miércoles, 2 de marzo de 2016

Los Manglares de Acapulco. Oscar Memije Franco.

OSCAR MEMIJE FRANCO
“Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”: Simón Bolívar.

Hablar de la contaminación en las lagunas de Tres Palos y Puerto Marqués del puerto de Acapulco, no es descubrir el hilo negro, al contrario, resulta sorprendente e indigno que no se actué en consecuencia.

Es una tarea constitucional que tienen cada una de las área competentes y de  paso, el propio Partido Verde Ecologista de México, mismo que obtuvo su primer registro como partido político el 28 de febrero de 1993, en sus documentos básicos cita; “El Partido Verde Ecologista de México es una organización de ciudadanos ecologistas, comprometidos con el respeto por todas las manifestaciones de la vida, la protección del medio ambiente y la contención del deterioro ecológico; y cuya acción política se orienta a la promoción de un desarrollo sustentable que permita a los seres humanos vivir en una sociedad justa, libre y en armonía con la naturaleza”.

Sin duda los ciudadanos tenemos parte de responsabilidad, no hemos entendido que es urgente y necesario evitar contaminar, es evidente que no existen políticas públicas enfocadas a la orientación y acciones preventivas en coordinación con la ciudadanía, también he cierto que son situaciones de sentido común que se deben impedir.
Los manglares que se ubican en las launas son bosques inundados que se encuentran en la confluencia de aguas dulces y salobres, y están atravesados por canales navegables, llamados esteros, que aumentan y disminuyen su caudal al ritmo de las mareas. Los mangles son árboles que en su proceso evolutivo se adaptaron a las presiones de ese medio singular: desarrollaron mecanismos para eliminar los excesos de sal, para sostenerse en suelos inestables y para sobrevivir en sustratos sin oxígeno, y lograron semillas flotantes que se desarrollan parcialmente en el mismo árbol como base de sus estrategias de reproducción.

Los manglares son importantes como barrera de protección de las costas frente a la embestida diaria del mar y como trampa de los sedimentos que arrastran los ríos. La abundancia de nutrientes que retienen permite el desarrollo de gran variedad de fauna asociada y los hacen uno de los ecosistemas más productivos del planeta. Son el lugar de reproducción y de desarrollo de las larvas de muchos organismos y el hábitat de moluscos, reptiles, aves y mamíferos, por no mencionar los insoportables jejenes y zancudos, entre otros insectos.

Un medio de comunicación internacional CNN publicó en febrero de 2009 estos datos de nuestro país:

65 % de manglar perdido
655,667 hectáreas (ha) de manglar quedan en todo el país.
4.43 ha se pierden cada día, equivalente a seis campos de fútbol.
40 y el 50 se habrá perdido para 2025.

La contaminación que se genera en nuestro entorno parece ser algo cotidiano, quizás ya nos acostumbramos a contaminar,  pero los altos impactos de la naturaleza nos asustan, sin actuar en la prevención y el fortalecimiento del medio ambiente. Recientemente vimos en nuestras costas una alta cantidad de tortugas marinas muertas, en promedio más de doscientas, otra mortandad de peces en la Laguna de Chautengo. Eso debe ser entendido, estamos actuando mal. Es necesario que la gente también tome conciencia de su alta responsabilidad para evitar más contaminación en nuestro planeta.

El cambio climático, no es una casualidad, el aumento de la temperatura se ha incrementado, estamos acelerando la descomposición de nuestro medio ambiente. Las políticas públicas en materia de promoción a la salud son una prioridad,  es donde se da una alta inversión del erario público, pero prever la contaminación permitirá evitar problemas de salud pública. Las dependencias de Ecología y Salud deben establecer coordinación permanente y ejercer un liderazgo social para una sana participación ciudadana.

Es urgente que el estado aplique la ley, sin distingo, sin privilegios, sin intereses políticos, porque con política estéril no mejorarán nuestros pulmones y demás órganos. La Ley General de Vida Silvestre refiere en su artículo 60.

Queda prohibida la remoción, relleno, transplante, poda, o cualquier obra o  actividad que afecte la integralidad del flujo hidrológico del manglar; del ecosistema y su zona de  influencia; de su productividad natural; de la capacidad de carga natural del ecosistema para los  proyectos turísticos; de las zonas de anidación, reproducción, refugio, alimentación y alevinaje; o bien de  las interacciones entre el manglar, los ríos, la duna, la zona marítima adyacente y los corales, o que  provoque cambios en las características y servicios ecológicos.    Se exceptuarán de la prohibición a que se refiere el párrafo anterior las obras o actividades que  tengan por objeto proteger, restaurar, investigar o conservar las áreas de manglar.

Seguiremos perseverando en que la autoridad haga su tarea y  que despertemos nuestro sentido de responsabilidad y participación para conservar nuestro medio ambiente, es por nosotros y por nuestros hijos.

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