miércoles, 29 de enero de 2014

Entresemana Michoacanólogos Entresemana

Michoacán ---como en otros tiempos con sus características y condiciones propias Guerrero y Oaxaca, Chiapas y Tabasco--, es el centro nervioso de la vida política nacional. Ahí se definen estrategias de gobierno. Ligas mayores en tiempos de crisis.

Por algo, todo el mundo quiere meter la mano y aparecer salvador de una situación a la que han endilgado adjetivos que van del desprestigio y hasta el desprecio por las condiciones sociales que desconocen y de las que los michoacanos, son los últimos en opinar.

Contradicciones, paradojas, penas ajenas, olvidos y amnesias insultantes, como las del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, cuya declaración fue como escupir al cielo. Asegura que violencia e inseguridad que privan en Michoacán, son consecuencia del abandono en que los gobiernos federales tuvieron a la entidad desde 1982. Casualmente, el ingeniero fue gobernador en aquellos años y más recientemente su hijo Lázaro y su socio Leonel Godoy.

Junto a estas desafortunadas declaraciones hay las de personajes que mejor debieran callarse. Por ejemplo, el colimense Jorge Luis Preciado, coordinador de los senadores del PAN, cuya demanda ha sido desaparecer los poderes en Michoacán pero determinó que su rebaño celebre en Morelia su reunión plenaria.
Lleva a los senadores a Michoacán para elaborar su agenda parlamentaria del periodo febrero-abril y desmiente al dirigente estatal albiazul, Miguel Ángel Chávez Zavala, quien había asegurado que los senadores panistas irían a localidades de Tierra Caliente, como el municipio de Apatzingán.
Dijo Preciado se quedarían en Morelia y no habían solicitado protección a la Secretaría de Gobernación. Pero de plano aseguró que los medios de comunicación no han destacado la presencia de francotiradores en las carreteras que van a la zona de conflicto. ¿Será? ¿Entonces, a qué diablos van los senadores panistas a Michoacán?

El coordinador de los senadores perredistas, Miguel Barbosa Huerta, consideró grave esa afirmación de su contraparte blanquiazul. “Yo creo –dijo--que él debiera dar elementos, los que tienen información para una mención tan grave. Nosotros no tenemos ninguna información y por tanto no hacemos esas referencias. Hay que ser cuidadosos en la parte declarativa también para no incrementar la inquietud y la zozobra en la que un estado puede estar viviendo”.

Por esos linderos, la cauta y pacífica senadora priista Rocío Pineda Gochi reaccionó molesta contra Juan Manuel Oliva, ex gobernador de Guanajuato y aspirante a la dirigencia del CEN del PAN, quien aseguró que Michoacán está como está por causa de Fausto Vallejo,
Se requieren propuestas constructivas más que descalificaciones oportunistas, dijo Pineda y llamó a la solidaridad de la clase política nacional para resolver la problemática michoacana.

"Una vez que cada uno asume su responsabilidad, señalar culpas tan sólo es una muestra de mezquindad”, dijo la senadora y ex alcaldesa de Morelia. Y preguntó: “¿Qué han aportado realmente todos los que hoy pretenden desacreditar los esfuerzos realizados? ¿Qué han aportado a Michoacán políticos como Gustavo Madero, Ernesto Cordero, José Luis Preciado, Juan Manuel Oliva o Miguel Ángel Chávez Zavala?”

Lo cierto es que estos políticos integrantes de la pléyade calificada por mi respetado colega Luis Carlos Rodríguez, como “michoacanólogos”, son dañinos para la salud del estado de Michoacán. Rescato un párrafo ilustrativo de su columna Tal Cual. A saber:
“Por estos días se escuchan y leen en la prensa y medios nacionales a decenas de “michoacanólogos” que dan diagnósticos y recetas sobre el estado, que a pocas horas de haber arribado a Nueva Italia o Apatzingán se dicen expertos y prácticamente “enviados de guerra”, cuando ni siquiera pronuncian correctamente algunos de los poblados de la geografía purépecha. Pobre estado con la clase política que le tocó lidiar y con los expertos que buscan soluciones sin siquiera conocer su historia”.
Son esos michoacanólogos los que cuestionan al gobernador Fausto Vallejo Figueroa por la decisión de pedir ayuda al gobierno federal.
Son estos personajes de la política de escritorio y de tribuna de pedigrí, de colegas que se asumen dueños de la verdad y, merced a unas pinceladas de conocimientos de barricadas, armas largas y caravanas de autodefensas, militares y policías federales y el asombro y la zozobra ciudadana respaldan al linchamiento político. ¿Por qué no dejar que los michoacanos, con el apoyo de la autoridad estatal y federal resuelvan su status?

No, Fausto no es un político novato. Sabía del desgaste mediático y político en el que sus detractores lo meterían. ¿De qué se quejan los Cuauhtémoc, Preciado, Barbosa y Cocoa? Acusan que la Federación ignoró durante décadas a Michoacán. Y ahora que ésta acude en su ayuda, dicen que se avasalla al gobierno estatal.

En el siglo pasado cayeron gobernadores en Oaxaca, Guerrero, Tabasco y Chiapas, como Manuel Zárate Aquinio, Israel Nogueda Otero y Rubén Figueroa Alcocer, Manuel Bartlett Bautista y Patrocinio González Garrido, por desaciertos políticos y salpicada corrupción, mas no por haber pedido el apoyo del gobierno federal para atender la resultante de décadas de olvido y corrupción, cacicazgos y cegueras de gobernantes de los tres niveles. ¿Erró Fausto la decisión? Bien harán los michoacanólogos en dejarse de baladronadas, conjeturas y esos etcéteras de ofensivo dizque conocimiento del terreno y contribuir a que Michoacán vuelva a la normalidad. Los michoacanos, indudablemente, estarán de plácemes. No les ayudes, compadre. Digo.

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