Pakistán
y Afganistán están económicamente en depresión, con un PIB per cápita que ronda
los US $ 3,500 y $ 1,000 respectivamente. Sin embargo, ambas naciones tienen
muchos hombres bien armados, al menos en relación con el típico occidente. Con
la cartera apretada, poca infraestructura, e incluso la carencia de
alfabetización, ¿de dónde proceden las armas?
Situado
en Pakistán al sur de Peshawar, cerca de la frontera con Afganistán, Darra Adam
Khel (o, simplemente, Darra, para abreviar) es, como el Washington Post lo
describió en un titular, “como el Salvaje Oeste, con el plus de Al-Qaeda.
La
ciudad es una de la media docena de regiones fronterizas QUE se consideran
“Zonas Tribales de Administración Federal”, o “FATAs” (del inglés Federally
Administered Tribal Areas). Estas FATAs están exentas de muchas de las leyes
aprobadas por el gobierno paquistaní. En su lugar, Darra es administrado por
Regulaciones CRIMINALES Fronterizas, QUE, a su vez, dan a las tribus
individuales de cada área el poder y la responsabilidad de gobernar a su
pueblo, y con amplio margen de apreciación. En la práctica, esto significa que la
ciudad de Darra se encuentra fuera del ámbito legal de Pakistán – y su gente se
aprovecha de esto.
sólo
hay una carretera principal en Darra y se llena, a ambos lados, con tiendas de
armas, repuestos y accesorios. Las tiendas venden armas de fuego de todas las marcas
y tamaños. Pero estas armas no son importadas por un traficante de armas,
tampoco son tomadas de la parte trasera de algún camión de suministro
armamentista, mucho menos se adquieren de un pacto conspiratorio firmado con la
CIA. Por el contrario, la gente de Darra las fabrica.
Usando
sólo “herramientas de mano y un torno pequeño”, los hombres de Darra elaboran
réplicas ilegales de armas de fuego durante todo el día, todos los días. Las
habilidades de fabricación de las armas de fuego se transmiten de generación en
generación, como si fuera una tradición ancestral de comercio. La variedad de
armas es prácticamente ilimitada, se extienden desde armas de mano y pistolas
de pluma a rifles y lanza granadas. A pesar de la educación no formal y de sus
relativas herramientas primitivas, estos armeros pueden crear un arma que nunca
han visto antes, por lo general en menos de un par de semanas. Y en la mayoría
de los casos, las réplicas salen como copias casi perfectas.
El
número de personas que viven en Darra es desconocido pero se cree hay alrededor
de 50,000 habitantes. Una cantidad absurda de ellos están implicados en el
tráfico de armas – Atlas Obscura informa que el 75% de la población masculina
trabaja en la “industria”. Aunque, no todos son fabricantes de armas. Algunos
son los propios comerciantes, encargados de la intermediación de ofertas y los
pagos. Otros actúan como probadores de las armas, sitúan campos de tiro en las
zonas de venta de las armas; Y, por último, algunos se encargan de mantener a
los turistas fuera de la zona, generalmente los extranjeros no son bienvenidos
y se les confisca todo lo comprado por las tribus.
La
ciudad se discute a menudo como uno de los lugares más peligrosos del mundo, y,
dada su línea de productos la clientela recurrente son los extremistas
alineados con al-Qaeda, los talibanes y grupos similares. Por lo que la
descripción parece correcta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.