Pero si Grumpy Cat está
enfadado con la vida, entonces Garfi, un gato persa, sería lo más próximo a un
“gato furioso”. Imagínate recordando en la madrugada y ver sobre tu pecho la
cara de este felino, con ese aire gélido y asesino.
Su esclavo humano, una
mujer turca llamada Hulya Ozkok, dice que aunque parezca un villano de los
dibujos animados, Garfi, en realidad, es uno de los gatos más dulces y lindos
que ha visto. Basta con ver la forma tan tranquila con la que posa para la
cámara. Sin duda, estamos frente a un gran modelo felino y su semejanza con
Garfield (además del nombre) es bastante sugerente. Garfie vive rodeado por un
gran sequito de esclavos humanos y otros compañeros felinos.
De hecho, cuando un
gato está molesto o nervioso, las reacciones no se manifiestan en su rostro
sino en sus pelos erizados y en la columna arqueada. Al contrario, cuando un
gato sonríe, tampoco es la boca que determina que está sonriendo, sino sus
ojos. Los especialistas creen que estos animales expresan el equivalente a una
sonrisa cuando parpadean lentamente y dejan los ojos cerrados durante un corto
periodo de tiempo. Puede parecer un gesto diminuto y sin importancia, pero para
el gato, cerrar los ojos es un indicio de que se encuentra en un estado pleno
de confianza, ya que manifiesta su vulnerabilidad ante un posible ataque.
Además, es a través de estas pequeñas muestras que los gatos expresan realmente
lo que sienten por los humanos.
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