SALOMÓN GARCÍA GÁLVEZ |
***AGUIRRE, CON APOYO POPULAR.
***PRETENDEN INCENDIAR GUERRERO.
La mayoría del pueblo de Guerrero desea que el
gobernador Ángel Aguirre Rivero continúe en el cargo. Los guerrerenses, NO
quieren su destitución.
Los radicales y anárquicos, son los únicos que
desean la caída de Aguirre Rivero, mientras el caso Iguala-Ayotzinapa, ya se
politiza.
Siniestros personajes –perversamente- pretenden
incendiar Guerrero, con el apoyo de radicales cetegistas, ayotzinapos y anárquicos
foráneos.
El incendio, los destrozos y la agresión a
empleados del palacio de gobierno, y luego similar acción contra el palacio
municipal, son el inicio de una jornada de violencia, focalizada en
Chilpancingo.
Manipulados por siniestros líderes que se ocultan
en la oscuridad, los normalistas de Ayotzinapa junto con cetegistas y
anárquicos foráneos pretenden incendiar Guerrero, descomponer el tejido social
y romper con la tranquilidad de todos.
Pareciera que a los normalistas de Ayotzinapa NO
les interesa llegar al fondo de la verdad de lo que ocurrió en Iguala la noche
del 26 de septiembre y la madrugada del 27, donde seis personas resultaron
asesinadas por la policía municipal y sicarios, donde 43 estudiantes fueron
desaparecidos.
¿Quién, o quiénes manipulan las movilizaciones
radicales? ¿Quién envió, o enviaron a los estudiantes normalistas a Iguala, en
medio de la disputa de grupos de la delincuencia organizada? ¿Quién o quienes
dieron la orden de que los siguieran desde su llegada a esa caliente plaza?
¿Por qué los mataron? ¿Por qué desaparecieron a los 43 estudiantes?
Ahora, los normalistas no buscan quien se las hizo,
sino quien se las pague. No se dan cuenta que son utilizados con fines oscuros.
Su miopía les genera un ánimo de absurda revancha que se convierte en
violencia, destrucción y agresión contra todos.
Ni cayendo el gobernador Aguirre Rivero del poder,
terminaría el fenómeno del narcotráfico, ni la violencia, como lo desean
radicales y anárquicos. La salida del gobernador, no resuelve en nada el
conflicto; más lo agravaría.
En medio del escenario violento, ya vienen en
camino 21 autobuses (robados) con normalistas y anarquistas de Michoacán y de
otros sitios, con dirección a Chilpancingo, escoltados por la Policía Federal,
“para que no les pase nada”. Vienen a reforzar a sus símiles de Guerrero.
Pretenden descomponer el entorno social y exhibir a esta entidad como
“ingobernable”.
Mal llaman “asesino” al gobernador Aguirre Rivero
pese que la policía estatal y la ministerial NUNCA participaron en la
represión, asesinato y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Ángel, quizás cometió un grave error: Desde que
asumió el cargo, les entregó todo: apoyos diversos, vehículos, computadoras,
colchones, comida, techo y sustento.
Los ayotzinapos son “masoquistas”, pues el ex
gobernador Zeferino Torreblanca, casi no les daba apoyos y jamás los
apapachaba; los “mantenía a raya”, y a veces con los antimotines mandaba darles
de chingadazos “para que se aplacaran”.
El conflicto Iguala-Ayotzinapa pretende ser
aprovechado por políticos chicharroneros en desuso, quienes, sin ningún
escrúpulo, ya se montan en el movimiento para catapultarse a puestos de
elección popular como alcaldías y diputaciones. ¿Lo permitirán los radicales de
Ayoztinapa?
El pasado fin de semana, un grupúsculo de
comerciantes hambreadores que se dicen “empresarios”, aglutinados en diversos
membretes, encabezaron una marcha de “solidaridad” a los padres de normalistas
desparecidos.
En la movilización participaron dirigentes de la iniciativa
privada que en el pasado reciente han ambicionado cargos de elección popular, y
ahora aprovechan el descontento de los normalistas para conseguir sus fines.
¿Politizan o no, el caso Iguala-Ayotzinapa?
El incendio al edificio Tierra Caliente del palacio
de gobierno y la destrucción dela papelería, forman parte de una escalada de
vandalismo y violencia que se anuncia para Chilpancingo –sede de los tres
poderes de Guerrero-, que podría ser perpetrada por grupúsculos anarquistas de
ayotzinapos y foráneos. Ojalá no despierten el “Guerrero bronco”. ¡Cuidado!
ACAPULCO SIN POLICIAS.
El ayuntamiento de Acapulco está dispuesto a
certificar a toda su policía municipal, para convertirla en confiable ante la
ciudadanía. A La fecha, ya se cuenta con los primeros 116 policías
certificados, preparados para brindar la seguridad y vialidad que los
acapulqueños necesitan.
El alcalde Luis Walton Aburto, da cumplimiento a la
Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que obliga certificar a
los cuerpos policiacos, a más tardar el 30 de octubre del presente año.
Ante los trágicos y condenables hechos de Iguala,
al munícipe del puerto, le queda claro: garantizar la seguridad de los
ciudadanos y que estos cuenten con policías verdaderamente confiables.
Y como resultado de las evaluaciones, hasta ahora
el resultado es el siguiente: 771 elementos NO APROBARON los exámenes; 295
policías, por voluntad propia no se presentaron a realizarlos y por esa razón
no podrán continuar su labor
Sólo 131 policías APROBARON la evaluación, de los
cuales 116 ya concluyeron su capacitación en un curso impartido por el Ejército
Mexicano.
Queda pendiente recibir el resultado de 883
evaluaciones. Recientemente se notificó a 275 policías que ya fueron dados de
baja. El proceso de certificación provocó inconformidad de ciertos policías que
se han declarado en paro desde hace tres meses, demandando que se les mantenga
en activo.
El alcalde Walton Aburto y la población del puerto
hacen un llamado respetuoso a la Federación para que envíe a la Gendarmería
Nacional y a más agentes de la PFP, para que refuercen la seguridad en el
puerto.
Don Luis, no se duerme en sus laureles pues le
ocupa y le preocupa la certificación de la policía municipal del puerto. Bien
por el alcalde acapulqueño…Punto.
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