domingo, 2 de diciembre de 2012

Entresemana La Izquierda, la chueca y las ganas de joder al vecino Por Moisés Sánchez Limón


Moisés Sánchez Limón

Perogrullada es decir que en política no hay casualidades. La decisión de firmar el Pacto por México es ejemplo de lo que se puede lograr cuando las voluntades de todos los colores y siglas convergen, sin arriar banderas propias.
Aquella expresión de “¡estamos hasta la madre!”, que se repitió en los últimos meses de la administración de Felipe Calderón, dejó de ser coloquial, se convirtió en grito de hartazgo de los mexicanos por las condiciones económicas, políticas y sociales que privan en todo el país. Y todo incluye a la ciudad de México.
Porque la capital mexicana es rehén de grupos de una “izquierda” comodina y beligerante, distante de los auténticos y respetables objetivos de esa corriente ideológica que aboga por el bien común y la estabilidad y prosperidad social, donde el espíritu de la inclusión y la tolerancia son factores elementales.
La ciudad de México fue, el sábado último, escenario de contrastes entre quienes apuestan a la civilidad y el diálogo y los que, escudados en el gatopardismo y el deslinde simplista, salen a las calles a protestar contra la toma de posesión del presidente Peña Nieto y se desbordan violentos en busca de un muerto para enderezar la campaña contra el nuevo gobierno, acusándolo de represor y asesino.
Mientras los grupos de profesores beligerantes de la CNT, atencos e integrantes de #Yosoy132 despliegan actos de absoluto vandalismo, Enrique Peña Nieto, ungido Presidente de México abandona el salón de plenos del Palacio Legislativo de San Lázaro, detiene el paso y reconoce la tarea de Manlio Fabio Beltrones Rivera, operador indiscutible de una fiesta republicana que comenzó y terminó sin sobresaltos en el recinto oficial.
Y la izquierda que se respeta, se disciplina consigo misma y atiende el requerimiento, la propuesta de sumarse al primer gran pacto nacional planteado por Enrique Peña Nieto.
Es esta izquierda, de Miguel Barbosa, Jesús Zambrano Grijalva, Armando Ríos Píter, Benjamín Robles Montoya, Silvano Aureoles Conejo y, en fin, los firmantes de un desplegado en apoyo a la dirigencia nacional del PRD, la que asume responsabilidades con México.
Contrasta con la dizque izquierda que idolatra a Andrés Manuel López Obrador, quien desde la plaza pública defiende lo indefendible, a los bárbaros que han apedreado y enfrentado a la fuerza pública y saqueado comercios, e incluso demanda la renuncia del debutante secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Esa no es izquierda, es chueca y sus promotores y financieros son los mismos que desde hace doce años traen las ganas de joder al vecino, porque el poder les está negado. Digo.

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