicos, probablemente la última fase de la evolución.
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