1.
Peculiaridades de la justicia medieval
En
la Edad Media hubo cierta persistencia a juicios para animales debido a
crímenes que cometieron contra humanos. Como en esta época histórica las
personas no vivían tan alejadas de la naturaleza, era posible encontrar
cualquier casa compartida con marranos, vacas y caballos, claramente sin contar
perros, gatos y las invasoras ratas. Dividían la casa en dos pisos, dejando
arriba el lugar para dormir y el de abajo para las bestias domésticas. Con
esto, por ejemplo, entendemos por qué fue tan fácil el contagio de la peste
bubónica.
Era
tantos los espacios compartidos con los animales que se hicieron evidente
situaciones accidentales, donde un animal mataba a una persona, usualmente
niños. La justicia medieval realizaba juicios donde ponía en la mira al animal
en cuestión, pues se consideraba que por tener alma las bestias no podían pasar
desapercibidas y tenía que hacerse un tribunal que demandara justicia divina.
Si el animal era visto como culpable, era sacrificado.
2.
Algunos juicios interesantes hechos a estos asesinos
Uno
de los casos documentados, sobre asesinato a menores por animales, cuenta que
en 1404, en la región francesa de Borgoña, tres cerdos despedazaron a un bebé,
comiéndolo todo, apercibidos los dueños de los animales los llevaron al
tribunal y estos fueron sentenciados a muerte. La pena consistía en ahorcarlos
en plaza pública y así se cumplió.
Otro
caso más curioso fue al de un caballo que mató a su dueño. En este caso al
animal se le dejó traer su abogado y la escena libró al caballo, argumentando
que el muerto iba muy tomado, por lo que se le dejó en libertad. Luego los
familiares del muerto tomaron justicia por sus manos y fueron llevados a los
tribunales por desacatar la ley.
Especialmente
en Francia y en el norte italiano es donde más casos relacionados con estos
juicios observamos, el poder de la iglesia era más fuerte en estos territorios
que en otros: así pasó en la ciudad francesa de Moisy. Un toro escapó en 1314 y
asesinó a un hombre que andaba caminando por ahí. El juzgado determinó asesinar
el animal e igual que muchos otros, sufrió el dictamen de la horca.
Una
jauría de perros fue sacrificada por herejía, consideraron en la provincia de
Alsacia, al norte de Francia, que las brujas se escabullían y transformaban en
animales. Por ese motivo vieron una banda de perros acusados de haber mordido
muchas personas, fueron juzgados y llevados a la hoguera, para el
correspondiente bautizo de fuego.
Aunque
esto no solo se reduce a casos de marranos, vacas, perros, toros y caballos que
mataron personas, muchos de otros juicios llevaban a juzgar plagas como de
termitas, hormigas o langostas. Estos eran descomulgados ya que no podían ser
asesinados todas, por lo que se les decretaba malditas.
Estas
plagas hacían su trabajo de carcomerse todos los sembradíos que hacían los
habitantes de algún pueblo, lo que podía generar grandes hambrunas. Pero lo
interesante era como la iglesia intercedía para demostrar el peso real de Dios
en la sociedad, él tenía el papel de determinar lo que las personas
consideraban cierto.
3.
El final de los juicios a bestias
En
el año 1492, no solo descubrieron América los europeos, también comenzó un
momento decisivo para el viejo continente: tejer las bases del Renacimiento.
Como en esta época las cosas comenzaron tener un valor más “científico”, la
Iglesia Católica también hizo grandes reformas como dejar de considerar que los
animales tenían alma. Con esto pasó a eliminarse los juicios a los animales y
ya eran sacrificados directamente. También intercedió mucho la idea de ciudad,
pues cada vez más, los animales los desplazaban al campo y la ciudad quedó
relegada solamente a personas y animales pequeños.
Hasta
entrada la época de la Ilustración, muchas poblaciones vivían relegadas a estas
creencias de asesinar al animal luego de un juicio, o descomulgarlo si era
necesario. Muchas de las ideas creadas por la iglesia se determinaron por
teólogos como Santo Tomás de Aquino y San Agustín de Hipona, ellos consideraron
que el animal tenía alma, pero esto fue toda una discusión de las Escuelas
religiosas, centro del conocimiento medieval. Aun así luego de que se dejara de
creer que los animales tenían alma, las leyes y la justicia se hicieron
pertinentes solo para hombres y mujeres. Con el tiempo los animales pasaron a
un segundo plano.
Pero
a pesar de esto, no se rompe con la idea de que el animal tenía que ser
juzgado. Hasta inicios del siglo XX, se hizo popular una historia de un
elefante que fue ahorcado por aplastar a su domador. Por este motivo se trajo
una grúa y se hizo viral la historia.
Esta
historia nos hace pensar todo lo que pasó desde la Edad Media y todos los
cambios que hemos tenido. Antes creíamos en ahorcar una oveja, ahora ya hay
leyes que obligan al humano a pagar multas y hasta penas por abusar de animales
domésticos o matar especies protegidas. ¿Qué seguirá en el futuro?
Fuente
de imágenes: 1: historiasdelahistoria.com, 2 y 3: 4.bp.blogspot.com
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