jueves, 27 de marzo de 2014

BOROBUDUR. ¿EXTRATERRESTRES EN INDONESIA?






El templo de Borobudur es un templo antiguo Budista, cuya construcción incorpora en su diseño la mayoría de las ideas y simbologías que configuran el concepto humano de la religión, en sus diferentes expresiones espirituales.
Según las mitologías y las Escrituras sagradas, estas representaciones incluyen las ideas del centro, de la montaña mítica sagrada, del árbol de la vida, la geometría sagrada que tiene un carácter esotérico, la orientación de los cuatro puntos cardinales, el ritual iniciático, la danza sagrada, los misterios de las celebraciones rituales y planetarias, así como diversas concepciones en torno a los mitos de la creación y la oposición entre el cosmos y el mundo inferior, entre la tierra y el cielo, la armonía y el caos. Su nombre proviene de dos palabras, Boro que significa templo, del sánscrito ‘Byara’, mientras Budur que13 recuerda el idioma de Bali, Beduhur cuyo significado es encima del cerro.
El templo fue construido con una forma de pirámide nivelada, con piedras andéisiticas utilizando 2.000.000 de piedras. Desde lejos, el templo tiene forma de estupa, pero desde cerca se pueden observar 2 estilos de construcción. En la parte superior está la estupa principal, construida sobre tres terrazas redondas, hecha en estilo arquitectónico indio. La parte de abajo tiene la pirámide nivelada. Este estilo pertenece a la arquitectura javanesa. Ambas partes forman una unidad sólida otorgando una forma de estupa. Las estupas del templo siguen el concepto del budismo, reflejando la naturaleza. Stupas son en la creencia budista Vimanas (carrozas celestiales), con las que se podía llegar hasta los dioses en el cielo.
El templo de Borobudur no posee espacio interior. Sólo se puede mirar y admirar rodeándolo u observándolo desde arriba. Esta actividad se conoce como Paradaksina.
En el budismo este acto significa ofrecer respeto a los buenos dioses. Borobudur, la misteriosa montaña de dioses de la isla de Java, en Indonesia, es una de las grandes maravillas del Extremo Oriente. A apenas 40 kilómetros de distancia de la antigua capital del sultanato, Yogyakarta, hace más de mil años budistas devotos construyeron el santuario más grande de toda Asia. Con enormes moles de piedra cubrieron toda una montaña, convirtiéndola de este modo en una obra sacra de dimensiones colosales. Numerosas especulaciones y leyendas rodean hasta nuestros días este recinto sagrado y plantean espontáneamente toda una serie de preguntas sobre la identidad de los constructores y la finalidad de este fantástico monumento.
Según sostienen los teóricos de los antiguos astronautas algo muy significativo ocurrió en la antigüedad en esta región que estímulo a sus pobladores a dejar constancia de tan trascendental evento. Según afirman los teóricos de los antiguos astronautas allí ocurrió un aterrizaje masivo de los dioses del cielo.
Quienes permanecieron un tiempo enseñaron fundamentos espirituales que por alguna razon los pobladores atribuyeron al budismo, estos dioses, quienes sentaron las bases del budismo, ordenaron y asesoraron la construcción del templo de Borobudur para que quedara constancia de su visita y de las enseñanzas que impartieron para las generaciones futuras. Si nos detenemos a pensar en el esfuerzo y el tiempo empleado para realizar tan 5colosal obra con una tecnología arquitectónica descomunal para crear un templo del que sobre su significado, poco se sabe más allá de que fuera un santuario budista. Sin embargo, hasta la fecha los arqueólogos no han hallado documentos que contengan datos más precisos sobre este monumento religioso.
Aunque que se han formulado hipótesis sobre el significado que tuvo en su tiempo el santuario: poco después de su descubrimiento se halló en la plataforma superior, debajo de una estupa (una estructura hueca en forma de campana), una urna metálica cerrada con un retrato metálico, lo que significaba que Borobudur habría sido un gigantesco relicario. Por tanto, la urna podría haber contenido los restos mortales del legendario Buda, que el rey Ashoka había hecho exhumar de su sepultura original en India en el siglo III a. C.
Sin embargo, el objeto del sensacional hallazgo ha desaparecido y puede que haya sido destruido; es el único que podría poner fin a las especulaciones de que Borobudur es el sepulcro de uno de los grandes fundadores religiosos de la historia universal. No hay evidencia escrita de quién ordenó construir Borobudur y con qué propósito, pero los teóricos de los antiguos astronautas sostienen que fue un importante centro de peregrinación budista que conmemoraba el gran aterrizaje de los dioses del cielo en su nave nodriza representada por el templo y pequeñas naves monoplazas representadas por las restantes 72 estupas de menor tamaño.
