Gloria Analco |
Gloria Analco/ El
primero en “privatizarse” será el gobierno de México, si tal y como está es
aprobada la reforma energética
Manga
más que ancha tendrán las empresas privadas, en lo general y las
transnacionales en lo particular, para hincar el diente en la industria
petrolera de México, que dejará de ser meramente estatal para convertirse en un
gran negocio para los mejores postores, los cuales, por la forma en que está
redactado el proyecto de dictamen sobre la reforma energética que elaboró PRI y
PAN, les permitirá a los señores del dinero el tipo de contrato que mejor les
apetezca, el que más se apegue a sus intereses en cualquiera de sus
modalidades, hasta el punto de poder gozar de concesiones, para que sean ellos
mismos, solitos, quienes operen por medio de licencias, o si así lo prefieren
también por producción compartida. Para rematar, por los “favores” que se
reciban del sector privado, se les pagará en efectivo o con barriles de
petróleo, como gusten. Y para ofrecer a los capitales privados amplias
garantías, no vaya a ser que algo no les agrade y se retracten, se reforman los
artículos 25, 27 y 28, de manera que desaparezca cualquier prohibición con
respecto a explotar a placer nuestra industria por parte de extranjeros. Pero
por si eso no fuera suficiente, no vaya a ser que no quieran entrar en el
negocio, se especifica en el dictamen que los aspirantes privados a invertir
(para sacar más que provecho) podrán hacerlo en exploración y extracción del
petróleo, tanto en hidrocarburos sólidos, como líquidos o gaseosos. Es decir,
no hay topes de ninguna especie. Ahora se entiende que el dictamen haya sido
redactado con el mayor de los sigilos, el del tiempo límite, en el que ya no
cabe ni la espera de un segundo más, en fin de semana y con la gente distraída
en su esparcimiento. El dictamen se discutirá hoy en el pleno del Senado, el
que dicta la renuncia del petróleo al control estatal, el que entrega nuestra
mayor riqueza a los privados, para que hagan con ella lo que más les apetezca,
sin restricciones, y eso en gran parte no sólo se lo vamos a deber al PRI y PAN,
sino también al PRD que de manera estratégica se salió de la discusión sobre la
reforma energética para no verse obligado a divulgar su contenido
anticipadamente, y hacer la faramalla de que se salió del Pacto por México
porque PRI y PAN acordaban en “lo oscurito”, y de paso querer arrebatarle la
bandera a AMLO del rechazo a esa reforma, y, ahora sí, llamar a una gran
manifestación, cuando ya de hecho todo está cocinado. El PRI, que aparentó que
fue el PAN el que marcó el paso del dictamen, al condicionar su voto a más
excesos en la entrega del petróleo, sabe muy bien que salió completita de Los
Pinos.
*columnista del diario UnomásUno
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