El misterio de ébola
quedó resuelto, la prueba es de que hay control en Nigeria, y en Cuba se ha
desarrollado con éxito su cura. La decisión de Barak Obama de invadir África
para acabar con ese nuevo peligro para los Estados Unidos, es un pretexto
infantil que les permitirá con drones y marines tomar sitio en el continente
negro y mediante estrategia publicitaria encubrir la invasión en África con el señuelo
sanitario del ébola que será erradicado a balazos. Y como a nadie engañan, la editorial
del New York Times da a conocer a la espantada opinión publica norteamericana
que no hay pex, que en Cuba tienen resuelto y ha avanzado en el desarrollo de
técnicas para su tratamiento con éxito.
El intento distractor
por los acontecimiento mundiales, también impactó a México. El Presidente EPN,
se cayó de la nube en que andaba a quinientos mil metros de altura, gracias a
diversos reconocimientos y premios como el mayor líder mexicano, entre otros. Hasta que el 26 de septiembre sonaron la
descargas en Iguala ante la mirada indiferente del ejercito, la policía
federal, estatal y municipal que se encargó no solo de disparar contra los
normalistas, sino que los sobrevivientes al ataque fueron entregados a la
policía de Colula que a su vez, los cedió a un grupo del crimen organizado, que
no se sabe si los mató como asegura el padre Solalinde al que nadie le hace
caso, incluyendo la PGR y hasta los propios normalistas han declarado que nunca
se ha puesto en contacto con ellos. La pregunta es: ¿hay que pedir permiso a la
estructura de los normalistas para hacer declaraciones sobre este aberrante
hecho, si éstas le fueron expresadas a Solalinde en el confesionario y por
tanto, tiene el sacerdote premio de los Derechos Humanos el derecho de no divulgar
los nombres que le confiaron bajo secreto de confesión?
En este episodio de la
narco política mexicana que podría servir como argumento de novela negra o de
película de horror, en medios elitistas defeños de empresarios nacionales y
extranjeros, circula el rumor de que el todo poderoso José María Córdoba
Montoya, otrora prohombre ligado a componendas polacas y brazo armado de Carlos
Salinas, tiene metida las manos en el caso Iguala y cuyo objetivo principal es
cortarle las alas a cierto Gavilán copetón punta de lanza del grupo Atlacomulco
casado con una Gaviota salida de las filas de televisa y que fue destinada a matrimoniarse
con el emblemático gavilán al que hay que cortarle las alas porque ha volado
muy alto con las reformas y los ha hecho a un lado. Al extremo que Luis
Videgaray anda solo mientras el Gordo Cartens, que si sabe de cuestiones
hacendarias le anda robando cámara con sus declaraciones sobre la verdad del
crecimiento económico de México y las aspirinas que hay que administrarle al
país herido de muerte, no sólo por la narcopolítica, sino porque según
expertos, el país no crecerá tal y como lo ha planeado Videgaray Caso y su
equipo.
Y en ese escenario de
pugnas entre Osorio Chong y Videgaray por la herencia de la presidencia, sin
que nadie lo supiera, se montó
meticulosamente lo acontecido la noche del 26 de septiembre en Iguala
con actores de reparto, entre los que aparecen policías de Iguala y Cocula, y
los propios estudiantes de Ayotzinapa, así como miembros de las fuerzas armadas
y la policía federal. Que hasta la fecha ignoran de quién salió la orden de
ajusticiamiento sumario, o si lo saben lo callan y será casi imposible sacarles
la verdad. ¿Por eso la negativa a recibir a Solalinde en la PGR, y a quién le conviene que
esto se sepa y a quién no?
La manta colocada por
el Choky, en donde delata a presidentes municipales y funcionarios de estar
dentro del bisnes del narco ¿fue la información
que requería el gobierno federal para tomar el mando en regiones de
Guerrero, y dejara en la indefensión otras, como la Sierra, que los necesita?
Si la verdad se sabe,
que casi puedo asegurar que no, AAR saldrá librado de todos los señalamientos,
incluido el de responsabilidad política. Porque lo de Iguala se gestó extra
muros del estado. La prueba es de que Monte Alejandro Rubido, finalmente bajó
al monte después de que la policía comunitaria encontrara casas de seguridad y
fosas en las Parotas, en las inmediaciones de Iguala.
Los tres fuegos y las
carambolas de veinte bandas han hecho mella en el PRD al que han arrodillado. Y
si esto se sabe ya, seguramente que tampoco saldría bien librado por la
relación intrínseca del ex de Iguala de Apellido Abarca y su familia con un
grupo delincuencial poderosísimo al que no le han tocado ni un pelo.
¿Qué encierra en lo
profundo lo acontecido en Iguala?
Hay indicios
suficientes para percibir que con esto ¿le pretenden poner freno a EPN y a su
afán reformador? Esta simple ecuación no se sabrá nunca o una vez que tengan
amarrados los hilos, todo el peso de esta tragedia planeada con sumo cuidado le
pondrá una zancadilla del tamaño de la presidencia a Enrique Peña Nieto, y el
deslinde primero y el arropamiento después del PRD, hacia Ángel Aguirre, es una
prueba. Y mientras el fuego se apaga o se incrementa con marchas, bloqueos ayuntamientos
tomados, la quema de las oficinas del PRD hace algunos minutos y lo que se ve
venir.
¿AAR está atrapado en
medio de tres barriles de acetileno, y padres, hermanos de los normalistas
desaparecidos también ocupan un lugar al centro de la pira atizada extra muros
de Guerrero y cuyo primer experimento fue el 12 de diciembre de 2011?
Los 43 jóvenes tal vez
nunca aparezcan. ¿Procederá la
desaparición de poderes, o producto de una conspiración mayor, AAR pedirá
licencia? Ni lo uno ni lo otro.
Y mientras se sabe el
origen del operativo Iguala, ¿a quién le toca “administrar el infierno” de
Guerrero, al ejercito, la gendarmería o a los políticos?
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