El periodo de construcción se estima entre los siglos VIII y IX, comparando las inscripciones halladas y los relieves esculpidos en la base del templo. Corresponde por tanto al periodo de apogeo de la dinastía Sailendra en Java Central, entre los años 760 y 830, cuando estuvo bajo la influencia del imperio Srivijaya. La evidencia sugiere que Borobudur fue abandonado tras el siglo XIV, con el ocaso de los reinos budistas e hindúes en Java y la conversión de los habitantes de la isla al Islam. Durante siglos Borobudur estuvo cubierto por capas de ceniza volcánica y vegetación. Se especula sobre si una fuerte erupción volcánica pudo obligar a los habitantes de alrededor a abandonar por completo estas tierras. El caso es que tras su abandono, lejos de caer en el olvido, la memoria del monumento perduró como la imagen de un lugar maldito y durante mucho tiempo circuló una leyenda supersticiosa que asociaba el templo con la muerte y la mala suerte para aquellos que osaran acercarse a él. Sobre el significado del monumento, poco se sabe más allá de que fuera un santuario budista. Borobudur está construido como una gran estupa con silueta piramidal. La base es un cuadrado de 123 metros por lado.
Tiene nueve plataformas, cada una de las cuales se supone que representa un estado de iluminación. Las seis inferiores poseen forma cuadrada y las restantes superiores son circulares. De esta manera, cuando es visto en horizontal desde arriba toma claramente la forma de un mándala, representación simbólica de la cosmología budista (el espacio sagrado, o centro del universo, se representa como un círculo inscrito dentro de una forma cuadrangular). Las plataformas superiores contienen setenta y dos pequeñas estupas que rodean una estupa más grande en círculos concéntricos. Cada estupa tiene forma de campana perforada con agujeros. Dentro de cada estupa pequeña hay una estatua de Buda sentada con las piernas cruzadas en posición de flor de loto. Se supone que dentro de la estupa central tenía que haberse descubierto una gran estatua de Buda pero esta se encuentra vacía.
Se sabe que en 1842 el administrador holandés Hartmann supervisó la investigación de la cúpula principal, pero sus descubrimientos nunca llegaron a conocerse. El misterio, pues, sigue rodeando a Borobudur. Lo que sí se descubrió fue que la pirámide estaba levantada sobre una colina natural, y que se necesitaron aproximadamente 55.000 m³ de piedras para construir el monumento. Las piedras fueron cortadas, transportadas y colocadas sin utilizar mortero. Se diseñaron hendiduras y protuberancias para poder ensamblar las piedras entre sí.
Una impresionante obra de construcción que dice mucho de la civilización que poblaba la isla de Java en aquellos tiempos. El diseño de Borobudur fue uno de los aspectos más complicados de descifrar. Aunque fue identificado en un principio como una estupa, su complejidad sugirió más tarde que la estructura era en realidad un templo y que el ascenso a la cima debía llevarse a cabo como un camino de peregrinación budista. Así, los visitantes son guiados mediante un sistema de escaleras y corredores ascendiendo desde la base hacia las plataformas superiores.
Los relieves esculpidos una vez el monumento estuvo terminado indican el camino de ascenso. Borobudur tiene aproximadamente 2.670 bajorrelieves individuales (1.460 paneles narrativos y 1.212 decorativos), los cuales cubren la superficie de la fachada y balaustres. Están distribuidos en la base oculta, que contiene 160 relieves correspondientes a narraciones que describen el Kamadhatu, y las cinco plataformas cuadradas (Rupadhatu). La lectura de los paneles comienza por la entrada ubicada al lado este del monumento y se ajusta al pradaksina, el ritual budista de circunvalación realizado por los peregrinos que se mueven en sentido horario, dejando el santuario a su lado derecho. Otra de las curiosidades del complejo es que está equipado con un sistema de drenaje para filtrar las precipitaciones, abundantes por esta zona del globo. Para evitar que las terrazas se inundaran de agua, se colocaron caños en cada esquina con forma decorativa de gárgolas.

Por extraño que pueda parecer, el mayor enemigo del monumento a lo largo de su historia no fueron los terremotos ni las frecuentes lluvias torrenciales. Fueron las erupciones volcánicas. Borobudur está situado en el corazón de la llanura Kedu, un lugar tradicionalmente sagrado en la isla de Java por su fértil vegetación. La llanura se encuentra flanqueada por cuatro volcanes, el Monte Sumbing y el Monte Sundoro al oeste, y el Monte Merbabu y el Monte Merapi al este. Algunos de ellos forman parte de la lista de volcanes más activos del Cinturón de Fuego del Pacífico.

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